Archive for abril 2014

Informe.


.

Tengo que redactar el informe de situación,
tiene que ser veraz y concreto,
sin florituras ni entusiasmo,

algo que diga exactamente que sucede,
donde y cuando,

que contenga un dejo de melancolía, un
poco del paso de los años,

olores inventados, todos los imaginarios.

Que las estaciones estén detalladas,
resumidas
por temporadas,

las de las lluvias que simularon lagrimas
que nunca escaparon de su
desgracia,

de soles que quemaron la esperanza y de
fríos que me congelaron lo
poco que queda de mi alma,

la síntesis de una novela, un poema crudo
y despiadado que oculte
lo que no puede ser ocultado,

un resumen como este que a continuación
escribo despacio:

Aun te quiero, siempre te extraño.



Ruben Mangiagli
© 2014




Olvido necesario.


.

Contuve la respiración algunos pasos,
pero todo pasó muy rápido,
las estrellas, la noche.
el cielo raso negro
las ventanas,
la historia y
el fracaso,

no fueron necesarios discursos largos,
ni palabras de simulacros
solo mi voluntad,
la aceptación,
el valorarme
sin atajos,

No importaron los inviernos cambiados
ni la lluvia de verano,
lo que hicimos,
lo que no logramos,
ni las promesas,
ni lo juramentos
hechos en
vano,

Sin pensarlo mucho te hice olvidos y
archivos del pasado,
sin rencores,
ni dolor,
con respeto y
agradecido por todo lo
que me has
dado,

No te dejé nada, ni nada me diste en
el tiempo que valga
para algo, estoy
entero por todos
lados.

Porque mi amor lo necesito para
otra mujer diferente que
me robe las letras
mientras mis
manos

reconocen un nuevo sentimiento
que de tan antiguo
estaba escondido
perdido entre
rincones y
años.



Ruben Mangiagli
© 2014



Suerte.


.

Aprendí a conjugar tu pasado
para que seas mi presente,

A conocerte cada día para así
escaparme de mi muerte,

y ahora que te tengo,

gozarte en el beneplácito de
mi bendita suerte.



Ruben Mangiagli
© 2014




El mendigo.


.

Hoy bien temprano yendo caminando a mi trabajo justo en la esquina estaba un mendigo durmiendo entre cartones en el portal de un banco, a su lado una lata vacía que seguro usará para pedir limosna. Yo suelo tomarme un café enfrente y no pude dejar de mirarlo. Las personas pasaban apuradas a su lado, no lo veían, era como un decorado inesperado, molesto, que nadie se atrevía a cambiarlo.
Y pensé que el hombre quizá ya no se pueda salvar de su destino, hablo del hombre como genero humano, de todos nosotros. Nos movilizamos o simulamos hacerlo por otras cosas, por ballenas, bosques, perros sin dueños, a veces por enfermos o inválidos, pero ignoramos el abandono de un hombre tirado en la calle, su historia, por qué llegó a eso.
Nunca vi un grupo en Facebook de salvemos al mendigo del barrio, si fotos de todo tipo haciendo creer que somos más humanos por postear algo socialmente aceptado.
Y no digo que lo demás no sea importante, puede que si, pero no tanto como dejar abandonada a un persona que ya está fuera de nuestro mundo, no podemos salvar a un perro sin antes salvar a un ser humano, es un orden lógico, un hilo conducente para lo demás.
No, no hay grupos de salvemos a los mendigos, preferimos dejarlo abandonado y lavar de vez en cuando nuestra consciencia dejandole una moneda, evitando tocarlo.
En el bar algunos leían el diario, otros reían mirando sus teléfonos, y en
realidad todos estamos fuera del mundo real si ignoramos a un persona tirada en la calle.
Crucé la acera, le dejé cinco euros, y no me sentí mejor, al contrario su imagen me quedo grabada, a las dos horas pasé por el mismo lugar y ya no estaba, y sentí que yo también lo había abandonado.



Ruben Mangiagli




El último.


.

He amado tanto que a veces
estoy cansado,

mis manos ya no son las mismas,
y mis ojos están agotados.

Algunos sueños admito fueron
reales, casi consumados

otros que ni siquiera empezaron.

No recuerdo haber sido el amor
primero de una mujer,
y la verdad

no importa tanto.

Tengo un estigma extraño, que
para algunos puede ser
una suerte,

algo que se envidia sin saber el
insólito resultado,

por mi labios pasaron besos de
hermosas señoras

y tuve el placer de gozarlos,

pero siempre fui el penúltimo
amor de todas,

el que no se queda a su lado, y

ya no cuento las mañanas que
me despierto solo

deseando por una vez ser el
ultimo amor
de la mujer que amo, y así
arrinconado en sus
caricias

sumando instante tras instante,

dejar que el tiempo pase muy
despacio.


Ruben Mangiagli.
© 2014




El sonido de tus labios.


.

En tu voz encontré tantas
respuestas y todas
las preguntas

en los espacios de sonrisas
entre palabras,
en las risas de la buena
memoria.

Cuando la melancolía en
su silencio
anunciaba que los finales
pueden ser una
manera de empezar.

La melodía de tus silabas
que mi alma
reconocía entre
los días que se
escapaban con las retinas
cansadas de lagrimas
que se contenían,
todas tuyas y las
mías que solo
pueden salir como
gotas de rimas.

La fe necesaria en cada de
cada uno,
nosotros,
por separado

intentando arrimar ángulos
que parecían
muertos pero no lo
estaban tanto.

Tu voz una parte, un sonido
que intento memorizar
para despertar
distinto

sin toda esa angustia sin
dueños que se mezcla en
un café solo
que se enfría por no
estar acompañado,

Palabras que envuelven
tus labios, las
mismas de estos
años, presagio de
futuro quizá o
de abismos infinitos
que no dejaran
jamas descansar los
presentes con
tantos recuerdos.


Ruben Mangiagli




Si Jesús.


.

Si Jesús existió y murió por nuestros
pecados me pregunto cuantas
veces más deberían
matarlo para a cambiar
al menos algo,

si sus palabras realmente iluminaron
y el
resultado es la Santa Iglesia
Apostólica Romana
que habita el Vaticano
entonces murió en vano.

Si los que siguen su vida y enseñanzas
y prodigan su palabra
de verdad tienen que
ser pederastas,
o llevar una vida disfrazada
de lujuria y riquezas
debajo de las sotanas.

Si Jesús realmente existe, me sabrá
perdonar
por elegir ser buena persona a
rezar,

por creer en los que quiero y en nada
más, y no salir en semana santa
a adorar la imagen de
un ser
martirizado
que por tan buen hombre era,
fue entregado
y crucificado por el
mismo pueblo que lo había coronado.



Ruben Mangiagli.





Fotografías.


.

Foto a foto fuimos armando un
álbum, como si fuera nuestra
vida,

era mejor a una película porque
no había guion ni
fotogramas,

entre cada una escribíamos con
complicidad de la noche
y la pereza del día,

mil colores en algunas, felices
repetíamos cada
escena

en otras en blanco y negro como
si el miedo a la felicidad
fuera tremendo.

Pero hoy las podemos mirar y
disfrutar, hicimos algo
bueno,

nos quisimos y nos seguimos
queriendo y siempre nos
falta una toma más.



Ruben Mangiagli
© 2014




La sintaxis del no.


.

Se cruzaron las palabras como espadas,
en forma inesperada,
atemporales,
como mariposas que nacen
por la noche
y mueren por la mañana.

Los no siempre eran si, y los quizás se
escapaban, nunca
encontraban su lugar,
fuimos todos los verbos sin
pronunciar.

Hasta que un día un no fue no, y cada
palabra formaba
una costilla nueva que
apretaba al
corazón,

y los sonetos diferentes desfilaron en
la asonancia de
la negación y no
pudimos negociar, el no
saber fue más fuerte con
la razón,

todo se esfumó en la pagina que jamas
se escribió
y huérfanas las palabras
lloraron mientras un
eco repetía mil veces,
no es no.




Ruben Mangiagli.
© 2014




Honrar.


.

Quizá pueda llegar,
es tan difícil partir y buscar la verdad,

pensar y recordar
que amar es honrar aun con esperas,

a pesar de las
distancias, del dolor y de los sueños

que sin querer
se parecen a lugares del nunca jamas.

Lograr quedarme
solo con lo mejor, para poder intentar.

Sentir que la felicidad
no se logra sin tener a alguien aunque

sienta que todos mis
rincones son solo pedazos de soledad.

Quisiera juntar los
silencios para aprender a callar si lo

que queda solo
es actuar para sentir, aun sabiendo que

que las cosas
a veces no salen y queda pelearlas más.

Demostrarte que
no se puede dejar pasar la oportunidad

ni tampoco
abandonar lo que tanto costó encontrar.




Ruben Mangiagli

© 2014


Agujas del corazón.


.

Dicen que las heridas del
corazón
se cosen con las agujas
del tiempo,

pero mi reloj atrasa, va
una
y otra vez para atrás
sin descansar,

y no encuentro la paz se
detiene
en el instante de un
adiós efímero,

premonitorio, tan ruin
que llegó sin
ninguna anunciación,
a traición,

su esfera es un circulo
de repetición
donde todo avanza
menos yo,

pero nadie sabe que no
puedo reparar
algo que no tengo,
que se fue

y se quedó con vos, mi
corazón se
durmió en tus manos y
y ya no despertó.



Ruben Mangiagli

© 2014



Herida.


.

No sabia estaba herido
no lo había notado,
no sangraba,
no dolía, pero
todo estaba cambiando,
los días ya no pasaban
rápido, el mar
era de un color opaco

y algunas noches me
lo pasaba en vela
suspirando,
el licor siempre era
amargo, un remedio
que
se bebía a tragos
pero pasadas las horas
despertaba en
un espeso letargo.

Todo sucedió como
debía ser, al
fin de cuentas eramos
bien educados.

Fui perdiendo la
memoria
de sus ojos primero,
después las
caricias de sus manos,
su voz de golpe era
igual
a todas, por eso me
parecía la escuchaba
en todos lados,

las estrellas no
formaron nombres y
me llovía en
medio de
días soleados,
pero el olvido es
fuerte,
también solidario,
solo a veces me pasa,

que mi herida se
refleja en mis dedos,
se me escapan los
versos
y se mezclan con esta
nostalgia
que me deja
desfigurado,

sigo, respiro, camino y
hablo, pero no
entiendo sobrevivir
al amor
que murió una tarde de
otoño,
sin anuncios
ni auxilios,
sin duelos ni reclamos.



Ruben Mangiagli.

© 2014


Colores en mi vida. ( a mi hija Sofía )


.

Ella tiene los colores de la vida
sobre sus ojos
lleva los arcos de la
sabiduría,

sus manos, un ramo de caricias
que regala
sin apremios, sin prisas,
con sus dedos

dibuja sonrisas acumuladas y
sinceras, son las
que escapan de sus
labios

que se pierden entre palabras,
es la continuación de
mis brazos, un trozo
de tiempo

que se extendió a mi existencia,
la que cuida de mi
sin ser necesario,
un poco

del cielo que busco, primavera
de mis años,
la mujer que me es
fiel a pesar

de mis locuras, el rincón donde
la compañía es tan
necesaria como la
luz del día.



Ruben Mangiagli.

© 2014



Diez estrofas.


.

Si quisiera resumir en un
poema breve lo que
me pasa,

sería,

ya no te quiero pero me
ahogo en esta
nostalgia,

donde fuiste todos mis
días y hoy eres
nada.

Ruben Mangiagli.




Hoy.


.

No puedo decir que eres la primera mujer
en mi vida, ni la única que mis 
manos acariciaron,

tampoco que todas mis letras son por ti y
que la inspiración nació
a la vera de este amor.

Sabes que casi no miento, que intento a
veces morir por lo
que creo,

que soy fácil de palabras y un poco lento
con los hechos,
pero llego.

Hay tantas cosas que podría inventarte y
aun sabiendo las
creerías,

no las digo por prudencia, no por falta de
afecto, es que prefiero
ser concreto y

lo que en verdad importa es solo una cosa,
que hoy te quiero con
todo lo que puedo,

con mis historias y mi desmemoria, con el
tiempo que me resta, con mi
cuerpo completo

y te aseguro que no interesa en que rato de
esta vida nos encontramos,
si se escaparon los años,

si al final de cuentas estábamos tan pero tan
perdidos separados que apenas
respirábamos.




Ruben Mangiagli




La caída de los calendarios.


.

Caen los calendarios, es algo
que no queremos
pero tampoco evitamos,

necesitamos el cambio, poco
a poco o
brutal como el corte

de un cirujano.

No importa lo que haya sido,
lo que haya
pasado o durado,

si fue por amor,

desamor, dolor, agotamiento
de algo tantas
veces anunciado,

así perduramos.

En un momento dejamos ir la
hoja de un mes,
de un día, un siglo

o miles de años.

Colgamos en nuestra vida y
la de otros,
una nueva pagina,

en negro y blanco,

y nos quedamos mirando sin
estilo ni vocación
si por fin el destino nos

regale algo,

pero a veces, muy pocas la
verdad, dejamos
de soñar , despertamos,

y recomenzamos,

sin importar los números o
fechas impresas
debajo de fotos que no

significan nada de paisajes
que jamas vimos, que
ni siquiera imaginamos,

damos el paso,

y sentimos que el tiempo no
paso en vano porque
por fin la vida está

en nuestras manos.



Ruben Mangiagli.




Descripción.


.

No puedo hablar de las medidas de ella,
se escapan a mi consciencia y
mi endeble sabiduría,

puede que sirva que diga que sus piernas
miden veintisiete besos de día y
por las noches son infinitas,

que sus senos quepan justos en el juego
de mi tacto y son médanos
sin la arena de los años,

sus manos, sus dedos se extienden en las
caricias que mi cuerpo y mi
soledad necesitan,

que su cintura se aprende, memoriza y se
desea por movimientos y no
por tallas de faldas,

porque la alegría se perpetua cuando se
entrega sin reparos y es
solo mía.

Quizá todo se resuma que es mi armonía,
la mujer que quiero, mi
imagen preferida.




Ruben Mangiagli.
© 2014


Otoño.


.

Hoy dejé que se fueran las hojas
de su otoño,
sin lluvias ni vientos,
simplemente se fueron,
sé muy bien que así no lo
habíamos escrito

pero era necesario se marcharan
sin más,
hace tiempo las
estaciones no eran las mismas
era como ser noche
en pleno día.

Es mejor así sino coinciden los
calendarios,
el tiempo es
solo tiempo y la memoria
se hace recuerdo
y los olvidos

al final son benévolos dejando
los espacios
llenos pero disponibles
porque vivir es
terminar para comenzar
de nuevo.



Ruben Mangiagli

© 2014



No hablaré.


.

Ignoro la ansiedad que recorre
mis manos,
que es tiempo que
se detiene cada vez más
rápido en cada letra,
en la palabra que aparece sin
anunciar,

No hay sosiego en estos ratos
ciegos de amor que
transcurren en la distancia que
hay entre los dos.

Los días frivolizan la soledad,
la hacen rutina,
casi una necesidad,
cómplice es un arma cargada
de malos augurios
que dispara balas
de olvidos sin piedad.

Tenemos las miradas ausentes,
perdidas y no se
pueden encontrar,

los rincones crecen en forma
impuntual,
conocen su rutina y saben
que llenaran
todo, incluso los de
las perversiones que supimos
ocultar.

No hablaré del final, no hay
un mar donde las
cenizas arrojar,
los silencios gritan nuestros
nombres,
ganaron los demás,

distraídos no vimos sumaban
mientras escribíamos
el cuento propio del
nunca jamas,

No, no hablaré del final, aun
queda una pagina
en blanco
para evitar este suicidio
que tanto esperan,
tenemos una pagina, lo sabes,
no necesitamos
nada más.




Ruben Mangiagli

© 2014



Todos mis días.


.

Te regalo mi vida
que ya era tuya aunque no lo sabias,

toda, el resto de
mis días y alguno más que sobreviva,

en ella voy completo,
sin historias malas ni que lastiman.

Si soy sincero
no se me ocurre mejores manos que

las tuyas, esas
que me deben tantas caricias todavía

que si las cuento
las estrellas formarían la luz del día.

Nunca hice esto
y lo sabes bien, soy el mentor de mis

orgullos, un insensato
que hace de la bohemia noches que

se disfrazan en
la poesía para no confesar que soy

tuyo, sin distancias
ni tiempos, en mil infinitos, aunque

no estés conmigo y
te extrañe en este olvido sin olvidos.



Ruben Mangiagli

© 2014



En sus manos.


.

Se posó tantas veces la muerte
sobre mi...
de todas maneras posibles e
inverosímiles,

dejó sus marcas, advertencias
en forma
de cicatrices y dolor que
sentí,

es como un juego, se acerca y
se va, vuelve,
me impregna de su aroma
innecesario

porque la reconozco segundos
antes de su
abismo, de su clara
oscuridad

que seduce mis sentidos y me
hace sentir
el deseo de seguir
vivo,

quizá haya muerto y no quiere
mi presencia
porque necesita a alguien
que no crea,

un infiel a los dioses, milagros
y almas que
no esperan, un ser lúgubre
como la niebla. 



Ruben Mangiagli.

© 2014



Reflejos.


.

A veces me pregunto cuanto duran
los reflejos del amor
ese estado anterior
al coma dos,

la muerte que se espera y no,
se escapa sin
ninguna razón,

no hay duelo, no hay dolor,
solo nubes de
incertidumbre que cubre el reloj,

un estado sin ilusión,
que nada sabe de la realidad de
lo que las noticias

pueden anunciar en una carta que
no fue escrita jamas.

Pero esperamos.

Hasta que un día sin darnos
cuenta muere,
sin funerales, sin honor, es solo la

completa negación
de todo lo que dijimos para que el
olvido

encuentre los huecos vacíos
y llene al menos
con un poco de

desamor nuestro corazón para que
sigamos andando
por andar y

dejemos de buscar una explicación.




Ruben Mangiagli

© 2014



Instante.


.

Me encontré de pronto de forma
inesperada en un momento
de mi vida,

ese instante donde debes elegir
para bien, para mal
o para nada,

nadie te puede ayudar, no puedes
preguntar, ni saber
ignorar.

Estaba parado en un segundo del
presente, exacto, preciso,
injusto,

era como el ultimo peldaño de
una escalera sin tierra,
sin cielo,

y claro sin paraíso ni infierno no
estaba muerto pero si
mal viviendo.

Tenía hacia atrás mi historia, mis
recuerdos, los nombres
de las mujeres

me quisieron, las que quise, las
que por alguna razón me
regalaron sus cuerpos,

adelante lo incierto, lo que queda
de vida en mis manos
y mis versos,

y pensándolo bien era tomar un
riesgo sin peajes ni
vueltos.

Di el paso que me sacó de ahí,
de esa partícula de
tiempo,

y no pude terminar este escrito,
porque fui hacia delante sin
palabras ni aliento.



Ruben Mangiagli

© 2014



Hilos de plata.


.


Los hilos que nos unen a veces son imposibles de explicar, nos unen hasta después de que parezca que deberían haberse roto. Algunos vínculos desafían la distancia, el tiempo y la lógica , porque algunos hilos, están predestinados a sobrevivir hasta a nosotros mismos.


R.M.
©2014



Ignorancia.


.

No sabía que el deseo de un abrazo iba más allá del abrazo, tanto que al final se puedan confundir los contornos y que la carne podría desaparecer y lograr que la respiración detenga hasta los mismos corazones, no, no lo sabía, hasta que ella me lo explicó. 


R.M.

© 2014



Buscando.


.

Hoy encontré algo que no buscaba,
entre cajones de calcetines y
recuerdos,

siempre estuvo ahí pero como soy
muy distraído
no la vi,

estaba con mis discos de vinilo, la
foto de egresado y los títulos
de lo que me recibí,

tenia alrededor otras cosas que ya
no recordaba estaban
por allí,

también apilados insólitamente y
ocultos estaban los momentos
que viví.

Ahí estaba mi felicidad, la única
siempre me acompañó
y me fue fiel

y me alegró saber que a pesar de
todo, contra todo,
de los quizá,

los a veces, los no que pudieron
haber sido si, de los
años

que dejaron mil marcas en mi piel
siempre encontré algo
para ser feliz.



Ruben Mangiagli

© 2014




La pregunta.


.

Ellos estaban en la cama, por prudencia no voy a citar sus nombres, porque la charla fue en su intimidad.
La mujer preguntó levantando la mirada del libro estaba leyendo, de forma imprevista sin razón aparente,
¿Cuanto hace que estamos juntos, que nos conocemos?
El se bajó un poco las gafas de leer para mirarla, también estaba compenetrado en su lectura, y respondió:
Juntos dos años, que nos conocemos algunos más.
Ella entonces volvió a preguntar,
¿ Somos amigos ademas de pareja ?
y sin esperar la respuesta agregó, yo creo que si, confío en vos, sos mi apoyo necesario y parte de mis alegrías, no entiendo ya una vida si no estas a mi lado, sabes mis secretos, mis deseos ocultos, te anticipas a mis gustos, estas siempre que te necesito y cuando no también, sin dudas sos la persona mas importante para mi.
¿ No crees que es así ?
Él respiró profundo y dijo un simple no.
¿ no qué , que no crees sos todo eso para mi, o que no somos amigos ? Volvió a preguntar ella desconcertada.
Que no somos ni seremos jamas amigos.
¿ Pero como podes decir eso? Explícamelo por favor, ya su tono de voz había cambiado, era el tono que precedía a la tormenta, él la conocía bien.
Antes de responder el hombre cerró el libro y se quito las gafas, mirándola a los ojos le dijo:
Mirá, si un día nos distanciamos o nos separamos, no vas atender mis llamadas, vas ignorar mis mensajes, de un día para el otro a pesar me extrañes voy a desaparecer de tu agenda, de tus contactos pasaré a ser un extraño y harás todo lo posible para borrarme de tus recuerdos para continuar con tu vida, y con los amigos no pasa eso jamas.
No hubo tormenta.
Un silencio los envolvió, pesado, lúgubre, era como el anuncio de una tristeza eterna.
Casi al mismo instante apagaron las luces de sus lamparas.



Ruben Mangiagli

© 2014