Archive for diciembre 2013

Manualidades.


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Cada diente del cierre de mi
bragueta forma la
inicial de su nombre
que sube y baja
al ritmo de su mano,
hacedora de placeres
preludio de lo inesperado
con un final anunciado,
ella mueve los dedos
y una parte de mi
despierta de sus sueños
instantáneos


Sofá,
vino,
juegos,

un dialogo diferente de
enamorados que acaba
cuando
la alfombra se tiñe de blanco.


Ruben Mangiagli.

© 2013




Olvidos.


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Tengo un orden en los olvidos,
una tela que cuelga
de mis parpados,
el despertar de una conciencia
que me atraviesa y
me parte de izquierda a
derechas,

un reglón nuevo, inedito que se
une en mi medio,

donde los recuerdos que
quedaron son los buenos,
un rincón añejo que borda
las botamangas de mis
pantalones que contienen
el polvo de mis zapatos,
en cada memoria
de mis pasos,

una mirada nueva que oculta a
cada uno de los espantos
que dejaron lineas
en mis manos,
cicatrices que a veces no se
curaron,

y otras solo encuentra en partes
iguales su descanso entre
tus ojos y tus labios.


Ruben Mangiagli.

© 2013




Retrato en sepia.


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Caíste en el ocaso en de mis brazos
en el viento de mis suspiros
como aire que rige mis latidos,
eres noche, eres luna,

cada parte de mis sentidos,
el espacio donde mi piel
se estira,
las lineas de mis manos,
habitas las arrugas de mis labios y

la palabra que me reduce
y comprime hasta ser
solo la letra de tu nombre
y la pagina de miles de
libros,

un destino indefinido,
un mensaje divino, la
revelación
de un instante inesperado,
el comienzo del
final de mi camino,

Caí en el sabor de tus besos, de la
caricia de tus dedos
me hice parte, situación
y arte de cada
rincón de tu cuerpo,

y somos un retrato en sepia
donde cada matiz
privado nos
hace tan oscuros, tan nuestros que

lo indecente es la única
manera que entendemos
para tocar el cielo,
porque nada puede ser
malo si en cada acto nos queremos.


Ruben Mangiagli.

© 2013



La historia de Flora y Gatomate. XLIX.


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Navidad.
( Felicidades a nuestros lectores y amigos)

Gato imagina cosas muy raras, hace de sus deseos ideas vagas que se le escapan, imagina mezclarse con los renos, colarse en el trineo de Santa para sorprender a su Flora amada, piensa que en esa noche mágica si es verdad lo que se relata podría entrar por su chimenea y esperarla en la madrugada con un montón de regalos, atunes en lata, champaña para él y alguna otra bebida barata de las que le gustan a Flora que de estilo en beber tiene nada, darle un abrazo y pan dulce, otra de sus berretadas y contarle que el sabe que junto al pesebre escondido tras una cabra hay un gato pero que la historia de eso no cuenta nada, y entre besos y besos decirle que la ama y después irse por un callejón juntos por la mañana e ir pegando carteles por las terrazas que digan, gracias a todos los humanos que nos leen, Feliz Navidad, porque nosotros existimos porque uds. son parte de nuestra magia y que jamas olviden que soñar no cuesta. Felicidades!

RM



De princesas y reinas.


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Me pregunto cuantas princesas
habitan una reina,
cual de todas es la verdadera,

si es la que deslumbra en cada
calle, por la que todos
los hombres se dan vuelta,

o mi amante que se entrega a
todos mis placeres
disfrazada como una geisha.

También es la heredera, niña
que necesita que
la cuiden en cada primavera,

tiene una corona de girasoles y
y todo un trigal
que se mezcla en su cabellera.

Es madre,
compañera,
cómplice,
fiel escudera.

Es la única, la que reina, por la
que doy mi
vida si ella me lo pidiera.

Y a veces, cuando la miro solo
es una mujer que
sabe amarme y me espera.




Ruben Mangiagli.

© 2013



28.


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Dicen que mi amo está loco pero no tienen razón. Es cierto que cree en cuentos de sirenas. Y lanza botellas al mar con mensajes para ella. También es verdad que le habla a las estrellas, pero si yo le escucho ¿Por qué ellas no?

Después de todo, los que dicen estar cuerdos no hacen más que hablar entre ellos sin entenderse jamás a diferencia de nosotros que yo entiendo cada palabra y él cada gesto mio.

También dicen que soy el mejor amigo de mi amo . Y sólo en eso les doy la razón a todos esos cuerdos de atar.



RM


La historia de Flora y Gatomate. XLVIII.


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Revelación.

No es verdad que los gatos tengan siete vidas, o al menos los gatos que se creen humanos, para serlo renuncian a seis, y solo con una tienen que aprender a sobrevivir, solo hay un tejado, solo una terraza, una soga, una luna, todo en esta vida viene solo, lo de dos lo inventamos para no sentir la soledad, pero cuando caminamos solo reflejamos una sombra nada más, siempre nos quedamos solos no lo podemos evitar.

R.M.



La historia de Flora y Gatomate. XLVII


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Muerte.

Gato no tiene miedo, pero tiembla, la muerte se acerca, Flora, que es cosa seria está celosa, él sabe que es inocente, que solo tiene ojos para ella, pero no hay juicio, solo condena.
La noche es clara, hay luna llena, todo se refleja, brilla entre sombras la escopeta, está cargada, Gato escondido siente que le crecen alas, como un angelito que ya se prepara para ir al cielo de los felinos, imagina su entierro, su lapida, aquí descansa Gatomate, fiel esposo y compañero asesinado por los celos de su amada Gata en una fría madrugada.
Pasos, no hay miradas, no hay indulto, en realidad no hay nada, solo silencio y una Gata que dispara.
Gato cae de espaldas en la terraza, giran las estrellas, las ventanas, los toldos se esconden y las sogas se desatan, lo alcanza una lluvia de balas que no son balas, son los besos de su gata, y muere de amor, porque al final sabe si tienen que morir morirán juntos, de la mano, como dos personas que se aman.

R.M




La historia de Flora y Gatomate. XLVI


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Supernoche.


Esta noche somos superhéroes, supergatos, superenamorados, 
dos seres un poco felinos, un poco humanos, mitad buenos, mitad no tanto;
Dos enmascarados que recorren las calles buscando donde encontrar un hueco que los haga sentirse en casa, por fin un hogar donde descansar juntos, sin distancia; dejar atrás kilómetros de terrazas abandonadas, ropa limpia colgada, que sacude el viento en su loca danza y ser cuerpo con cuerpo, alma con alma, por fin detrás del antifaz los ojos encontrarse y vivir juntos las cientos de vidas que faltan.



V.D.



La historia de Flora y Gatomate. XLV


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Gato con dueña.


Cómo no amar a Gato.... piensa Flora mientras se acicala, se limpia y embellece, desde hace un largo rato. 
"Si es guapo, tiene sexappeal" escuchó decir a unas gatas del barrio; entrecerró los ojos recordando aquel comentario; unos ejemplares peculiares que llenaban de noche los bares. 
"Ojalá se atraganten con una bola de pelos", pensó mientras las observaba ofuscada y cegada de celos. 
Pero esta noche no quería malos recuerdos, ni sombras que empañaran su sueño; su Gato es suyo, ganado en buena ley, con su pipa de humo iridiscente, con su sonrisa de ojos inocentes, con su andar de paso largo y decidido, que sabe cuando sigue y cuando se detiene
Dos gatos, dos mundos que se unieron, un amor un poco blanco, un poco negro, de esos que de tan intensos, no caben en un solo cuento.

V.D.






La historia de Flora y Gatomate XLIV


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Tempestad.


Días tormentosos para Flora que se queda estática en una terraza ajena, perdida y desganada, viendo como la ropa colgada se orea; no quiere ni puede dar un paso, para atrás ni para adelante, no quiere comer ni dormir, ni escuchar a su Gato amante.
Él la observa y la escucha, aún en su silencio inquietante, la aconseja, la lame, le susurra maullidos en la oreja y se enoja porque ella está encerrada, en su mundo de gatos con culpa, de existir, de ser, de equivocarse.
Pero como una paradoja, de esas que parecen sin sentido, de pronto ella fija sus puplias en su Gato; por fin lo ve, lo siente y vuelve a ser ella; como en una sinfonía de instrumentos finamente afinados, lo ama con la fuerza impetuosa de la tormenta que pasa y deja como resabio, olor a tierra mojada y amaneceres de un mismo amor y de una nueva etapa.


V.D.




La historia de Flora y Gatomate. XLIII


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Dos en Uno


Gato era arisco, dice, en una vida anterior a ésta a veces se estaba quieto, otras vagaba por las medianeras con muchas ha jugado, pero de otras maneras; nunca tan cerca. Flora se le arrima y le ronronea y él la mira de reojo midiendo la distancia entre su bigote y ella hubo tiempos de veda, de castigo por ser tan terca pero nada es eterno, piensa mientras la mira tan embelesada, enamorada, hambrienta.
Gato es serio y pensante, necesita premisas para ver si la premia con una lata de finos manjares o con el simple placer de su presencia.
Tiembla y se entrega cuando lo lame, tierna.
En esta vida te quiero conmigo muy pegada, mi Flora mimosa y eterna.

V.D.



Buenos Aires, vos.


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Cuantas ciudades he caminado,
admirado,
he pisado el pasado,
reinos, batallas, palacios.
puentes y arcos,

Tantas palabras he escuchado
en idiomas que
jamás he hablado,
era sentir Babel en
mis manos.

Café con diferentes gustos y el
licor típico con
gente murmurando,
gritando o solos
y callados.

Pero en ninguno lado estabas
y eso que te he buscado
en cada rincón,
cada avenida, en
cada empedrado,

Nunca puedo encontrar tus ojos
en una mirada de
un extraño aunque
solo sea por un
milagro,

ni tampoco mi historia que de
tan larga se podría
escribir en tan solo
media cuadra de
mi barrio.

Nos debemos besos en la plaza,
miradas abrazados,
nos debemos Buenos Aires
juntos y todo el amor
que guardamos.




Ruben Mangiagli

© 2013




Mis poemas.


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Y tuve que sacar todos mis poemas,
a costa de quedarme mudo
ante tu belleza,

y te hablé de como la luna a pesar
de estar sola todas las estrellas
quieren ser como ella,

de como el Sol tarda en esconderse
en las tardes de verano
para verla un rato.

Te conté de mis manos que querían
hacer un dibujo por debajo de
tu escote con tus pecas y

que mi mirada se perdió en tus ojos
de verde tierra y dejé de ser
nube para ser niebla y

poder rodearte mientras caminabas
una mañana de girasoles en
alguna primavera.

Que yo no era de ninguna época y
me quedé en la Edad Media entre
tu falda y tus piernas.

Y la única verdad era que me moría
por comerte esa boca de
princesa,

que no había verso que pudiera con
ella porque tus labios querida mía,
son la literatura entera.




Ruben Mangiagli

© 2013



La llave.


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He abierto todas las puertas
de mi vida,
la del placer,
la del amor sin amor,
la de la nostalgia
y el dolor,

y una a una se fueron
de a poco
cerrando, casi sin saberlo
se juntaron con
mis recuerdos
entreabiertos,

entre laberintos seguí y
seguí,
caminos que no empezaban,
no terminaban,
como si el infinito se
acabara en mis manos,
y el aire que respiraba fuera
de un color
verde azulado,

y en la mitad de una copa
una noche cualquiera
olvidé quien era yo.

Pero los cerrojos no olvidan,
no se borran,
no desaparecen,

y hoy miro tus ojos, la llave
que abre de mi lo mejor,
la llave de una pasión
que lleva tu nombre,
y me recuerda día a día
quien soy

para nunca más no cerrar
el portico de mi no
destino,
que te espera para escribir
nuestra historia
de amor.


Ruben Mangiagli.

© 2013




Uno.


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Nunca supo en que momento la había encontrado,
no podía recordar el momento exacto,
si su soledad se había terminado de un golpe
o si todo fue muy despacio,

en que parte las palabras fueron como abrazos y
los puntos dejaron de estar separados,
era como un idioma raro donde común era
escuchar todo pegado,

tequiero, le decía ella
teamo, respondía él apurado.

Sus miradas se rodeaban, no existía nada pudiera
evitarlo, los días no pasaban por sus
calendarios, el futuro era ahora, el pasado como
la memoria y los recuerdos necesarios sin
meses, sin años.

Ahora que está solo, que la eternidad lo obliga a
volver a esperarla, todo parece
se detuvo la mañana que los ojos de ella
se cerraron,

teextraño, dijo
y el silencio se quedó a su lado.


Ruben Mangiagli

© 2013




Escalera de sonrisas.


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Peldaño a peldaño va ascendiendo 
mi animo,
es que cuando sonreís
tienes ese efecto en mi,
todo va subiendo,
mi anatomía,
mi alma,
nube de sensaciones
que se instalada
en mi piel
y eres
deseo, pensamiento,
cuerpo, un arco iris
de colores,
una exposición
de cuadros
que hace de la belleza
milagro que se queda en mis manos.



Ruben Mangiagli.

© 2013




Puede que.


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Puede que al bajarte la falda 
vea entero París
y lo recuerde.

Puede que al bajar tus medias
y besar tus muslos
sienta el mismo aroma
que ahora sale del interior
de las perfumerías y creperías
de dulces con café
y leche caliente

en mis fríos y muertos paseos
invernales lejos de ti.

Puede que cancele estos
versos y detenga
todos mis viajes al desierto
de la literatura,
para solo preguntarme
como puedo amar tanto a
una mujer sin haber aprendido
a amar y
sentir que puedo ver la muerte
frente a mi mientras
le hago el amor,

sin miedos,
sin remordimientos,
sin piedad ni
olvidados recuerdos.

Y aquí detengo este poema,
tengo tantas vidas entrando en
tu vida,
tantas miradas en tu cuerpo,
que lo único que
me queda es dejar estos
versos abiertos
para que los cierres con tus
besos.



Ruben Mangiagli.

© 2013




Espinas.


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Crecen las espinas más que
la propia flor,
se hacen tallos tan profundos
que no sentimos
el dolor,

pero están.

Misteriosamente generan una
a una diferentes
raíces que se arraigan en la
piel y llegan al
corazón

sin piedad.

Lastiman como sino se
pudiera llevar
a cabo una crucifixión sin
su corona de muerte
sin perdón,

y no se olvidan.

Nos laceran el cuerpo en
formas de memorias,
de recuerdos, de vivencias
que no fueron
ni serán

nunca jamas.

Nadie las ve, crecen para
adentro y a veces,
solo a veces cuando lloramos
algunas nos caen en
la mano

y vuelven a entrar.

Te juro que daría todos mis
frutos y más
para que abandonen tu
cuerpo y así
quedármelas,

pero no puedo,

extraño destino el mio de
ser hombre árbol
donde te puedes sentar a
llorar y solo
te puedo mirar.


Ruben Mangiagli.

© 2013




Medios.


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Hagamos algo
que sea entre la mitad
de un invierno y un verano

un poco de día, otro de noche.

Que tu pensamiento sea una
hoguera que te queme
por dentro y

a mi palmo a palpo el cuerpo,

que mis manos
ardan al compás de
tus cabellos

y que pueda bajar
por tus caderas
y detenerme en la

parada de tu cintura

y nos encontremos en el medio.

Así que sueña
que te sueño, dime te
amo en un dialecto de verbos,

cuéntame un cuento porque si,
sino me lo invento
de nuevo,

y entre escritos de
color negro,
seamos solo

la viceversa de todos
y empecemos con
los orgasmos

y acabemos beso sobre besos.




Ruben Mangiagli

© 2013





Tanto tango.


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Nací en Buenos Aires 
por una parte que se llamaba Palermo,

que por esa época
era solo un barrio,
donde mi padre escucha tangos en una
vieja radio,

tantos marzo pasaron por mi vida
pero todo quedó grabado
como una herencia
de café de amigos
que siempre te dan una mano,

de cigarrillos de consuelo
que quemaban la soledad
de un amor que se espera
pero jamas llegará,

y aprendí la milonga de la vida,
la pelea que es vivir lejos
pero siempre volviendo,

como se vuelve a una mujer que huele
a lluvia de junio,
a baldosas rotas.
a farolas donde se cobran besos
sin demoras,

para escribir la melancolía de sus ojos
de verde tierra que me esperan
y me alejan de la muerte

para saber día a día que todo lo que se
quiere, siempre,
siempre se puede.



Ruben Mangiagli.

© 2013