La historia de Flora y Gatomate. XLIII


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Dos en Uno


Gato era arisco, dice, en una vida anterior a ésta a veces se estaba quieto, otras vagaba por las medianeras con muchas ha jugado, pero de otras maneras; nunca tan cerca. Flora se le arrima y le ronronea y él la mira de reojo midiendo la distancia entre su bigote y ella hubo tiempos de veda, de castigo por ser tan terca pero nada es eterno, piensa mientras la mira tan embelesada, enamorada, hambrienta.
Gato es serio y pensante, necesita premisas para ver si la premia con una lata de finos manjares o con el simple placer de su presencia.
Tiembla y se entrega cuando lo lame, tierna.
En esta vida te quiero conmigo muy pegada, mi Flora mimosa y eterna.

V.D.



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