Archive for enero 2014

33.


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Le pedí a Victoria un café y me dijo solo " queda Té " . Y no lo dudé.

RM
© 2014




Circulo.


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Me quedo atrapado en tu círculo perfecto que a veces es frontera de estrellas, una puerta, una invitación que rodea mis deseos y desfila por tus piernas, es un lugar donde mis manos juegan y se pierden si tú me dejas, un idioma de suspiros que avanza por letras donde uno pueden ser dos o o dos ninguno, un circulo que a la fuerza aprende los simulacros de tu promesa de venganza si asumimos la viceversa al besarnos

RM
© 2014



32.


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Viernes...y Blancanieves queria morder muchas manzanas para que varios principes la puedan despertar.


RM
© 2014




La caída de los supuestos.


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Se suponía que nuestras palabras no fueran las palabras que nos escribimos, sino unas palabras indiferentes, inocentes, comunes y ya no sé qué más, porque hace mil años que superamos tales supuestos de tantas habíamos escrito antes de conocernos.
Se suponía que tu voz fuese como la de la mayoría de las mujeres y no tan tremendamente cálida, por no decir obscenamente ardiente y que, ya que se había dado el caso, se suponía que yo respondiera con una sonrisa a medias cuando me contabas de tu vida y que tenía que usar de vez en cuando el totalmente impropio “nada” si te contaba de las novedades de la mía y no tomarte desprevenida por una pregunta absolutamente fuera de lugar y que vos encontrarías la respuesta más inapropiada en una dama.
Después de eso otra serie completa de supuestos se desvaneció y entonces estuviste sola frente a mi más desnuda que nunca, más desnuda que aquella noche cuando estuvimos desnudos por fin en imágenes en lugares que no tenían nada de especial excepto por nosotros y nuestra desnudez.
Completados los supuestos donde descubrimos lo que no sustanciábamos de nosotros, esta intimidad que supera la imaginación que teníamos de niños, se supone que ante el mundo solo seremos una pareja más que se quiere como otras, pero no, cada una de las suposiciones abre otra puerta donde las preguntas superan a las respuestas de un amor que creamos para dejar de suponer que de una vez por todas seremos felices y serlo.



Ruben Mangiagli

© 2014




Gracias.


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Late mi corazón al unisono
de las venas 
de mi sexo,
es una compaginación de

sentimientos que convergen
en el medio de tu cuerpo,

con guías inequívocas que
pasan por
tu boca,
tus senos,
que siguen tus pecas que
se pierden
en el vértice de tus piernas,

resumes la belleza en un
suspiro,

y todas mis palabras pasan
al olvido.

Cómo una perversa mujer
que gobierna
cada uno
de los sentidos
hueles, me miras, oyes
la aceleración de mi ritmo,
tus manos acarician mis
esperas

y pides demore mi entrega
para que
los labios
prueben la vida que llevan
la memoria de mi
cuerpo,
de mis formas,
la de mis ancestros.

Y luego sin ningún pudor
sellas a calicanto
nuestro amor
haciendo tuyo
todo rastro de mi hombría
y la cubres de besos.



Ruben Mangiagli

© 2014



Ego.


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Tengo tantos egos en mis venas,
soy un sobreviviente
de muchas bocas que besaron
mi muerte,

la medianoche de un sol incierto
marcado por cicatrices
que llevan el nombre de cada
desafío al viento,

mis pasos pisaron la historia de
otros y borraron
sus recuerdos dejando memorias
de tiempo,

un mar muerto de sentimientos
con tempestades que
pudo con las promesas vivas
de los muertos.

El tamaño de mis manos no se
mide por el largo
de mis dedos sino por el tacto
de los sueños

que me gano a pulso a fuerza
de la constancia
de mi lucha contra otoños
e inviernos,

y mi alma encuentra contigo
su significado
en este amor negro que es
todo lo que tengo,

una obra de arte donde solo
juntos los dos
sometemos a todos,
a nadie y al

destino escrito en cada malo
pensamiento de
otros que apuestan a
nuestro destierro.


Ruben Mangiagli

© 2014




Mal sueño.


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Me acosté en las pesadillas de los
sueños de mi niñez

y no desperté.

Los murciélagos eran realidad
no los alcanzaba,

no sabia volar.

Los arboles me atenazaban y no
podía respirar

me ahogaba sin más.

Puede que esta noche el licor y
tabaco azul me hayan

pegado mal.

Abro los ojos y estoy ciego, no
la encuentro, no

la veo.

Mil brazos la acarician, la rodean
y ella sonríe y no la

puedo tocar.

Siento celos de su libertad, y no
lo puedo evitar, sosobro

en mi soledad.

Esclavo de mis palabras mi lengua
no la puede besar

me muerdo

los labios y odio mi corazón que
la ama sin preguntar

en silencio.

Despierto en la pesadilla de mi
hombría, pero ella
no está,

noche infinita.

Ya no quiero volver a dormirme
tengo miedo de mi mal
sueño, amanezca

y todo sea verdad.




Ruben Mangiagli.

© 2014



Memorias 1


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No decía ni una palabra, parecía estar inmóvil, insensible a mis golpes, yo simplemente distinguía en ella un movimiento convulsivo de sus dos nalgas, que se estrechan y dejaban de estrecharse a cada instante, no era un juego, no era deseo, tampoco poder o sumisión, era la esencia de elegir una forma de amor que nos alejaba del dolor, del mundo, sin religión ni
Dios, inmaculados como amantes, gentiles y educados como personas. No había culpas, y fuera de la paredes donde escribíamos nuestro sexo nada se sabia, era un sórdido silencio de las almas , el advenimiento de lo que habíamos empezado sin tener idea por que ni donde llegaríamos.

RM

© 2014





La constancia de los minutos.


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No es fácil extrañarla a ella,
es una memoria
constante que recorre los minutos que
van siendo atrapados
por los segundos,

hasta el punto que el reloj no
suma las horas,
el tiempo parece un sin fin de instantes
que giran en
la misma esfera.

En todos los espacios aparece,
transfigurada por
el sopor del verano en un Enero raro en
Buenos Aires, en el aroma
de la foto de

una rosa blanca, entre las polillas
de la ropa vieja,
es como si siempre hubiera existido y su
manjar fuera
devorar estaciones

que se esconden en cada prenda,
no hay metáfora
que me ayude hoy, es todo tan carnal, de
muy dentro,
como si el mundo

fuera nuevo y tener que señalar
con los dedos
los sentimientos que no tienen nombres,
algo así como la
escritura de un ciego.

No, no es fácil extrañarla sin
tener la menor
idea de como hacerlo, aunque la vea en
cada rincón de
mi oscura espera,

la palabra extrañar no resume
lo que mis
manos lisiadas de amor desesperadas
no entienden
y expresan.


Ruben Mangiagli

© 2014




Amarrada.


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Quiero torturarte con mi amor,
que mis besos tengan filos
y mis manos la fuerza
nacida de la ternura con dolor.

Que mis dedos te hagan levitar
sobre la sabana usada y
gastada por los cuerpos sea
un lienzo de deseo y pasión.

Y atarte con mis caricias, que
tu espalda libere la carga de
tus malos días estremeciendo
tus piernas y sujeta

pidas más sin negartelo en los
intervalos donde tus
manos amarradas mueran
por recorrer ese abismo

y lo que sigue no me atrevo
a narrarlo, porque solo
nosotros lo podemos
imaginar para ocultarlo.


Ruben Mangiagli.

© 2014



Almas.


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Cómo pájaro de lúgubre negro que
se posó sobre la rama seca del árbol,
presagio de una anunciación,
testigo de privilegio de
algo inesperado en un futuro
criado en el pasado pienso,

mi alma no era pura, ahora lo sé, es
inmaculada dentro de mi ser
que te invade, te conquista,
te somete y se rinde,
pero sangra,
porque se hizo carne, mitad
musculo, mitad deseo,
es una sobreviviente
entre todos mis recuerdos muertos.

No tengas ya miedos,
no hay temores si me das
tu mano y
las explicaciones
maltratan las respuestas, sin adverbios
que floten sobre mi último
poema de amor desecho,

porque juntos somos la disonancia de
la palabra,
la mala rima,
el mal ejemplo del buen ejemplo
que otros pretenden creer
mientras mis manos
acarician tus senos en el medio de las
miradas santas,

ellos no saben no tenemos almas, nos
tenemos a nosotros y con
eso alcanza.


Ruben Mangiagli

© 2014



Psicodelia.


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Perdámonos en otra época,
podría 
ser por los sesenta y
que la libertad te rodee de flores de primavera,
donde la noche este llena de estrellas
y lunas
de psicodelia y contarte
una historia a la luz de
las velas de un pez que vivía fuera de su pecera

que caminaba por tus bordes
esperando
que lloviera y entre
cigarro y cigarro
las esferas formen ángulos y en la habitación
haya tantas manos que
perdamos
la cuenta, de repente en un piano de
verdes almendras alguien grite entre las teclas

hagamos el amor y no
la guerra
y nuestros cuerpos sean
el campo de la paz sobre la tierra y mientras
uno te besa
mis dedos
escriban sobre
tu vientre unas palabras donde los puntos sean

tus pecas y terminen
en el vértice
de tus piernas cuando
tengas una pequeña muerte
que nos anuncia que la vida recién comienza.


Ruben Mangiagli

© 2014



31


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Y mis besos descenderan desde tus hombros y serán cubiertos por tus cabellos como cometa de hielo y fuego caeran por tu espalda para descansar en las curvas de tu cuerpo.


RM

© 2014




Si al final.


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He roto el orgullo de extrañarte,
porque me cansé de juntar
los ángulos de cada uno
de mis pedazos.

Sabemos que el tiempo no cura
ni al tiempo y la palabra fin
nunca acaba de terminar
ni de empezar.

Te digo adiós con mis manos
por detrás, para no tentar
esta suerte de perderte
de una vez,

no vaya a ser que mis dedos
sin querer te escriban
otra vez y al
final

quieras volver al instante en
que te conocí, sabiendo
que justo ahí es donde
no quiero ir,

porque si todos los caminos
me llevaron a ti es que
jamas nunca supe
partir.


Ruben Mangiagli

© 2014



Ni una.


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Estoy dispuesto a matar
cada palabra mala,
sin piedad
ni remordimientos,
una a una
hasta acabarlas,
no dejar ninguna entre
mis letras,
para no
sentir esta soledad
de quererte
tanto
cuando no estas, bam!!


Ruben Mangiagli

© 2014



Dibujo.


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Quiero empezar a dibujar
porque mis manos necesitan crear,

necesito entender que en mi
vida estuviste desde el principio y

sin final,

y poderte pintar en una
agenda escolar como cuando niño

mis lapices trazaban el
sueño de una mujer pudiera amar,

y entre juegos te veía
donde mi poesía aun no nacía en

mis dedos y no sabia
decirte que todo sucede y me sepas

esperar.


Ruben Mangiagli.

© 2014




Incipiente.


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Necesito en mi incipiente carencia
que me proveas de cosas
nuevas,

que la fantasía haga tierra y mis
manos desciendan por
tus caderas.

Que mis pasos sean la revelación
de cada una y de todas tus
promesas,

y tu boca toque el aire que me da
vida y me rodea, que me
respires,

que huelas, que recorras y sientas
con tu boca las elevaciones
que me creas,

y ser tu hombre por derechas y la
izquierda, de costado, de
frente,

por detrás y donde quieras,

y pensar que mi
vida comienza donde terminan tus
piernas,

y entonces

que el amor sea sexo y viceversa
de la unión de dos cuerpos
se desean

y una sola alma que se encuentra.


Ruben Mangiagli.

© 2014



Veta.


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Amor, desnudo de vestidos nuevos
en otro cuerpo de distinto aroma,
que esperaba en las diferentes
puertas donde las vetas de
la madera formaban tu nombre,
amor que no había sentido,
que no sabia podías inventarlo
pero siempre el
amor,
amor eterno,
adolescente amor,
inmadurable.
Reconozco en la luz de tus locuras
la oscuridad profunda invadida
por los mismos astros, la ternura,
que espera en tus imbesados labios y
tu cuerpo inedito a mis caricias,
y escribo para que mi última palabra
quede en tus manos y
disuelva las esperas.
de tanto sentimiento
que volver sea comenzar lo inacabado.




Ruben Mangiagli.

© 2014



30.


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Tengo a alguien podría decir que es especial, con quien nos compenetramos con tal naturalidad que a veces no se sabe dónde comienza el pensamiento del uno y termina el del otro, y tengo la fortuna de que en mi caso también sea así en todos los aspectos, aun lo más intimos. Nos gusta escribir a medias en nuestros dialogos, y aunque eso conlleva sus dificultades, por lo general cada cual es capaz de continuar la idea o los sentimientos puestos en las letras por el otro e imaginar las cosas despues sucedan y todo sea nuevo, inedito, atemporal , sin estaciones, donde la noches es cuando queremos y ahi, solo ahi olvidamos los miedos, que solo es uno en muchas formas, el de volver a perdernos.


RM

© 2014





Reyes.


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Ella dejó sus zapatos en
la puerta, había sido una niña buena,

pensó en dejar también
el vestido como ofrenda y una nota

donde en parte pedía algo,
donde en otra era agradecida por tanto.

Cuando se abrió el portillo
sin capas ni coronas, sin mirra ni oro,

tampoco incienso, un
hombre le trajo su regalo tan esperado

y lo que sucedió en esa
habitación nunca se atrevió a contarlo,

pero por primera ves creyó
era verdad existían los tres reyes magos.


Ruben Mangiagli.

© 2014



a historia de Flora y Gatomate XLXL


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Tremolina felina.


Gato siempre dice que Flora es cosa seria, pero cuando él se pone serio tiemblan azoteas y se golpean ventanas; se le erizan los bigotes y arremete a toda labia y no importa si Flora está ocupada, triste o enojada, él se impone con su lógica pragmática, medio gatuna, medio humana y las horas se tiñen de gris por un rato, los arco iris desaparecen, las paredes por las que otrora gatearon entre ronroneos felices se tiñen de negro opaco; pero de pronto algo ilumina ese cielo que siempre es testigo, una luz nunca vista por ellos que los encandila, y se miran atónitos y se redescubren; ella ve a su Gato, al de siempre, al que cada día es uno nuevo y lo abraza como a ella le gusta hacerlo; arráncandole la pipa, despeinando su barba, escondiendo las garras; porque sabe que nada vale tanto como ese Gato y la forma que tiene de amarla.


V.D.





29


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Cuando el arte se asemeja a los sueños, cuando los sueños se parecen a una persona, cuando la persona se hace pintura, y al final es casi todo lo mismo, cierro los ojos y caigo en el abismo de tu cuerpo.


RM
©2014



Nena.


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Y asi creció ella, para ser hoy como una reina, libre, conversa, hacedora, complice en todo, una cosa seria como una gata Flora, una mujer única en todas sus formas.


RM

© 2014




Antes de ti.


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Extraños cerrojos que no abren
puertas, mil ventanas
siempre abiertas,

vivir sin darme cuenta, sentir y
no sentir, rodar como
un rueda

que se gasta de hacer caminos
en un circulo que
jamas comienza.

Mi mente que hace recuerdos y
memorias como si
todo fuera un manual de
hojas viejas.

Engaños de primavera con olor
de otoño en los cuerpos
y esperar solo para ser
más esperas,

y creer que si, que merezco tener
lo que siempre se me
escapa, una mujer que me
mire y entienda

que mis silencios también forman
mis vivencias y que solo
puede abrazarme en mi
rincón oscuro

de soledades muertas si un día me
dice casi sin darse cuenta
que me quiere sin pedir
respuestas.




Ruben Mangiagli.

©2014




Ausencia.


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Sabes que te quiero,
que no hubo un punto de comienzo,
es algo que traspasa
la distancia y
el tiempo,

que no necesito
explicarlo en cada momento, que
estas en cada parte
de mi alma y
mi cuerpo,

y tu dolor es mio,
se hace carne de mi carne, en partes
iguales en mi alma,
en mis manos y
pensamientos,

que daría lo que
no tengo porque una sola lagrima
no caiga por tus mejillas
y se duerma en
tus pechos,

que sé de los mil
abrazos que nos debemos, y esta
noche entregaría mi vida
por darte uno
de ellos,

y sin embargo no
puedo, ambos vemos el vaso que
esta vació y lleno
de esperas y
sueños,

y nos llueve por
dentro en esta noche que es todas
las noches de un
invierno sin
dueños,

sobrevimos a tanto
juntos que no lo entiendo, ausencia
de uno que es de dos
y un amor sin
palabras,

tan mudo, tan poco
nuestro que lanzo estos versos al
viento, esperando lleguen y
amanezcan junto
a tu lecho.


Ruben Mangiagli.

© 2014



Palabras


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No sé porque hablan de mi amor,
como pueden sentir
lo que tanto le cuesta entender a
mi corazón,

querer contarme como es a mi al
menos una de mis
maneras de amar, y opinar si está
bien o mal,

si no tienen ni idea de lo que me
ha costado encontrarte,
que te espere en cada rincón, en
cada lugar,

intuyendo, aprendiendo, mirando
para que cuando pases
la memoria de mis manos puedan
recordar

que alguna vez supe amar, y que
mis dedos no se
olvidaron lo que es acariciar una
mujer de verdad.

Cómo pueden hablar de mi amor
si hasta yo
pierdo la cuenta de las diferentes
formas moriría por vos,

y que te quiero tanto, porque en
solo en tus ojos
de verde tierra los míos calman
su dolor.


Ruben Mangiagli

© 2014





Esa mañana.


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Se encontraron en el mismo café, era como un ritual, las miradas repetidas, cada uno sabía lo que el otro pedía, él un café con leche y dos medialunas, ella quizá por su ascendencia que se notaba en sus pecas un té con leche y dos tostadas.
Y lógico fingir que se ignoraban.
Nunca quedó muy claro los por qué, si se debía al otoño que jugaba con los destinos, si era una carga de atracción tan fuerte que se no se mezclaba o si en realidad no era nada, no se justificaba.
Lo cierto es que algo cambió esa mañana.
Había otro mozo, uno nuevo, que no conocía sus gustos, así que cuando cada uno pidió lo suyo tuvieron un motivo para mirarse, y ademas el mozo les dio charla a los dos, cosas triviales, y ahí a la vista se sumó el sentido del oído, se escucharon.
En un momento, el impecable señor de ropa blanca, en forma inesperada la miró a ella mientras servia en la otra mesa el café con leche y le dijo, no piensa ud lo mismo señorita?, ella desconcertada dijo , si claro, y él hombre dijo no, yo no estoy de acuerdo, la poesía no pasó de moda, aun hay hombres y mujeres que creen en el amor, en su manifestación necesaria en algún preciso instante, Cecilia, así se llamaba ella, se quedó mirándolo como asombrada, jamas después de tantas mañanas hubiera imaginado un comentario así de Daniel, el señor del café con leche, y le respondió que si , que coincidía en eso. El mozo, desconcertado ante el cambio tan radical de opinión de ella, se alejó sonriendo y pensando en lo volátil de las ideas de las mujeres, en como pueden cambiar en segundos.
Ellos dos se quedaron en su mundo de literatura, se olvidaron de ir a trabajar, de la hora de la comida, solo hablaron, se miraron, se conocieron y confirmaron que estaban enamorados desde la primera vez que se vieron.
Quedaron para desayunar la mañana siguiente.
Al llegar al otro día, el mozo de siempre se acercó, un poco confundido la verdad, a la mesa que ahora ocupaban Cecilia y Daniel, con el café con leche , el té con leche, las dos medialunas y las tostadas.
Casi al mismo tiempo los dos juntos le preguntaron por el señor los había atendido en día anterior, el mozo los miro como si fueran locos, y les dijo ayer estuve yo, y la verdad me extrañó no verlos por acá.
Un silencio los rodeo, pero tampoco hubo preguntas ni respuestas, el amor tenia formas increíbles para acercar a las personas.
Nunca más se ignoraron, nunca más se separaron.


Ruben Mangiagli.

© 2014




Envuelto.


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En mi vida imagine que el
amor fuera así,
que viviría envuelto en ti
desde el primer día te vi,
que mi dolor se calmaría y
que dormir me sirva
para soñarte una y otra vez
más.

Puedo decirte que eres mi
lluvia que moja mi calor,
el fuego que no se termina
de mis inviernos,
mi historia de hoy, mi
pasado sin ayer,
el porque de una amanecer,
todo lo que quiero
escribir y ser.

La mano para sostener
cuando me toqué envejecer,
la mirada que quiero ver,
la que respire mis suspiros
en la noches donde cada
palabra vuelva a nacer.

Te siento en mis huesos, en
mis brazos ahora fuertes
que te sostienen,
eres el aire que entre
mis costillas me dice que
la vida es buena y me
quita el miedo de morir.

Sigo envuelto en ti y no
esta mal si al ver tus ojos
puedo decirte que te quiero
como nunca quise a una
mujer jamas.




Ruben Mangiagli.

© 2013



Heridos.


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No puedo pelear si te entregas
porque tu herida
me atraviesa
a la mitad,

no podemos caminar, y no sé
si esto es rendirse,
pero no me voy a
arrastrar,

no puedo morir, no puedo ni
siquiera respirar
ni elegir ni
optar,

no hay magia, un camino sin
pasos que dar no nos
va a encontrar
jamas,

quedamos parados sin poder
mirarnos, sin pactar un
simulacro de la
soledad,

y no sé donde ir porque no
sabes donde estas,
ya no hay tiempo
para esperar,

porque no puede haber solo
un final si no pudimos
empezar, solo vacío
sin verdad


Ruben Mangiagli.

© 2014



La cena.


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Digamos que no había un menú definido, pero si era una cena especial donde todo estaba permitido, además era la última del año y el postre seguramente el primero del nuevo que estaba llegando.
Sirvieron la mesa como es debido, con educación sumada al estilo. No es que fueran de alta cuna tan solo bien enseñados.
Se pusieron sus mejores atuendos, ella un vestido largo con escote que provocaba cosas indefinidas según era el ritmo de su respiración, él saco y corbata, como no podían elegir la estación de su universo, dejaron en el perchero los abrigos, no vaya a ser que el invierno los sorprendiera en pleno verano o un viento de otoño refrescara la primaveras de antaño.
El primer plato fue clásico, un poco de ensalada a gusto de cada uno, pero el segundo y principal fue variado.
Primero se comieron lo malo del año, la envidia, los desengaños desencadenos, esos fueron sus primeros bocados que a modo de juego le pusieron nombres, este trozo son tus hermanas dijo él, ya nos la quiero de cuñadas, ella no reprochó nada, tragó sin excusas mirando a su amado, luego agregó ella , este otro que es muy abundante son tus amigas que no me gustan, las que detesto tanto, entonces tuvieron un duelo de miradas, pero ya estaba acordado, así que fueron parte del menú malo.
Ya mas tranquilos, relajados repitieron plato, pero lleno de porciones buenas, así fueron pasando el rato, compartiendo el tenedor de cada uno en la boca del otro, aquí va un poco de sueños y otro de proyectos mezclados con besos de un día soleado, luego comieron otras cosas, parte de cada pasado, el tiempo que no estuvieron juntos, los momentos peleados, un ángel que se acercó a la mesa también terminó devorado, no querían invitados, ni intrusos, ni curiosos de paso.
A las doce brindaron, enamorados.
Y el postre se sirvió ya en el nuevo año, fueron ellos mismos, sobre la mesa hicieron el amor, libres de cargas, llenos de caricias que nunca se habían prometido, que nunca se habían dado.




Ruben Mangiagli.

© 2014



Caminando.


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Da dos pasos hacia mi,
uno porque quieres
otro porque te lo pido,

yo haré otro tanto.

Dame tus manos, una
para acariciar y otra
para cuidarte,

y tú repite el acto.

Y cuando estemos a
punto de estar casi
pegados,

separarnos,

solo para poder ver,
mirarnos y
sentir lo logramos,

abrazarnos,
respirarnos,
fusionarnos,

a pesar de todos y de
los cuando, a pesar
de nosotros,

y restar los besos que
se adeudan a esta
felicidad de

habernos encontrado.




Ruben Mangiagli.

© 2014