Archive for abril 2011

Urgente plegaria.


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Sabes que no hablamos mucho,

yo no molesto, ni te rezo.

Tienes muchas cosas mas importante en tu credo.



Tu tiempo aunque eterno te

tiene muy ocupado con la

humanidad, y el mio efímero pasa como vendaval.



Me das todo en la vida,

dinero para gastar y muchas otras

cosas que por pudor ni tu ni yo vamos a contar.



Mi ultima oración fue

para que ganara el Barça y

creo que tu corazón es también azul grana.



Así que aquí me tienes

en mi balcón hincado,

mirando el cielo y esta vez orando y suplicando...



por favor quítale el dolor de

espaldas y por nada del mundo

permitas que decida hacerse la reducción de mamas.

Amen.


Ruben Mangiagli



En todos los tiempos.


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He sido de todo para encontrarte, en todas las épocas,
en todos los lugares. Aprendiz de orfebre para poder
moldear tus deseos, para construir las certezas de tu
cuerpo, en las curvas casi perfecta de tus senos.

Luchado como soldado contra el destino, buscador
de la gloria de los fracasos que marcaron mi camino,
para contarte mis batallas, mi sangre derramada en
amores que fueron parte de la nada.

Curé cada una de mis heridas, sabedor que debería
en algún momento disponer de la sabiduría que solo
dá el tiempo, para poder levantarte de tus caídas, y
reparar tu alma tantas veces partida.

Me hice fuerte en mi hombría, para que de una vez
por todas puedas cerrar tus ojos sintiendo que al otro
día todo estará en el mismo lugar, que mi firmeza
como hombre te protegería.

Y fui música en las notas de las melodías que el
tiempo tejía en los caprichos de la espera, y así
cuando hubiera llegado el momento, reposes tu amor
en las sinfonías aun no escritas.

Con la poesía te entregué mis manos, intentando
contarte que te esperé desde los comienzos de mis
días, como se espera el alba después de las noches
que se cubrieron de tantas pesadillas.

Y soy sol donde giras, y satélite en tu vida, cielo
de tormentas en algunos momentos, brisa que te
quiere y te acaricia, tempestad y calma, mar e isla,
faro de tu puerto, península en tu bahía...

Así que estoy con todo esto, con mi historia, con
mi vida, disponible para amarte siempre, como el
primer día, desde que una noche me escribiste,
hola, te acordás de mi? Yo fui parte de tu vida...


Bea a Ruben .
hola Rubén!, soy Beatriz ... te acordás de mi? (
23 de septiembre de 2010 a las 3:10 ·)



Ruben Mangiagli.

No voy a decirte.


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No voy a decirte las ventanas abiertas, porque ya


las conoces, supiste ser el rayo de la mañana que


se espera en el ocaso que es mi alma.






Deberías haber aprendido ya, conocerme un poco


más, o intentar no saberme mucho para que puedas


improvisar y no pensar tanto.






Sabes bien que no puedo saciar toda tu necesidad,


aunque lo intente, aunque yo sepa esperas que mis


actos sean consecuentes con lo que hago.






En cambio tu eres dueña de toda la magia, conoces


lo que me cambia el día, mis primeras necesidades,


que son un simple te amo.




Eres mi diosa y lo sabes, lo tanto tiempo esperado,


mi Venus, pero no seas estatua porque extraño tus


manos para que puedas decirme,






en todos tus poemas lo que no te sale hablando, y


que me cuentan lo que ocultas y callas en orgullos


como los míos, separándonos.




Deberiamos rebelarnos contra nosotros, reconocer


que la inteligencia y el arte de hacernos daños, es


la manera mas fácil de extrañarnos.






Ya no firmemos mas tratados, ni acuerdos ni ningún


pacto, somos los maestros de no cumplirlos, mejor


dame un beso, rindámonos.


Ruben Mangiagli.



Metamorfosis.


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No quieras entenderme en los miedos
soy todos y ninguno, noche y claroscuro.

Ave de rapiña sin vuelos, que se alimenta
de amores de otros cuerpos.

Soy uno y soy miles, o ninguno e invisible
 portavoz de las malas nuevas y derrotas pasajeras.

León que puede dominarte en el arte de amarte,
pero prefiere ser amado aún con desgano.

Pero en verdad y pensándolo no tengo ningún
animal en mi, soy una puta de burdel a punto de parir.

Solo soy yo con todas mis partes más fea, si quieres
quedátelas, y yo me reconstruyo nuevas.

Pero mi obra magistral fue creer en tu alma en la
metamorfosis de un poema de amor antiguo

donde hice con todas tus mentiras mis mejores rimas,
fuiste mi mentora, mi maestra, mi mejor escrito

fuiste como yo tantas cosas que no sabes, pero
por seguro eres mi olvido preferido.


Ruben Mangiagli

autodefinido.


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Te quiero escribir lo que siento, lo que pienso

cuando te extraño, cuando no te miro.

Decirte lo que las palabras no expresan, y sé

que no es posible, porque ¿ como defino la

palabra belleza en tu rostro, o como busco

un sinónimo de pureza en el reflejo de tus ojos?.



Los adjetivos se agotan cuando te escribo, los

adverbios pierden los sentidos, porque te quiero

mas allá de mi tiempo, mucho antes de haber

nacido, y no hay vocablo inventado para decir

que te quiero desde antes de siempre amor mío.

Sin tiempos, sin espacios perdidos.



Es verdad que los amores recorrieron nuestras

vidas, seria absurdo negar esa verdad, pero no

se explicar porque si fueron amores ya no hay

nada de ellos, que esos sentimientos se esfumaron…

no dejaron huellas, ni registros.

Solo hay un amor, el presente, el que siento contigo.



El concepto de morir entre tus piernas, de contar

los deseos en capítulos, separarlos en estrofas de

besos, abrazos, recorridos de labios por los cuerpos,

perdida de los sentidos, que se reinventan en nuevos

tactos, olores, inéditos, posibles y discontinuos…

no hay explicación para esto, solo puedo vivirlo.



Podría decirte románticamente que te amo, que

eres dueña de todo mi cariño, contarte de primaveras,

flores y caminos, o ser mas explícito y decirte que

mi sexo reconoce el placer en tus labios partidos.

Pero no, prefiero no definir nada, solo decir esto,

vente , quédate, quiero todas las vidas contigo.


Ruben Mangiagli

Infidelidad.


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Llevas el color blanco en ti, como la nieve,
como color neutro de una bandera, tienes
esa elegancia que cuando te miro, el placer
de sentir te tengo sea infinito.

Llevas partes de brillos, que yo en mi afán
de cuidarte los mimo, me envuelves en tu
piel cuando estoy contigo, me muestras los
horizontes y todos los caminos

Tienes toda música que yo ordeno cuando
recorremos juntos las calles, y más de uno
se da vuelta para mirarte, pero no importa
eres mi orgullo, mi bien querido.

Puedes ir despacio si yo lo deseo, o aun
mejor con la velocidad que me a mi me
parece del sonido, firme, en la seguridad
que responderás a mis pedidos.

Ahora te dejo, me llaman para la cena y
su sonrisa se ilumina al verme sentado
cuando escribo, claro no sabe que no
es para ella el poema...

que las letras llevan otro destino, que no
se imagina y que tampoco yo le digo, es
un secreto que estos versos son para ti,
mi coche, mi auto divino.

Ruben Mangiagli

Escritura privada.


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Todo en ti tengo puesto, desde los
pies, mis manos, mis huesos, y desde ya mis besos.

En tus manos dejo mis versos, como ofrenda del
tiempo, de ausencias y ruegos.

Tus ojos son mi descanso, en su
oscuro color, abandono los días del largo invierno.

No quiero mucho a cambio, tampoco promesas de
de amor por siempre eterno.

Dame tus días empapados de sonrisas, y las noches
de sexo compartidas.

He bautizado de nuevo los sueños,
llevan tu falda, tu talle, y telas dibujadas por vientos.

Te doy mi pasado, guardalo, enterralo, escribe un
presente de cielos.

Y si hay infiernos, que podamos
salir de ellos, recordando las promesas de querernos.

Puede que haya lagrimas, en nosotros estará que no
sean de tristeza sino de contentos.

Fue mucha la espera de encontrarte,
de adivinarte entre tantos otros cuerpos extraños,

así que prometo no perderte por más
que haya celos, y esas dudas que te atrapan al vuelo.

Ya no quiero tocar otra piel, sabelo, te elijo a ti, a tu
alma, a tu mente y tu cuerpo.

Toma, en este acto sin duelos, me
entrego a ti, para cuidarte, ser tuyo, y también tu dueño.


Ruben Mangiagli

Libro abierto


.

Leo y releo la paginas de este libro,
que consume mis horas y las llena,
me llevan por mil viajes de océanos,
nuevos y nítidos, de aromas de vino,
y cielos claros , de aguas oscuras
como tus ojos, y de tempestades
de quietud que empapan mi alma.

Sus paginas que saben a tu piel,
de hojas blancas, estas descripta,
sí ,con metáforas de rimas, donde
tus pechos son medanos perpetuos,
tus manos marcadores del tiempo,
y tus pies llevan el ritmo de todos
los versos, para que tu belleza y
bondad habrán capítulos nuevos.

A veces cambia y se vuelve historia,
mi biografía, que cuenta de mi vida,
de mis días sin ti, de desencuentros,
de destinos ancestros de corte no
creíbles, de fantásticos sueños, y tú
estas en ellos, como quien gobierna,
se adueña y dicta los sentimientos.

También tiene relatos de sexo, donde
yo muero poseyéndote, y me siento
tu dueño. Donde tu eres la reina de
todos los juegos, y yo solo un aprendiz
de tacto inexperto, que busca darte el
placer para que llegues a los cielos, o
los infiernos, según tus caderas cedan
a los designios de todos tus fuegos.

Pero es, por suerte para ambos un libro
abierto, con cuartillas blancas de lienzo
donde pintar los presentes de los besos,
o reescribir los pasados para que sean
buenos. Un libro sagrado, perteneciente
a ambos y no a ningún pueblo, privado,
secreto, con dos palabras, amor eterno.

Ruben Mangiagli

Tardia expiación


.

Los inviernos pasan , año tras año y no borran

los recuerdos macabros, quedan ahí, estáticos.

No sé porque me toco a mí en suerte estar en

ese lugar, que destino me depositó a mi pesar.



Estuve ahí por mi patria o por mi bandera, no,

hoy sé que no, pero creí en ello, quizá porque

el orgullo de mi padre era importante en mi y

la idea de lo correcto en esos tiempos era así.



Cuanto frío en mi cuerpo, el miedo que era el

compañero susurraba silencios de vientos fríos,

helados que calaban mis huesos, las manos y

la mirada perdida empuñaban ese vil momento.



Disparé, disparamos, una , dos, treinta veces,

el ruido partía los oídos, acallaba pensamientos

solo vi caer su cuerpo en mi mira, peleaba por

mi vida, que no seria igual después de aquello.



Fue otro invierno que caminé por Londres y

terminé frente a ese monumento, tres habían

caído ese día, George, Frederick y Peter, uno

se llevó consigo mi bala en su pobre cuerpo.



Pedí perdón , busqué desesperado el consuelo,

dejé una flor, murmuré un ruego, lloré todo

lo que había en mi alma, pero nada cambió ,

los malos sueños son esos malditos recuerdos.


Ruben Mangiagli

Rostro y alma.


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Cuantas caras he usado para ti, y en verdad no lo
sé, hasta juro que olvidé la miá en el espejo que me
reflejé esa noche al volver de madrugada a mi cama.


La tristeza me dibujó esa nueva cara, donde todo
se notaba, mis arrugas marcadas como si en mis
manos fueran las lineas de la vida, y tu no estabas.


Y sin embargo mi rostro cambia cuando pienso
que aún me amas, y como cirugía mágica mi
sonrisa se instala, y me aleja de todas las nadas.


Mis ojos que todo lo miraban, se apagaron en el
momento de tu silencio, dejaron de ver para no
contarme que ya no estabas, que eras recuerdo.


Si hubieras sabido que te busqué en todos los
caminos, en el desierto de verme rodeado de un
gentío en una calle, quizá te quedabas.


Fracasé en mostrarte como te amaba, impetuoso
intente recuperar los tiempos perdidos, sin darme
cuenta que quemaba todos los nuevos.


Hoy mi cara es solo una, la que esta en una foto
opaca junto a una guitarra, pero jamas te contaré
que en ese instante te pensaba, te añoraba,


y en las notas de música que no se ven, los sonidos
te hablaban, en bajo tono de cuerdas decían, vuelve,
mi alma esta abierta sangra, es tuya, y te ama.


Ruben Mangiagli.

Fragmentos.


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Te desvaneces en el amor, y yo contigo
 no puedo evitar mirar el camino y no te
 veo, no te encuentro, te voy perdiendo.


En la locura de quererte y que me quieras,
sin quererte, ni me quieras, dicotomia que
marca como garras en cansadas espaldas.


No sé que estrella mirar, no está el norte,
donde quedaron tus besos, y todos lo que
yo te debo y caducan en el tiempo.


Estoy perdido en la niebla del olvido del
nunca jamas, en tus respuestas del tal vez,
muriendo en todos tus quizás.


Y tú también mueres, y lo peor es que sí
te das cuenta, y te inmovilizas en la triste
agonía de las tinieblas.


Fragmentos de amor que se buscan en el
puzzle que tiene piezas perdidas, donde
nos extraviamos, para no encontrarnos.


Ruben Mangiagli


Libro terminado.


.

La vida es muy corta para que el amor duela,
pasa como un viento de un día de verano,
que puede refrescarte o puede ahogarte.

No quiero más amores malos, ni esperas,
quiero todo lo que me he ganado, es mi

tiempo, ya no deseo el pasado.

Y puestos a elegir quiero una mujer que
que me diga te amo como jamas he amado,
a una que muere al callarlo.

Lo libros se terminan, y otros se comienzan
por mas releídos que sean , nunca pasa que
la historia se renueva.

Las estrellas son las mismas, cada mes hay
una luna nueva, ya no quiero ser menguante
en el amor y las esperas.

He amado y he sufrido, todo es un circulo,
no necesito quedarme en viejos besos, ni
necesito recordar cuerpos.

Te tuve, me tuviste, te perdí y me haz perdido
estamos a mano, ya no hay lugar a reclamos,
me quedo con tu olvido, tu mejor regalo.

No matare por amor, ni moriré tampoco, no
vales las rimas de un verso, ni siquiera
el suspiro callado de un recuerdo.

Asi que querida mia, la puerta ya la tienes
abierta, yo comenzaré otra historia en la
tú por seguro no serás ni una sola letra.


Ruben Mangiagli



Visión nocturna.


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Estrella polar que iluminaste mis noches frías,
donde tu lejanía causó el dolor de no tenerte,
de haberte perdido entre nubes en la noche
más estrellada y clara, pero opaca a mi alma.


Como única de la constelación de Sirio, eras
parte de ese can, guardiana de mi sentimiento,
buscadora de sueños extraviados , que en su
pie encontraba los luceros perdidos.


En orion te quedaste para tomar el nombre
de Trapecio, formando los pilares de su
cinturón, que sostenía con firmeza mi sexo,
que se perdía en todos mis apremios.


Haz tenido las fuerza de Hércules, y la hiciste
estrella, para pelear en tu cielo por lo que
quieres, contra mi olvido y el tuyo, para que
lo posible sea continuo.


Y de pronto fuiste luna de un gigante amor,
y te llamaste Europa, para parecerte a la tierra,
para mirar de cerca la mancha roja de mi sangre,
que todo teñía en tu ausencia.


Y las mutaciones te llevaron a cambiar tu
impronta, y decidiste firmar como Rukbah, en
casiopea y la habitaste, para ser la mas pura,
y adueñarte de todo lo brillante.


Eres y lo sabes , la estrella de mis deseos, mi
visión del firmamento, dueña de las noches
cuando miro al cielo, para no extrañarte y te
busco en cada rincón del universo.



Ruben Mangiagli




Notas ilustrativas:




Estrella Polar: situada a menos de un grado del polo norte.

Sirio: estrella perteneciente al Can Mayor.

 Trapecio: estrella múltiple de la constelación de Orión.

Hércules: Estrella gigante muy visible.

Europa: Luna de Júpiter.

Rukbah: Estrella de la nebulosa de Casiopea.

Los vientos de la memoria.


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Como no quererte? No sé la manera de hacerlo,
porque cuando lo intento muero en tus versos.
Y resucito en el camino de tu espalda, donde
alguna vez mis besos descendieron.


La memoria, bendita aliada a lo largo de mi
vida, me traiciona, me trae tu aroma, y tu
aliento embrujo de mi boca, evoca tus partes
mas intimas, y mi deseo se desboca.


Tranhumo tus imagines y las situó en el tiempo
cambiando los caminos, para formar otros
nuevos, y el conjunto me obedece sabedor de
que lo pendiente deberá ser presente.


Tus manos, tus cabellos, la comisura en tu
barbilla, tus ojos de ensueño, que guardaron
fotograma por fotograma, que tampoco te
permiten olvidarme, y somos los vientos,


Poniente que eres, que me quema y agobia
pero necesario para que mi huerta crezca, y
yo el Pampero de mi tierra, que te hace sentir
como se ama lo que se extraña y se respeta.


 Y cuando nos encontramos formamos la más
temida de las tormentas, y nos llovió tanto que
tuvimos que escurrir las almas, y totalmente
agotados, esperar el escampado.


Quizá podamos ser brisa algún día, fresca de
verano, recorrer la playa mirando nuestros
pasos, y que todas las cometas vuelen, y los
pájaros cuenten por fin que nos amamos.


Ruben Mangiagli.





Me acordaba de ti, ( aqua )


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Transparencia crítica y cristalina el
jugo de tu voz humedece mis labios trémulos
¿en que orilla te bebí?
sin querer, me acostumbre a tu lluvia,


ER


donde mi cuerpo mojaste, y yo
me entregué como fuego fatuo a tus aguas,
para comprender porque el hielo quema,
o la nieve es blanca.


RM


Mojas la tierra en la que te sumerjes
la conviertes en barro para darle forma
jadeante magia en esta bahía profunda
en tu boca de sal las olas me traen la razón,


ER


y tienes el sabor del mar, y yo del rio
que desemboca como delta para abrazarte y
muere en tu boca, y mi orilla busca tu bahia
para llenarte con mi agua llena de peces de vida.


RM


Amarramos los barcos en noches tormentosas
dejando los sexos estériles rugir en su muerte
mientras beso tu labios de sal
en la excesiva intimidad de este mar nuestro


ER



Esther Ruiz.
Ruben Mangiagli.


Poema en Re mayor.


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Los tiempos de verbos se conjugan en nosotros
queriendo encontrar un tiempo que marque lo eterno,
jugando en lo indivisible, en lo perpetuo de nuestra
absoluta no elección, donde la única libertad que se
nos permite es querernos.

Te amé desde el comienzo, desde tu primer verso,
estando en amores de otra, esperando, sin saber que,
y me partió tu historia sin simulacros y los relojes
se pararon en el primer beso, en la vereda de una
mañana de invierno, que fue un abrazo donde las
manos fueron lazos.

Seguí amándote en el último beso que no fue dado,
como presagio de un final anunciado, cubiertos de
deudas, desconcertados, donde todas las respuestas
que buscábamos fueron preguntas que inmovilizaron,
y el reloj siguió funcionando.

Continué sintiendo, amando, perdido en todos los
caminos, curando tu cirugía sin anestesias, aguantando
el dolor, disimulando con una venda la sangre, que era
de color negro morado, de las venas de mi alma, que
se obstruían coagulando letras que no te nombraban
y que no te olvidaron.

Me seguiste amando en otros brazos, te seguí queriendo
siempre a mi lado, amontonando rencores, afilando las
espadas para cortarnos en pedazos, y así fue, mutilaste
mi corazón y te lo quedaste, y herí de muerte todos tus
poemas, y el arte lloró tus manos.

Es tiempo de otros verbos, de re-encontrarnos, de sentir
el poder re-enamorarnos, de re-conciliarnos con el sol y
la luna, re-construir al amor quebrado, al final forzados
y evidentes derrotados, sucumbimos al te amo, y no es
un mal comienzo, siempre lo esperamos.


Ruben Mangiagli

Negación plausible.


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Vivimos en la negación, en los ríos secos, disfrazamos sentimientos

en carnavales inventados, para negarnos,

para no necesitarnos,

Simulamos idiomas para hablar con otros, y

así poder decir los te

quiero, todos esos que no podemos decirlos, esos que se perdieron.



Inconclusos de médula, nos quedamos invertebrados y quebrados,

partidos al medio en la necesidad

de sabernos, de encontrarnos en la negación como

noche anterior a la crucifixión de nuestros cuerpos,

niego ante ti que te quiero,

te niego ante mi y antes todos , prefiero la muerte e ir al infierno.



Y sin embargo inventamos dialectos en forma de poesía, que

dicen absolutamente todo, que marcan

la cicatriz infecta de no tenernos, que sangran el

amor innombrable, bastardo y sin nombres, un

simulacro de juicio con condena

anticipada, ya pactada, concluida en la perpetua y cruel añoranza.



Ya no te niego tres veces, ya no quiero perderte, no voy a hablar

más dialéctos, ni usar caretas en

carnavales de invierno, me pongo de pie ante todo

esto, declaro la victoria de los sentimientos, ya no

puedo más con los silencios, no aguanto

morir en ellos, necesito decirte que aun te quiero, que aun te espero.






Ruben Mangiagli





Anátomia ( tuya)


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Pude ver tus ojos, que llevan tu historia viva,

donde están tus dolores, esos que te dominan,

aun en las lagrimas que brillan aunque sean de

risa, ojos del color de tabaco, ojos color de rió,

de tierra mojada, que da vida en cada remanso.


Pude tocar tus manos, esas que llevan todos

tus escritos, que crean el mar de palabras en

la quietud de cada letra, hacedoras de arte en

todas su formas, que acariciaron mi cuerpo y

que con su tacto marcaron mi piel con fuego.



En tu rostro, donde tus ojos mandan, está tu

boca que gobierna los besos, esos que me

diste, en perfecto preteritos, surcada por

tus labios que humedecieron mi cuerpo, que

me llevaron a los viajes, sin peajes, directos.


Espalda perfecta, antesala de esa parte que

es la mitad de tu anatomía, donde termina tu

columna, donde después comienzan tus piernas,

si, ya sabes de que parte hablo, esa que cuando

caminas todos miran, y los obreros silban.

(Soberbio)


Piel de aceite de oliva, en veranos color del

sol y en inviernos la nieve imita, que en tu

escote alcanza su nobleza, donde cubre la

superficie de tus pechos, en simetría perfecta,

que mis manos aprendieron, y que recuerdan.


 Eres la Venus de mi tierra, diosa que desvela

mis sueños, marcas los ritmos de los cambios

de mi cuerpo, que domina mi sexo, que solo en

ti se reconoce pleno, eres la belleza femenina,

diabólica sacerdotisa, dueña de mis deseos.



Ruben Mangiagli

Antes de.


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Antes que la tierra se funda en mi cuerpo,
quiero muchas cosas en pretéritos a ese momento,
que las aguas de mi río mojen de nuevo mi cuerpo,
que tus brazos rodeen por fin mi cuello.


Antes de ese día quiero darte todo lo que
tengo, que no me quede nada pendiente
en los agujeros del tiempo, que mis momentos
se transformen en los tuyos y en tus recuerdos.


Antes de esa hora espero haber realizado
parte de mis sueños, dejar en la memoria de
mis hijos lo poco que tengo bueno y que mis
amigos levanten sus copas entre risas sin duelos.


Antes de que me busque la parca, que por cierto
no la invito y no la quiero, dejemos nuestras
huellas en los caminos que nos falta de los mapas,
que esas huellas sean juntas, de personas se que aman.


Antes, y solo un instante antes quiero que mis
ojos vean los tuyos, para llevarme esa mirada y
contarle a la muerte amarga, que no me ganó la
batalla, que sigo vivo en cada verso, y en cada palabra.





Ruben Mangiagli
© 2011



Sin gramática.


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Se silenciaron los verbos, esos que activaban
los sentimientos, se durmieron en el fondo del
río que recorre mis pensamientos.

Me quede sin adjetivos, o más bien me quedé
en el final del diccionario, buscando en la zeta
alguno que sea el más adecuado.

Se terminaron los diptongos, que hacían que
nuestras oraciones suenen a música, melodía
armoniosa de vientos de poesías.

Olvide nuestra palabra, esa que solo tú
y yo conocíamos, la que calmaba y expresaba
cuando otras ya no decían nada.

Y me convertí en adverbios,¿ cuando volverás?
¿ Donde estarás? Encadené todos para obtener
respuestas que no llegaran.

Probaré con otro idioma, que me permita otras
nuevas palabras solo para tí, mon amour vous
attend, ma vie aussi.

Ruben Mangiagli

Cansada confesión.


.

Salgo de las sombras, de esas formas difusas que

con el tiempo formé a mi lado, realidades sin

sol de mediodía, abro mi alma para que presientas

mi piel desnuda, llena de tatuajes invisibles que

el tiempo dibujó cargando mi espalda de dolores

sin remedio, de tristeza sin duelo ni tormento.



Dejé de soñarte en mi otoño y sin que me diera

cuenta renombraste el invierno, para poder así

pensarte y que las esperanzas imposibles formen

nuevos tiempos, ¿podré tocarte con mis sentidos

dormidos carcomidos de esperas y vacíos ?



Si solo eres un espejismo, una idea temporal que

juega conmigo, me someto, lo acepto, y si tú

quieres jugamos al juego, eso si, por una vez

acepta mis preguntas, ofreceme las respuestas y

entonces la realidad será sin metáforas, a sangre

roja, palpable, seras real y te entrego mi destino.



Mi amor ya no es más escudo y espada, estoy

harto de ese camino, pelee por todos y por nadie,

olvide las palabras, salté los precipicios y solo

murallas había al final, y yo sin escaleras, me

quede sentado llorando el fracaso y lo perdido.



Duele este amor, como duele la verdad, molesta

como el viento de frente, pero es real, este amor

dio vuelta donde no se desdoblan las esquinas,

se quedo de cartón piedra, para engañar a la vida

camuflado en dureza, no es roca, no es arena.



Solo espero aún seas valiente, que la mujer que

lleva estrellas en su camino, acepte lo que ya

estaba escrito,sin conjuros ni pergaminos, sino

en el destino cruzado de dos errantes cansados,

así que aquí estoy, con las palmas en alto, y

solo bajare mis manos, para que veas me rindo.



Ruben Mangiagli



Con las manos desatadas.


.

Exhalación de aire como suspiro, espiración
de brisa después del ahogo, que puede ser
de un hombre o de un niño, que rebota en
mi pecho, simbolismo de seguir estando vivo.

Sentimientos como aves en la noche, que no
reflejan la luna, que están migrando rumbos,
volando a deshoras, para abreviar el camino,
sin saber donde llegar, sin destino conocido.

Locura que adopta formas fascinantes, que
atraen mas locuras formidables, dolorosas y
sangrantes, que escriben prosas de otros y
para nosotros, alternando errores de ego.

Sinrazón de lejanía, donde tu vida me busca,
donde no entiendo mis días si no se nada de
ti, orgullos de banderas descoloridas, tierras
ficticias de fronteras difusas e indivisas.

Nexos de negación continua, que son el más
claro reclamo de cercanías necesarias, voces
acalladas, para no morir de nuevo en el final
de nuestras risas que reemplazan palabras.

Frases sin sentido, perdidas, escribimos y
componemos melodías de himnos mudos,
pero los sonidos son estruendos en las almas,
que se buscan, se añoran y se extrañan.

Si al menos algunos de los dos podría pedir
auxilio, evitar la matanza, recordar lo que es
la poesía de flores blancas, el otro por seguro
respondería, y no existirían más distancias.

Ojala la inteligencia de nuestra raza se haga
presente, aunque sea en unas rafagas, para
asi de una vez por todas, podamos decirnos
te quiero, te extraño, con las manos desatadas.


Ruben Mangiagli.

Tango.


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Comienza el día que se unió a la noche,
sin interludios de sueños, ni de descansos.
Tango en sol de primera hora, vida, sexo,
recuerdos y dolor.

Contradicción de sentimientos que no dan
tregua, que giran en contra del reloj, donde
tú ya no eres yo, donde mi imagen ya no es
el reflejo de lo que era para vos.

Con el tiempo aprendí a mirar, y a callar
mezcla de cobardía irreal, fingiendo que
nada pasaba, que todo podía cambiar sin
ni siquiera respirar.

Donde estabas cuando te necesite, cuando
me partía al medio metido en esta puta y
mentirosa soledad de dos?

Odio la sensacion de tener que pensar,
y darme cuenta que no puedo, que las
respuestas no están, que simplemente se
fueron, no las hay.

Y aunque retroceda y quiera encontrar
la piedra filosofal, los sueños de locos que
nos gobernaba, no estan, se aplastaron y
la realidad fue mucho más.

Vos siempre corrías, y a mi ni siquiera
me enseñaron a andar, abismo de los
imposibles que quisimos burlar, a ciegas
ignorando la verdad.

Si pudiera dejarme llevar, sin saber donde
terminar, o empezar, si pudiera hacer en
los muros figuras chinas, que se unen y se
buscan, no estaría acá.

Donde estaba cuando me necesitaste, y yo
metido en mis egos de hombre mintiéndome
no te pude ayudar?

Estábamos mirando en espejos que no eran
perfectos, que al menor desacuerdo se
partieron, en cristales que son tu cuerpo,
en vidrios de mi carne y huesos.

Escribo en una mañana de lluvia, en clave
de tango, con nostalgias que matan y sin un
final anunciado, me pregunto, donde estoy?,
Que nos ha pasado? Donde estas vos?

 

Ruben Mangiagli.


Ausencia mortal.


.

Tengo la piel gastada de tantas marcas
que solo yo veo en los espejos,
invisibles para otros, para otras que
la acarician y provocan mas ausencias.

Las manos trémulas de escribirte y los
dedos manchados de tintas diferentes,
mensajes en botellas que antes vació,
para no pensarte, para no extrañarte.

Todas las palabras usadas, muchísimas
mal tratadas, donde cambio su significado
para que la etimología no te nombre tanto,
olvidando verbos de amor, recortando adjetivos.

Me adueñe de las noches para poder respirar,
para no agobiarme en la rutina de los días
destruyendo las horas con falsas poesías,
que nada significan si tu ya no estas.

Entregado al destino como cristiano ante
el león, mirando anonadado como otros
festejan mi muerte entre gritos, y lo peor
es que prefiero ese designio a no estar contigo.

Profecía cumplida que ignore, alertas a
gritos que no escuche, la tristeza le gano
al día, me quedo en mi noche, donde entre
sombras, me duermo ante tu olvido.


Ruben Mangiagli

Escaleras.


.

No puedo bajar los peldaños si ya los he subido,
no puedo mirar para abajo sin sentir que he
perdido, sin caerme en el vertido del olvido.

Uno a uno los fui escalando, y en todos tu
nombre estaba grabado, en verbos presentes,
en verbo pasados, salteados.

De granito algunos cuando me enfrentó a tu
negación, de madera cuando te olvidas y te
dejas llevar sin pasajes ni destinos.

Verticalmente los he subido en cada uno de
tus besos, y aun continué cuando de caracol
se volvieron en tus dudas cubiertos.

Seguí siempre tus huellas con la paciencia de
un monje en penitencia, en silencio como el
lobo a su presa.

Toque las nubes , seguí subiendo, aunque y
ya sin remedio esas nubes fueron niebla de
suelo, comencé a subir de nuevo.

Y no me canso de hacerlo, puedo esperar y
en algún momento, en el mismo escalón
tú y yo estaremos de nuevo.

Y ahí juro por Dios, que tu mano ya no la suelto.


Ruben Mangiagli



Absurda perdida.


.

No puedo entenderlo, no quiero aceptarlo, no puedo evitarlo.
Te lleve el té con azúcar a la cama, estabas enredada aun
entre las sabanas, tu sonrisa diáfana como la mañana.

Tus fotografías me hablan por toda la sala me repiten las
mismas palabras instantáneas que quedaron en el aire de los
momentos que vivimos, de las historias reflejadas.

El contestador aun pronuncia tu mensaje, que con voz alegre
contaba que no estábamos en casa, y al final tú decías entre
risas, deja tu recado, si tienes suerte devolvemos la llamada.

La ropa sucia amontonada, con el olor de la noche pasada en
juegos de brazos enredados y de palabras nada santas , donde
te decía que ya no sabia desde cuantos años te amaba.

Me habías prometido estar siempre, que estarías cuando yo
llegara a casa, y me contarías lo que hicieron los niños en
mi ausencia para que yo no me perdiera nada.

Sé que no fue tu culpa, que querías cumplir tu palabra dada,
que creías en la idea del amor eterno, de las almas encontradas
por casualidad en una noche de amor descarada.

Solo una llamada, pocos palabras, lamentamos decirle que su
esposa ha tenido un accidente, correr como un loco para verte
y que un médico me diga que lo siente, no pudieron hacer nada.

Como le digo ahora a los niños, que su mamá que se disfrazaba
de hada para sus cumpleaños, ya no vendrá con la tarta, que el
sol se escapó con ella a las once y treinta de la mañana?

Como llegar a casa y que tu ausencia aplaste la vida como ya
nada importara, como regar las plantas que mimabas, como lavar
el carmín que aun quedo en el borde de tu taza?

Que se sequen los arboles, que se quemen los pastos, que los
lagos sean desierto, ya nada será como antes, ya no creo en
milagros, solo está este dolor que me parte en pedazos.


Ruben Mangiagli




Irreversible.


.

Caen piedras , la lluvia dejó a paso a ellas,
como si la tormenta hubiera sido poca, para
que cada una recuerde en sus golpes en el
suelo, que nosotros quisimos que así sea y
que la naturaleza no tiene que ver con lo que
nosotros provocamos, omnipotentes de los
orgullos, soldados mercenarios para partir
lo soñado.

Creíamos que todo lo podíamos pero nos
nevó en verano, y nos refugiamos en otros
brazos desconcertados, para que las aguas
derretidas no nos ahoguen, para disimular
el naufragio, que nadie vea restos de nada
en las playas, que el tiempo borre todo lo
que la marea no se llevó, ignorando lo que
el destino fraguó.

La luna no puede girar alrededor del sol ,
ni el mar cubrirlo todo, utopías que creamos
para poder ignorarnos, y caímos en otro
nuevo fracaso, pero seguimos estando como
satélites errantes sin órbitas, que se atraen,
provocando mareas que no tienen sentido,
sino no paramos el mundo ficticio donde tú
y yo nos entregamos.

No entiendo que estés con otro y sueñes
conmigo, como estoy con otra imaginando
estar contigo, daños colaterales de nuestras
guerras, que nada saben de batallas que nos
pertenecen, irreversible situación que solo
podemos cambiar tomando una decisión y
que el mundo se parta en dos, solo queda
un intento de reinventarnos.


Ruben Mangiagli

Antologia de las letras.


.


ER
Me ofreces la hoja de papel en blanco
sabiendo que jamás me canse de abatir mis alas
sera la voz en común la que decida
arribar las letras para esconderlas del viento,

el listón de madera pretenderá vencedor y vencido
y al despuntar la primera letra
el color púrpura de esta antología
proclamara tropas con espadas de dulzura.

RM
Entre pulgares de tintas te busco para
abrazarte en las letras, para que las
memorias de un poema creen otras nuevas
menguan mis manos en papel blanco de la espera

Sangran las vainas de las plumas que
como armas se usan, para defender el
sentimiento que justifica el instante de
fusión de la locura con la ternura.

ER
Aceita los engranajes de tus dedos
y deja libre la palabra
disuelto ya el aire sobre el poeta
los ojos con formas de instrumento tejen destinos,

y entre la carne gastada
y el beso impúdico, golpeen nuestras manos
este naufragio de sangre
de estos sudores sin fruto.

RM
Pero no esta todo perdido, ni hay olvidos
esta hoja como papiro salva memorias
de plata, como hilos, donde solo tu conoces
la palabra que cimiento contigo.

Los baúles del tiempo están vacíos,
y las lámparas de lumbre huelen a destino
salvamos letra por letra de la hoguera y
creamos el amor desde la blasfemia.

Derrotamos a los dioses, y ni Dios es testigo.



Rubén Mangiagli
Esther Ruiz.


El bar del olvido.


.

Cae la noche y todo se reinstala, mutaciones físicas
en figuras de hojalata, que hacen a todos los seres
iguales e indiferentes, donde solo tú eres de carne
y sangre viviente, dominas el presente y te adueñas
de las calles que llevan tu nombre, donde camina mi
memoria en los deseos solapados y besos perdidos .

Susurran las criaturas noctambulas palabras buscando
compañía, aunque sea por un rato, por unos minutos
para poder sentir calor en sus cuerpos de inviernos y
olvidarse que alguna vez fueron veranos. Soy y no soy
parte de su mundo, los ratos que me uno a ellos logro
tu olvido, pero ni el licor borra mis versos sumisos.

El café y el cigarro, fieles amigos, hacen menos cruel
la espera, las luces tenues desfiguran las sombras y
en cada rostro te veo, adivinando si aun me amas, si
en las sonrisas ajenas te ocultas para decirme que el
tiempo desparrama momentos y que me necesitas en
tu vida, así amanece entre copas y te vas de nuevo.

Ruben Mangiagli


Seis monedas.


.

Tengo seis monedas a cara o cruz por jugar, o

para comprar el pasaje de un sueño y volar.


Seis de diferente valor y tamaño que tendré
saber usar, destino que no puedo manejar.


Monedas que de un lado llevan tu cara, y del
otro la cruz, de no encontrarte ni verte jamas.


Circulares, de plata, únicas, que nadie más,
tocará si las guardo para mi si tú no estas.


Dos me las jugaré a mis sueños, esos que aun
espero, donde el futuro quiero sea realidad.


Otras, quizá un par las gastaré en los que amo,
hijos, amigos, poetas que quieran publicar.


Una me la quedo, para que tu rostro toque
mis manos, y tener algo que acariciar.


Y la última, la fundó, para volver atar los hilos
de plata que de ella saldrán, para que los nudos


que nos unieron, reencuentren su camino y se
vuelvan a atar, solo seis monedas me quedan,


a suerte o verdad, quizá sean pocas o quizá
tenga de más, sí, ya veré como las debo usar.



Ruben Mangiagli





Sometido silencio


.

Entiendo el sometimiento sumiso del silencio,
la herida abierta en el alma que escribe los
cuadernos que serán prosa, orgullos de mujer
amazona, que rompe los muros con palabras.


Añoras los besos dando otros, acaricias lugares
pintados en sueños, ciudades prometidas en
los otoños con pasaje abierto sin fechas, sin
nombres en su reverso, caducados y viejos.


Sé perfectamente tus dolores internos, perdidas
que censuras en las risas, como si el ave no
seria ave si no tiene alas, como un ángel caído
que paga deudas en minutos eternos de su vida.


Coraza de piel y piedras, adoquines que callan
las ruedas que por ti pasan, donde los vientos
intentan dejar huella, memorias efímeras por
donde el dolor pasa mientras sube tu marea.


Sentimientos que ocultas, para ser mas fuerte
ante la duda, cerrando ventanas a calicanto y
que luna quede afuera para que lo noche no sea
noche oscura, y que las estrellas sangren locura.


Soy el único que navegó tus aguas, ignorando
el encato de tu cuerpo, emancipe tus letras y
acalle tu universo de esperas un instante, pero
no pude dejar de ser una perdida más en tu


historia abrumadora, que destruye las ideas y
las memorias de tus días, que te inmoviliza en
la piedra movediza del orgullo, donde yo sin
pensarlo me uno, y caemos al vació tan oscuro.


Ruben Mangiagli


Entelequia de carnaval.


.

Cerrojos de llaves mágicas que llevas en ti,

como sonrisas rotas cuando me recuerdas.

Porque sé que los haces a diario, en el café

o en el cigarrillo que no acabas terminando.


Tratas de adivinar como son mis días desde

que tú no estas, y te cuento que ya no igual

al sol de mañana, porque yo también estoy

en eso. pensando que dirás, donde estas.



Tus noches que eran mis noches, ya no son

más nuestras, llevan otros nombres y en el

peor caso otras entregas, tienen diferentes

estrellas que parten lo oscuro como velas.



Si me ignoras, no te ignoro, si te hablo no

me hablas, entelequia de amor que aun da

vueltas, somos serpentina de carnaval, que

tienen mascaras quebradas por disimular.



Nos volveremos a encontrar, ambos ya lo

sabemos, y no lo podemos evitar, el tema

es si podremos con nosotros, o si de nuevo

en la mitad, te mato y me vuelves a matar.




Ruben Mangiagli.