Archive for junio 2013

Café.


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Ella dejó su beso de carmín
una perpetuidad de sus labios para mi,
un mensaje para después,
la impronta de su piel,
su boca con aroma de café.


Un deseo visual que me hace perder
la realidad y
dueño por un instante de la eternidad
de su amor, del mio
el de los dos.

Ella se fue,
un bar semi vació, como si fuera la
foto de un pasado lejano cuando
mi única compañía era yo.
Mozo, otro café por favor!
Que su imagen se me escapa entre la
gente que es nadie a mi alrededor.



Ruben Mangiagli

© 2013




De agujas y tiempo.


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Miro a mi alrededor, y veo mi reloj, estoy perdido dentro de él, me subo a su agujas y solo voy, sin saber a donde ni porque. No es confusión, yo tengo claro quien soy. Ni vértigo porque prefiero la lentitud de la aguja que marca las horas a la de los segundos. 
Supongo que soy clásico, poco contemporáneo pues nada digital me gusta, no quiero ser un numero que se repite día a día en un instante preciso, no necesito ser las cinco y tres con 41 segundos cada día, eso no va conmigo, las agujas, aunque también pueden parecer repetitivas no lo son, porque cada día se gastan en su mecanismo, algo parecido a lo que me pasa a mi, y necesitan del movimiento para funcionar o que le den cuerda.
A esta altura no puedo precisar que mecanismo actúa sobre mi, porque me muevo en forma constante, camino, corro, y hasta cuando duermo me muevo, pero ahora como en este exacto momento necesito cuerda para escribir, sino nada me sale.
Es tirano el tiempo, no te da la opción de casi nada, en un rato todo lo que era presente es pasado y el futuro se hace presente en cada acto.
No soy amigo del tiempo, todo eso que cura las cosas es mentira, que produce olvido también, es sinónimo de esperas, adverbio de las cosas que no fueron hechas.
Pero es necesario.
Nunca pierdo el tiempo, por eso me rijo por las agujas, que giran acordes a mis pensamientos. El tiempo es relativo, es una unidad que se mezcla con la distancia y con las estrellas, es ambiguo porque si es distancia es también tiempo, y el tiempo es necesario para consumir las distancias. Un paso un segundo, un paso un metro y en el medio de todo esto inevitablemente te espero sin saber si me acerco o te estoy perdiendo.


Ruben Mangiagli.

© 2013



Historias.


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Hay historias de amor inolvidables
Romeo y Julieta, 
Josefina y Bonaparte,

otras anónimas pero no menos
importantes
de hombres y mujeres que caminan
enamorados por una calle.

La nuestra que muy pocos saben
que la conocen si,
pero está llena de secretos
que los Dioses comparten

entre licores en sus
charlas de
tarde para por las noches inspirarse,

mientras nos espían y aprenden en
nuestros juegos a
disfrutarse,

así que amor mio nuevamente hoy
vamos a enseñarles

que una mujer y un hombre como
nosotros, no necesitan

paraísos terrenales, ni infiernos sean
ancestrales para gozarse

y el verdadero pecado es no saber
adorarse,
entre besos que se
abren en privados lugares
que

se ahogan en gemidos que suspiran
los cuerpos al amarse.


Ruben Mangiagli.

© 2013




Despacio.


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Quiero que la noche sea larga
encontrarte en casa
seducirte
conocerte tanto que me puedas
sorprender
desear recorrerte y reaprenderte,
que mi anatomía
cambie al acercarse
tus pasos de rojas sandalias
verte y que el tiempo se
detenga en mis ojos y tus manos
me inviten a tocarte,
despacio, muy despacio

Ruben Mangiagli
© 2013






Amores pasados.


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Son como el humo del tabaco 
que por ratos su 
aroma impregna un espacio de un
todo de lo que un día fue algo,

un café amargo que se ha
enfriado de
tantas veces calentarlo en los tiempos
que perdimos en vano,

un poema gastado de tanto
y tanto que
fue escrito sin ser terminado, letras
perdidas en párrafos,

así son los amores pasados,
esos que tuvimos
por nuestras manos y no crecieron,
apenas brotaron,

que no duelen
por haber
dolido tanto y se pierden en gestos
de fotogramas ajados,

una película repetida
de sábado
que se mira de costado con un final
anunciado,

que descansan en paz
sin ser enterrados,
sin fin de duelos de olvidos que se
perdieron

en el borde de un vaso
de whisky
barato en un bar de soledades siempre
acompañado,

quizá solo un respeto,
pero la
mayoría de veces es mucho mejor no
recordarlos,

pasado que se suma
al pasado
una historia que no fue nada, un libro
inacabado.




Ruben Mangiagli.

© 2013



A veces.


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Soy santo que te enseñó tu primera oración,
un pornógrafo del amor,
un poeta con vocación,
la letra de una canción.

Otra vez un irreverente de la locura,
bohemio de la noche,
una irresistible tentación
para los dos.

Verdadero mentiroso que jamas te mintió,
el dueño del mundo que
lo alquiló al mejor postor
y se arrepintió.

Un artista, un jugador que siempre gano y
solo un día perdió,
una erección que encuentra en tu
vientre su vigor.

El hombre que te ama, que vive por cada
latido de tu corazón,
que te cuida y muere por tus ojos
de tierra verde y sol.

A veces soy todo junto y otras casi que no,
pero al genuino, solo lo
conoces vos, que solo se libera en
los oscuro de nuestra pasión.


Ruben Mangiagli.

© 2013




Dobles.


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Los besos son como el whisky; siempre se prefieren dobles.


R.M.




Y que!


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Y qué si te quiero tanto!
que pueda bajarte la luna mientras caminamos,

robarte un jardín para
que los jazmines te envidien un otoño soleado y

gritar en la calle donde
todos están callados que me hace muy feliz

haberte encontrado
después de buscarte por todos lados.

Y qué si te deseo tanto!
que escribo un poema sin rimas con tu girasol

como párrafo de un
amor inesperado que me sorprende ilusionado

en tus ojos de tierra
verde que me miran como el hombre mas amado

queriéndote a mi lado
por siempre y algún otro rato.




Ruben Mangiagli.

© 2013



Entrelazo.


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He abrazado la angustia
con una fortaleza que era imposible
mi dolor fuera liberado,

las esquinas se habían
fugado y todos los caminos de tierra
se hicieron de barro,

sufrí, sufrí tanto.

Me hice amigo de la
noche, de los desamparados que no
tenían recuerdos,

porque todos los demás
los habían olvidado y eran nadie en
un mundo desolado

solo, solo me había quedado.

Los buitres invisibles
remontaban vuelo, asqueados de mi
carne con olor a espanto,

y en el duelo de mi
propia muerte en un instante sentí la
vida en mis manos,

escribí ,escribí fuegos fatuos.

Mis letras que eran
como un abecedario en otra lengua
se ordenaron,

y volvió el arte sin
cuestionarios, en tus ojos, en los huesos
de mis brazos,

queriendo, queriendo tanto.

Mi espíritu regresó
impregnado de tu aura y resucito en
parte mi alma

y de nuevo mi poesía
instaló un amor sin esperarlo que habla
de ti, de mi, de dos se buscaron,

sueño, sueño deseando,

momentos construidos
con besos acumulados y ese abrazo que
sostenga el tiempo sin espacios

y los cuerpos impacientes
se extravíen en huecos innecesarios de
nuestros dedos entrelazados.


Ruben Mangiagli
© 2013





La historia de Flora y Gatomate XVII


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Gato en mí


Si mi Gato tuviera noción de dónde llevo su imagen guardada, entre sueños de noches olvidadas, en mis labios de gata trasnochada, bajo mis pestañas de Flora enamorada que se sumerge entre burbujas de espuma tornasolada esperando su caricia tan ansiada ¿Sabrá que si no lo llevo, mi cuerpo no pesa nada? 




V.D.




La historia de Flora y Gatomate. XVI


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Mirada de Gato.


Gato espía, me observa de reojo, adoro su mirada incandescente, indecente, insolente. Me muevo con elegancia para él colgando de estrellas en infinitos giros de loco carrusel. Soy un torrente de gracia felina cuando sé que me mira y no importan otros ojos cuando de nosotros se trata, es una verdad de luna oscura que esta noche brilla clara; otros ojos son nada, son trozos de hojalata, elipses dorados sin alma en una ciudad en calma.



V.D.



La historia de Flora y Gatomate. XV


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Flora de lejos.


Hay algo que no entiendo y pienso cuando camino entre azulejos que son espejos del reverso, por qué no la veo?, si la busco y la encuentro en los rincones insólitos que no sospecho, pero si quiere ya no la veo, Flora que es cosa seria, es una gata invisible que se hace del color del viento, se mezcla con tareas que no entiendo, y se pierde en momentos que son para mi eternos, y yo que soy un gato mago que cuenta cuentos por más trucos haga ella se esfuma en el cielo que mide cuatro metros, y reviso cada rincón que es angulo de primavera e invierno, pero no, entreveo, pregunto, busco, pero ella sigue en algún lado lejos. Definitivamente no está.


R.M.






La Historia de Flora y Gatomate XIV


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Malevaje.



Gato piensa. A él le gusta mucho pensar. Fija la mirada de pasadizos oscuros con destellos de neón y se adentra en su pasado de malevo seductor. Su porte, su elegancia y alguna cicatriz se refleja en los espejos recortados de mi oscura mediatríz y el humo dorado de su puro se enreda con la Luna que sabe de sus andanzas pero se quedó muda; y lo miro, ronroneo, lo busco y lo encuentro. Soy suya, es mío, y esto sí no es cuento. 



V.D





Extremos.


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Soy un dios, no lo niego,
que reza una oración arrodillado ante vos,
con palabras de deseos en

cada parte de mi piel que
se hace carne en mi miembro que crece al
verte inmaculada como

si fuera tu primera
vez, vestida pero desnuda, descalza de
tacones que elevan tu altura.

Sos la hija de la oscuridad
que ilumina mi soledad, y que me da paz,
cuerpo de mi no cuerpo,

la magia hecha mujer,
dueña de cada parte de mi placer, de cada
gota de mi esencia como

una prueba de fe que
recorre tus labios, y me besa poniéndome
del derecho el revés.

Es un giro incompleto que
hace de las fantasías un circulo virtuoso,
cielo que es infierno

en tu vientre, infierno
que acaricia de a poco mi erección que
llega a un cielo de nubes

blancas ingrávidas
que se resbalan como niebla en tu espalda
y la noche que no

entiende de propiedad
es testigo de un amor que en las tinieblas
jamas dice no,

solo siente, solo se
entrega a los que lo desean sin preguntas,
sin responder.


Ruben Mangiagli
© 2013




Extrañarte.


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Dejé escapar hoy una palabra
con la esperanza llegue a vos
una que exprese lo que siento y no que lleve razón.

Después una frase compuesta
de sentimientos que nacen solo desde mi corazón.

Intenté con un poema de amor
que cuente con rimas algo que sucede en mi interior.

Y no alcanza la verdad, no
sé explicar esta sensación
que me consume, me divide y siento me parte en dos.

Extrañarte así es algo que
no figura en el diccionario en la distancia de un amor.

Solo necesito una palabra,
frase, un poema que diga que no quiero estar sin vos,

pero no, no la encuentro,
no lo sé, no existe, no sé buscar y acaricio el aire se

parece a tu cuerpo que
siento traspasa el mio y se escapa en mi respiración.


Ruben Mangiagli.





Fuga.


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Ella cree en el amor, en la fantasía
de los sentimientos se hacen metáforas
para refugiarse del dolor,
cree en las mariposas que crecen en su
interior, asi siente su corazón,
se completa de esperas y ausencias
y para que yo la sienta cerca,
deja escapar alevillas de sus cabellos de
color del girasol
y arriba es abajo, y el medio un costado
asi formamos juntos una figura
que brilla de luz mitad negra,
mitad oscura de sol.



Ruben Mangiagli.




Sentimiento.


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Te amo y te amaré
en un presente que solo será tiempo después,

con la rabia de los
años que no te conocí, en los días que te perdí,

en la forma que me
enseñaste, ni hombre, ni mujer, solamente ser,

lo haré aunque se
me gaste la piel, en carne viva hasta no poder

saber lo que es el
amor sino estoy dentro de ti, y tan fuera de mi.

Arriesgaré lo que fui
y que lo prohibido se adueñe de la no historia,

aprenderé a sentir,
lo prometo, aunque mis costillas se liberen en

besos que jamas dí,
en noches de sol y días de luna que jamas vi.

A corazón abierto,
con abrazos que aun te debo, en inviernos sin

calendarios, con mis
manos, que te esperaron desesperando, y las

palabras que día
a día te voy creando por todo el abecedario,

te amo, hasta que
lo más lejos, solo sea el aire que respiramos.




Ruben Mangiagli.







Inmensidad.


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A veces habito un mar lleno
de barcos hundidos
que llevan el mismo
nombre como si la palabra fracaso seria la
única
que he conocido.

No hay cantos de sirenas
que dejan sordos
mis oídos,
ni mareas que guíen todos mis contrasentidos
en un solo abismo,

y siempre me ahogo en tu
mirada, como un
naufrago que sobrevivió a todos los destinos
para morir en el brillo de
tus ojos verdes sin olvidos.

Soy el que te ha esperado
en la mitad de un océano de palabras que no
he dicho,
con los brazos
cansados
en mi crucifijo, solo

la barca de nuestro amor
me mantiene vivo
porque sin ti soy solo algo parecido a una isla
donde
nadie ha vivido.


Ruben Mangiagli.





Ajedrez.


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Las figuras se movieron en el tablero
cada una con su forma,
en diagonales
de vértices que gastaron mis manos,

con torres en ambos lados, cuidando
lo que había descuidado
un corazón
que amó como pudo sin engaños ni

atajos, a veces como un caballo que
galopaba desbocado,
otras, con
el paso cansado de todos los años.

Fui peón negro, fui peón blanco, en
diferentes bandos
trabajando un
amor con un final anunciado y

fui sacrificado.

Pero todo cambia en una partida en
el juego de la vida,
ahora
soy Rey, y tengo junto a mí una reina

que me da su mano, sin importarle mi
locura cuadriculada en
las noches
donde mi perversión toma el mando,

Jaque Mate, el amor ha ganado.


Ruben Mangiagli.

©2013





Vaivén.


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Todo nace en tu centro, es como la
marea
de un mar muerto,
donde la sal es parte del tormento
y lo dulce me lo invento.

Me llega tu calor, lo siento, es
mucho
más fuerte que
mi invierno que se hace duro en mi
sexo, crezco.

Las manos hacen círculos en
cada
abismo que encuentro,
pero me pierdo, no puedo, me rindo
y me someto,

tu boca recorre mi
cuerpo
con la devoción que
solo tienen las que saben amar y
no tienen miedo,

los labios suben y bajan como
si
pudieran morir en el
intento, comprimen, abrazan y
me desvanezco.

Te entro gimes, te sales suspiro,
vaivén
de locura y desenfreno,
somos la definición de todo lo
que es movimiento

y en un momento de milagro
que
no reconocemos,
terminamos vencidos en lenguas
liquidas de besos.


Ruben Mangiagli

©2013



Princesa.


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Puede que ya no tenga la edad pero
no lo puedo evitar
es que mis manos vuelven a
soñar y
reaprendo a respirar
entre suspiros y mi necesidad
de fumar.

Veo lo que hacia tiempo no veía ya
en mi mundo, es
como si la realidad fuera ahora
irreal y lo que
estaba viviendo era solo por vivir y
nada más.

No es haya retrocedido a tiempos
que me costaba
madurar, me miro al espejo y
la verdad
sigo igual con
algunas canas que no puedo ocultar.

A esta altura quizá deba aclarar que
no
deliro ni
que un cigarro me pegó mal, es que
ahora
recordé algo que nunca debí olvidar,

que no hay tiempos que te puedan
en la vida hacer
postergar por nunca jamas
volverte a
enamorar y que por una princesa
que llega sin esperar el reino

que nunca tuve ahora lo pueda crear
imaginando
que es
tan extenso que va creciendo
de norte al oeste
y que en una cama lo puedo guardar.




Ruben Mangiagli

© 2013





Perverso.


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Soy un cobarde de los sentimientos,
no muestro lo que debo
me sumerjo y siento

No justifico lo que hacen mis dedos
cuando deseo su cuerpo
y la pienso,

soy tan oscuro que casi no me veo
y en el anonimato
me quiebro.

No conozco el juego que juego es
algo que no comprendo
en mis miedos.

Es que ahora sé que sino la tengo
me muero después de
mi entierro.

No voy a explicar este laberinto
ni el espiral sin
termino,

me consumo en mi mismo, tiemblo
y no lo niego, solo
me sostengo

en el punto medio entre sus pechos
y mi sexo, no escapo
me quedo.


Ruben Mangiagli

© 2013




Contemos.


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Uno, dos, tres
vos me besas, yo te como
a besos,

cuatro, cinco, seis
del derecho y por todo el
revés si

queres, vuelta y
vuelta de labios por toda
la piel y

después nos recorremos
a dedo con la pereza del
tiempo

que se pierde entre las
manos cansadas de tanto
juego,

toda caricia tiene su
duelo cuando se termina
parte

del entierro, aunque
no haya viuda, viudo ni
muertos y

que las cifras sigan
corriendo hasta llegar
al momento

de la fusión de las bocas
con el sexo y seamos dos
números

un seis que mira al cielo
y se asoma por
el infierno y

un nueve que desde el
abismo conoce el
firmamento.


Ruben Mangiagli.
© 2013




La historia de Flora y Gatomate XIII


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Ansiedad.


Estoy inquieta. Camino, voy vengo entre paredes descascaradas y nebulosas multicolores; la Luna me invita guiñándome un ojo y sé que sin mi Gato soy nada, desconozco los olores. No es divertido recorrer tejados con pies descalzos ni adivinar estrellas con ojos cerrados. Necesito de sus bigotes pragmáticos para calmar mis ansias de latas de sardinas y atunes helados, para aceptar propuestas y guiños lunáticos en su compañía. Es simple. Lo necesito en esta y en mis infinitas millones de otras vidas. 


V.D





La historia de Flora y Gatomate. XII


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La sonrisa de un baño.


Estoy mirando por mi caleidoscopio y veo la sonrisa de Flora que es mitad luna mitad señora mientras se pasa la lengua a la luz de las velas, dice que se baña, pero juega, yo la espío mientras creyendo no sé da cuenta, y me detengo en su panza llena de pecas vértice de su girasol que me da vueltas y giro, giro en mi cabeza como un ratón en su rueda, de pronto me dice, deja de mirar Gato y me pide le lama la espalda porque no llega, obediente dejo mi aparato óptico, esto recién empieza, es de madrugada y las estrellas se fugan de mi consciencia. Hago.




RM




La Historia de Flora y Gatomate. XI


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Celos.


Hay sol pero me zambullo en nubes verdes y coloradas mientras Gato se balancea haciendo equilibrio sobre hilos plateados, fumando su pipa de rimas y metáforas bajo luces de neón intermitentes. Yo asomo mi nariz rosada buscando cielos diáfanos pero un cúmulo de mariposas psicodélicas revolotea haciéndome cosquillas. Me río, mi amado Gato se estira tanto para alcanzarme que las siete vidas se transforman en miles más y me acurruco entre girasoles dorados sabiendo que mientras me tenga entre sus brazos nada malo me puede pasar. El me ama.




V.D.





La historia de Flora y Gatomate. X


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Arcos en sus manos.


La noche se parte por la mitad, en el oriente te echo de menos y en mi occidente es en vano, así son las vidas de los gatos cuando extrañamos, todos los tejados nos parecen lejanos y las terrazas solo pisos divididos en cuadrados de rayuelas que no conducen a ningún lado, vemos arcos iris dibujados que nacen en los ojos de la gata que amamos que terminan en sus manos. Hoy tengo cara de perro, no ladro y muevo la cola de enojado, pinto colores opacos y me fumo el tiempo con un café helado. Flora no está y si estoy solo, solo soy un gato.


RM





La historia de Flora y Gatomate. IX


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Tiempo.


Tic tac, miro el reloj viajar y Flora no está, se fue a caminar por dentro de su soledad, así a veces se suele escapar y llegar a lugares que no visitó jamas. Yo soy de andar por la oscuridad y dejar que mi mente se arraigue más, las cosas no suceden por casualidad, la luna y el sol siempre se van a amar, esas cosas no pasan por pasar. Tic tac, Flora ya debe estar al volver, su perfume inunda mi bienestar, siento sus pasos en mis bigotes vibrar, me mira fijo a los ojos y me dice, hola mi Sol como estas? Muy bien mi Luna respondo sin dudar. Nuestro amor supera cualquier azar, nos quedamos mirando las agujas pasar en el punto medio de nuestra complicidad. Tic, tac, tic tac.

RM