Princesa.


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Puede que ya no tenga la edad pero
no lo puedo evitar
es que mis manos vuelven a
soñar y
reaprendo a respirar
entre suspiros y mi necesidad
de fumar.

Veo lo que hacia tiempo no veía ya
en mi mundo, es
como si la realidad fuera ahora
irreal y lo que
estaba viviendo era solo por vivir y
nada más.

No es haya retrocedido a tiempos
que me costaba
madurar, me miro al espejo y
la verdad
sigo igual con
algunas canas que no puedo ocultar.

A esta altura quizá deba aclarar que
no
deliro ni
que un cigarro me pegó mal, es que
ahora
recordé algo que nunca debí olvidar,

que no hay tiempos que te puedan
en la vida hacer
postergar por nunca jamas
volverte a
enamorar y que por una princesa
que llega sin esperar el reino

que nunca tuve ahora lo pueda crear
imaginando
que es
tan extenso que va creciendo
de norte al oeste
y que en una cama lo puedo guardar.




Ruben Mangiagli

© 2013





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