La historia de Flora y Gatomate XIII


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Ansiedad.


Estoy inquieta. Camino, voy vengo entre paredes descascaradas y nebulosas multicolores; la Luna me invita guiñándome un ojo y sé que sin mi Gato soy nada, desconozco los olores. No es divertido recorrer tejados con pies descalzos ni adivinar estrellas con ojos cerrados. Necesito de sus bigotes pragmáticos para calmar mis ansias de latas de sardinas y atunes helados, para aceptar propuestas y guiños lunáticos en su compañía. Es simple. Lo necesito en esta y en mis infinitas millones de otras vidas. 


V.D





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