Archive for junio 2012

Capitulos.


.

Es necesario que los libros de los días
te terminen, mas allá de un
buen principio,
mas acá de un mal final.

La hojas se tornan amarillentas por el
tiempo si no se vuelven a
leer, quedan
huérfanas de presentes que

se fueron, a veces sin querer, otras en
pasajes de un olvido que
no quisimos y
ni pudimos imaginar.

Nada es eterno, tampoco se acerca al
para siempre, es parte
de vivir creciendo
aunque no quede piel en el cuerpo.

Cerrar un capitulo, que al final es un
epílogo más, comenzar de
nuevo otro,
esperando no tener que

escribir de nuevo un final sin anunciar.




Ruben Mangiagli.


Ahora.


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Estaba pensado en los besos que te debo,
que si te los doy todos juntos no me van

alcanzar las medidas de tu cuerpo.

Que si las caricias que no te recorrieron
se harían camino, mis manos tendrían
que llegar hasta el cielo.

Cuando estas en mi sueños las noches
son tan cortas que al despertar no puedo
contarte lo que veo.

Es tan infinito el tiempo en tus manos
que se me escapa la vida por no decirte
cuanto te quiero.

La felicidad es la sumatoria de momentos
que vivimos, sigamos haciéndolo,
que para restar

están los días de invierno, esos que tanto
nos llovieron, el momento es ahora,
toca que nos disfrutemos.


Ruben Mangiagli.


Foto: Marcela Ferrer y yo, 1983


Amarrado a tu memoria.


.

Si resto los días que te tuve,
no sumo nada a mi vida,
no me alejo de la memoria

ni la melancolía.

Si pierdo tus besos, el sabor
de tu labios, restaría un
sentido que te mantiene viva
en mi boca vaciá.

No puedes ser mi principio
porque ya no estas, y no
sos mi final, ya que sigo en
la espera de que vuelvas.

Mi corazón aun late con el
recuerdo de tu sonrisa,
y mis manos te entregan mi
palabra hecha poesía.

Escribo sin saber el sentido
de lo que te cuento, y
sé que lo ya sabes, pero no
te lo estoy repitiendo,

solo lo escribo mil veces y
así evitar que seas un
recuerdo, un trazo de tiempo
que se termina.



Ruben Mangiagli




Creer.


.

Quiero creer que aun me quieres...
que el amor cuando dijo presente archivò
a la palabra olvido.

Que todo lo que tus ojos me
hablaban en cada mirada, no se quedó en
el tiempo y hoy es nada.

Cuando te dije te amo, te lo dije
desde mi alma y lo que mis manos escriben
es la verdad que te extraña.

Sentirte en mi cuerpo una vez
más. Que mi piel te atrape de nuevo y el sexo
lleve la impronta de tu deseo.

Poder afirmar que no fuiste un
sueño, que tu realidad fue tan absoluta que mi
mi vida reconoció la calma.

Quiero creer que aun te quiero...
que el amor puede perdonar nuestra soberbia
sin preguntas y sin respuestas.


Ruben Mangiagli.



Mar muerto.


.

Me adueñe del mar sin darme cuenta,
en su orilla mis ojos perdieron los días.

Es tan inmenso pero igual lo hice mio,
quizá porque la noche refleja en sus
olas lo oscuro de tus ojos, quizá porque
es el único lugar donde poder guardar
el tamaño de nuestro olvido.

Me hice parte de su arena para intentar
perderme en ella, ser solo un grano que
ya nadie vea, para que la marea me
aleje y llegar a otras tierras, que no sea
tu piel , que el viento no pueda formar
la silueta de tus piernas, y la memoria
te desaprenda en mis manos añejas.

Me quede solo con las estrellas y son
tantas que no encuentro la tuya, y eso
me desespera, es perderte en una noche
que fue nuestra . Mar, noche, cielo y
la certeza que aunque me apropie del
planeta, aun así no estarás, ni idea de
donde estas, ni de que tanto te aleja.

Tengo todo y no te tengo, es el vació
que se hizo nada, donde la sal quema
mis letras hasta hacerlas parte de las
aguas, soy el mar muerto donde estos
versos navegan en la incertidumbre de
ser naufrago pisando solo tierra y me
ahogo en mi propia tristeza.


Ruben Mangiagli




 

Estación.


.

Te digo adiós, y no te sorprenderá ,no se puede
esperar lo que no sucederá,

te lo digo calmado, sabiendo que no hay
retorno, y que comienza el recordar...

Es verdad que hubiera preferido que la historia
se haya escrito,
y no que
que su primera pagina fuera el final,
pero así sucedió y nada lo cambiara.

Puede que me quieras mucho y que no me sabes
amar o que solo fui
tu mejor fantasía para que puedas
calmar los días de tu soledad.

Lo cierto es poco importa ya, porque las
estaciones
se escaparon en tus
esperas, en tus dudas, en tus quizás,
y en esta ultima ya no estas.

Te digo adiós tranquilo, en paz, otros brazos
esperan
lo que tú no pudiste dar,
y mis manos que si saben de olvidos,
no te van a extrañar, porque se extraña lo que se
tuvo, no lo que fue un sueño
disfrazado de realidad.


Ruben Mangiagli.




Inquietud.


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Inquiete las aguas que estaban en mi interior
y los fuegos que me daban calor se apagaron

mezclados en el sin sentido de mi abismo.

Despertaron los demonios callados a gritos.

Es como si hubiera jugado con el tarot y en
todas las cartas estaba yo, único destino de
pasado futuro que me desarmó.

Dejé ser yo mismo, para ser otra versión.

Sentí que no había salvación, que daba igual
recordar lo que pasó, en una memoria donde
lo que era y lo que soy, jamas sucedió.

Nada puede ser igual al día que desapareció.

La noche de pronto fue mi enemiga atroz y
los minutos fracciones de eternidades que
el tiempo sin querer consumió.

Dos instantes en mi mismo cuerpo, sin razón.

El almanaque extravió el día entraste en mi
vida y un circulo sin fin quedo como única
huella del día que no dijimos adiós.

No engañamos al destino, perdimos los dos.


Ruben Mangiagli.



Hacerlo.


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Hagamoslo por hacerlo, como juego perfecto
te abres y entro, sin preguntas

sin cuestionamientos.

Sedientos de nosotros creemos el agua que
nos ahogue enredados en
nuestros cuerpos.

Que los brazos sean abrazos y los labios
besos, y todo junto la identidad de
nuestro deseo.

Tus manos copien mi cuerpo, y mi boca sea
el papel donde dibuje el mapa
de tus senos.

Y el cansancio resultante sea la memoria
del sexo que se hace amor con
el paso del tiempo.

Hagamoslo sabiendo, y que no sea un juego
me abro y entras, preguntas si te amo,
y respondo que te quiero.



Ruben Mangiagli
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Ayudame.


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 Abrazo el tiempo que me envuelve,
 sin saber si la razón es la verdad de estar.


Con los brazos fuertes para continuar,
pero sin la Fe que me hace falta para andar.

No es rendirse, ni someterse, es peor,
es caminar sin llegar a ningún lugar.

No es el vació lo que jode, ni tampoco la
soledad, es vivir dentro de la levedad.

Es como querer rezar siendo amigo de
la maldad, pedir perdón por no pecar.

Necesito me ayudes, y no se como
pedirlo, ni siquiera si me vas a escuchar.

Tengo el cansancio de vivirme, de ser yo
para tantos cuerpos que no pueden más.

Que la mentira de poder estar bien sea
realidad, abandonarme a vos sin el miedo

de lo que vea después sea el absurdo de
un amor que ya no puedo callar.



Ruben Mangiagli.




 

Definición.


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Sabes que no me entrego,
que mi egoísmo es el más extremo,

y mis besos los doy solamente
cuando me desbordo de sentimientos.

Que mis manos transcriben
el tiempo que se hizo
mio en cada historia de amor que
conmigo se fue muriendo.

Cuando respiro no suspiro,
que mi sonrisa solo se dibuja si
mis dudas se pierden en los presentes
que le robo al desconcierto.

Que no soy un hombre viejo,
pero mi médula lleva los tatuajes de
haber vivido y de haber muerto
al decir un te quiero.

Y aun así deseo que sepas
que te espero, y haré de tu dolor mi
duelo, para resucitar juntos en
una cama una noche de invierno.


Ruben Mangiagli


Que importa.


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Que importan las estrellas y la luna
si cuando no estas la noche es la más oscura.

Que importa el agua del río y el azul del lago,
si mi sed es de ti.

Que se quemen los bosques y se sequen los arboles,
porque la tierra ya no es tierra sin tus pasos.

Que el tiempo retroceda y destruya las agujas y
la historia se pierda entre la niebla y las dudas.

Que el destino no permita te cruce de nuevo,
porque de esa manera sabré que todavía puedo...

que al final no se muere de amor,
pero si se muere en el recuerdo.



Ruben Mangiagli.



Resumen.


.



Nos dijimos hola, hola
te espere tanto que no sabia
si eras vos.

Y nos miramos mirándonos
y todo lo que debía pasar
sucedió.

Los sueños soñamos como
si la vida podríamos
juntos cambiar.

Nos esperamos desesperando
tanto dolía la lejanía
que no podíamos aguantar.

Y los cuerpos se juntaron
mucho después de las almas
y las palabras.

Entre te quiero, te quiero
tocamos el cielo y caímos
en el infierno.

Y no dijimos adiós, adiós
porque el amor no murió
solo se nos escapó.





Ruben Mangiagli.

Extremo.


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Soy como un hijo de la orfandad,
que me hizo crecer en mi propia necesidad
y no hay nada malo en mi, es así como debo estar.


Vivo en una tierra irreal, donde respirar
es como resucitar, donde mi corazón late siendo
totalmente diferente a los de los demás.

El centro de la tierra queda al lado de
mi sillón, y mi infierno personal se esconde
en las sonrisas que jamás podre esbozar.

No me importa si te importa porque
a nadie parezco importar me reciclaron
en el amor sin salvarme matándome una vez más.

Fui educado para ganar y nadie
me enseño que cuando quiero sumar el uno
más uno el resultado es siempre mi puta soledad.

Estoy de nuevo en el extremo de
una carretera que no lleva a ningún lugar
creía que el hogar habitaba donde

los sentimientos suelen estar, y no era
verdad, vivo en las calles sin nombre donde
soy alguien sin ser nadie a quien recordar.

No recuerdo ni una palabra de lo
que solíamos hablar como si mi locura
hoy estaría cubierta de toda mi fragilidad.

Estoy tan lejos de mi, que no me
puedo encontrar y no esta tan mal, porque
prefiero ahogarme en el

humo de un cigarro a volver a creer
que puedo cruzarte, y terminar
siendo dividido por el amor del nunca jamas.


Ruben Mangiagli.



Arte.


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Figuras que formamos, como identidad
que se graba en una espalda,

intima, perfecta.

Simetrías asonantes donde el amor no
sabia de puertas, ni salidas,
presioneros sin celdas.

Colores que se inventaron, para que los
momentos crearan formas
que fusionamos.

Acuarela en tu pelo y en tu piel donde
yo era el pincel que pintaba
tu vientre de blanco.

Es como si hubiéramos hecho un gran
cuadro, donde los ángulos eran
testigos sudados.

Tuvimos arte, como lo soñamos, pero
subastamos el amor que se nos
fue de las manos.

Archivamos la creación sin recuerdos,
como si olvidar fuera
un juego,

y los artistas que fuimos se perdieron
en el negro de un duelo
sin un adiós,

desdibujados en un trazo del tiempo.




 Ruben Mangiagli.


Ilustracion: Oleo de la artista Gemma Gil
( muchas gracias por tu inmenso arte)



Perderte de nuevo.


.

Siento que te he perdido después de perderte,
no entiendo como puede pasar eso,

ni tampoco me lo merezco,

es como pasar dos veces por lo mismo, un
sin sentido que me tiene partido.
Si el olvido es uno solo, es el más claro
singular,
entonces por que te vuelvo a encontrar?

Saber que no quiero quererte para quererte
tanto, extrañarte en mis rincones extraños,
donde de tan yo no me conozco, borrador
difuso de ideas,

donde volver a tenerte parece la más correcta,
y sin embargo te sigo perdiendo
minuto a minuto,
como perdí tus besos esa noche donde mi
orgullo sometió a mi ego.

Me pesa en la espalda la historia que no
vivimos, dejando que los recuerdos
se nos escapen entre los dedos.

Te sigo perdiendo, ojalá leas este escrito,
porque al menos entre las letras dejaré
de perderte de nuevo.



Ruben Mangiagli.





Duerme hijo.


.

Duerme hijo mio, que yo estoy a tu lado,
descansa la pena del amor que te ha dejado,

aunque no lo creas, también tuve veinte años,
y el corazón joven es más frágil que
con los años.

No puedo calmar tu dolor, y menos suplantarlo,
es ley de la vida que vos debas aprenderlo de
primera mano.

No dudes que otro amor nuevo curará los
dolores que hoy te parecen eternos,
que los días seguirán avanzado y que el
tiempo será tu aliado.

Cuando despiertes aun estaré aquí, cerveza en
mano brindaremos por los amores
que nos van matando, de hombre a
hombre te diré que mi experiencia no es en vano,
y aunque creas que nada sé, te aseguro,

tus brazos encontraran otras manos y quizá,
esa mujer sea la que tanto haz esperado.

Te lo firma tu padre, que como el ángel caído,
sabe más por viejo que por diablo.


Ruben Mangiagli.



Propuesta.


.

Quiero proponerte algo, no complicado
que podamos hacer mientras hablamos,

tantear empezar con palabras simples
que aprendimos al tocarnos.

Veamos ensayar primero, tomados de
las manos y si no salen los vocablos, al
menos mirarnos y que el tiempo sea el
enemigo que siempre derrotamos.

Probar si aun nos pasa mucho, que el rayo
que nos fulminó de amor esa noche y
la luna que hoy añoramos siguen
brillando en ese rincón que creamos.

Sé que estamos cansados, que casi nos
matamos por no saber solucionarlo, y
que las heridas que nos marcaron aun
bajo la piel siguen haciendo daño.

Pero la vida es tan corta, y la peleamos
tanto, que la propuesta que te traigo
es complicadamente simple, amor mio,
quieres que volvamos a intentarlo?


Ruben Mangiagli.



Espera.


.

Humo, cigarro, licor
ausencia sin aire, sin dolor.


Café con sabor a vos,
que dibuja momentos de dos.

Música sin notas
canción sin sonido, sin voz.

Libro gastado sin
traducción inútil legado que

dejo escrito para
nadie, como si fuera borrador.

Y esa extraña y
rara sensación de que estas

mucho más cerca
de lo que veo a mi alrededor.

Te espero sin
saberlo, no dejo de sentirte

o quizá es solo mi
soledad multiplicada por dos.


Ruben Mangiagli.





Beso sobre beso.


.

Sumamos, te dí el primer beso,
ese que marca un comienzo,

el de los sabores mezclados e ineditos.

Repetimos casi al momento, como
carenciados de afectos que necesitan
un lugar en el viejo mundo nuevo.

Y también los labios conocieron
otras partes de los cuerpos, aprendieron
memorias, formando recuerdos.

Constantes se repitieron calmando una
sed nacida de los deseos, del
conocimiento que simulaba ser eterno.

Ya cuando solo parecíamos restos de
lo que eramos, agregamos unos cuantos,
para perpetuar sentimientos.

Beso sobre beso, entrega, placer y el
saber que la vida regala tiempo,
un secreto bien guardado que solo

sabemos vos y yo, que quedo flotando
en la ciudad que nos esperaba
cómplice en silencio.



Ruben Mangiagli






Pasos.


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No sé si cuando doy un paso avanzo,
o si me quedo quieto esperando,

si retroceder me sirve para reencontrar el
pasado,
si marco una huella en tu vida se quedará
ahí viva pero muerta.

Es que las distancias son tan largas que se
miden en las noches sin pausas donde
estas tan dentro de mi y tan lejos de
mis manos,
que tocarte es el destino desesperado.

Son tantas las veces que corro por nada
como queriendo llegar a ningún lugar,
pararme, sin ideas ni claridad, harto
de habitarme en la soledad.

Llevo los zapatos gastados y los pies se
van cansando, pero no me detengo, por
más los mapas estén escritos sobre
el agua, y mi naufragio sea tan
anunciado,
que de tan al revés llevo la vida, al final
termine andando con las manos.


Ruben Mangiagli.


Vendimia.


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Pisemos las uvas, algo bueno seguro saldrá,
un vino que lleve el sabor de tu piel

y color de mis deseos.

No todo es complicado, podemos hacerlo,
en el tiempo afrontamos cosas más
difíciles al perdernos.

Que las copas se llenen con nuestro esfuerzo
y que puestos a beber que sea brindando
por el amor que fue nuestro.

Ya es el momento que los rencores no hagan
vinagre con nuestro vino, que lo
amargo pase al olvido.

Seamos como bodegueros artesanos que
al catar el noble liquido, dejan asomar la
sonrisa cómplice,

para que de nuevo reírnos sea la impronta
que marque el encuentro definitivo
de tu destino y el mio.


Ruben Mangiagli.


Vértice.


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Puedo decirte muchas cosas, algunas que
suenen a prosas, otras
que para cualquier mujer serian impropias.


Mi lenguaje es así,
te hablo con el cuerpo y las manos,
mis labios transmiten besos
que pueden recorrerte de lo alto a lo bajo,
para quedarse en lo profundo y
aprender la memoria de tu boca.

Puede que mi locura alcance mayúsculas
propias, es que cuando te escribo te pienso
e imagino indefectiblemente

sin ropa, para que el mapa de vocabros
marque cada relieve y que la arrugas que
tanto temes se suavicen en los trazos
dibujados con palabras que te invocan.

Diras que cuando recorro tu cuerpo
en un poema te digo cosas que ni tu piensas,
pero como indigno caballero que habito,
es menester sepas, que cada estrofa
de este verso solo es para que abras
tus piernas, para que yo me pierda entre
el gozo de ser tu hombre y el placer
anunciado de morir en los vértices
de tu entrega.


Ruben Mangiagli.


tiempo.


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Es tiempo de cruzar los abismos,
que el pensamiento no quede tan

lejos de los sentimientos.
Que se comuniquen las manos
y lo deseos,
que el cuerpo sea la vía que cruza
los desencuentros,
olvidar habiendo aprendido y que
la memoria elija.
Dar ese salto de Fe, que las malas
palabras pasen al archivo,
es tiempo de mirar tus ojos de
nuevo y que los tuyos se cierren al
pasado, y entender por fin que el
amor no muere, solo se queda
dormido en el letargo, toca ya
lo despertemos es algo que solo
vos y yo sabemos nos lo debemos
para no seguir buscándonos
como si fueramos ciegos.



Ruben Mangiagli



Abrazos perdidos.


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No niegues el amor que sientes por mi,
es como querer detener la corriente del
río cubriendolo con sabanas gastadas.

Deja que el recuerdo se adueñe de los
sentimientos, que tu mente libere las
memorias de los besos.

Que el tiempo no gane de nuevo, que
tu espalda no se quiebre en un suspiro
que se mezcla con el viento.

Tanto nos costó el amor que ignoramos
el valor del abrazo esperado y de las
manos que se buscaron.

Dejemos que los orgullos se llenen de
vacíos, y que los cuerpos se enfrenten
eligiendo su destino.

Las horas pasan haciéndonos recuerdo
no podemos desaparecer, evitemos el
negro color del duelo y

que tu camino vuelva a tener las huellas
de mis pasos que te quieren sin importar
los tiempos de los verbos.


Ruben Mangiagli.

Obra píctorica: " Nostalgia " de
Kora Corazón Sanchez.