Archive for abril 2020

Meses. Historias de una pandemia 25 ( Covid-19)


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Y nos amontamos
en casas sobre casas,
da lo mismo el lugar,
un pueblo, una ciudad o una comarca,

estamos cerca,
pero es una ilusión inacabada,
incompleta, una realidad apañada,

llena de engaños
con una pizca de verdad,

seguimos siendo los mismos,
pero nada es igual,

nos conocemos más,
tenemos solo tiempo para pensar,

el futuro es algo tan cercano
que nos parece que lo podemos

tocar con las manos,

está en la esquina, en una calle
que nos es difícil recordar.

Marzo se quedó clavado
en lo ojos de alguien extrañamos

y Mayo parece que nunca llegará

y si me preguntan por Abril
no sé que contestar,

puede que solo sea
la memoria de un poema no me
animo a terminar.

Ruben Mangiagli



Dos de la madrugada, llueve.


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Son las dos de madrugada y sigo despierto.
No me sale escribir.
En la pantalla del ordenador miro fotos de momentos de mi vida como si fueran las cuentas mal hechas de una compañía cualquiera buscando algo que no tengo idea que es.
¿ Hubo un error?
¿Un engaño?
¿Error o fraude?
Busco.
No encuentro.
Sobre mi muñeca mi viejo reloj tictaquea.
En alguna ciudad es la misma hora. En otro país no.
Miro las agujas, pero ya no sé que día es.
Hay tanto olor a lluvia en la noche estrellada que empapa mis ojos.
Quizá llueva, quizá solo sean recuerdos.



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A veces con dos copas de vino y una mujer te espere la vida se ordena repentinamente.


Nunca. Historias de una pandemia 22 ( Covid 19)


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Las guerras son entre Reinos y Naciones.
Nunca Mundiales.
La energía del átomo es solo teoría.
Nunca se podrá hacer una bomba.
El Sida es una enfermedad de homosexuales.
Nunca afectará a los heterosexuales.
Las pandemias son de una zona.
Nunca en el presente serán globales.
Los Aliens no existen.
Nunca invadiran La Tierra.

Ruben Mangiagli


La consecuencia de lo que no esperamos.


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Encontrarte sin buscarte
en medio de la lluvia cuando no nos llueva.

Desde antes del cero y
que aprendamos a contar de a dos

para que un amor tan
viejo sea de pronto algo tan extraño

que sin tener en cuenta
el tiempo, la distancia y a nosotros

quiera suceder de nuevo.

Como pasa con los días
que se olvidan del ayer y amanecen

una y otra vez sin importarles
el mes, el siglo, la historia al revés.

Tan sensibles, tan humanos
que perdonarnos no parezca tan raro

y caminar de las manos,
como dos personas solo se esperaron.

Ruben Mangiagli.



El silencio de las palabras.


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El sabor de mi silencio es ella.
Su propio silencio.
El espacio muerto clavado
siempre entre los dos silencios .
El de ella es el mío
en palabras escritas
impacientes
que perdieron la
rima
y llenan de vacío mi poesía,
pero aún así siguen
encadenadas,
pacientes
en la búsqueda cada vez más
desesperada
de una entrada inexistente
para llegar a su voz.

Ruben Mangiagli.



Una sola foto.


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Ojala pudiera escribir con imágenes, con la fuerza del recuerdo de una mirada, la belleza del sol en el ocaso, la esperanza de la sonrisa de un niño, los colores de una flor.
Escribir una historia de amor con una sola foto, la tuya.

Ruben Mangiagli





Lunes, por la mañana


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He estado sentado aquí pensando en todas las cosas por las que quiero disculparme.
Todo el dolor que nos causamos mutuamente.
De todo por lo que te culpé.
Todo lo que necesitaba que fueras o dijeras. Lamento eso. Siempre te amaré porque crecimos juntos como personas. Y me ayudaste a ser quien soy.
Sólo quería que supieras que siempre habrá una parte de ti dentro de mí. Y estoy agradecido por eso.
En quien sea que te conviertas y donde sea que te encuentres en el mundo te envió mi amor.


Porque tuyo es el Reino. Historias de una pandemia 21 ( Covid 19 )


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Dios Todopoderoso, espero que al recibo de ésta, te encuentres bien, nosotros no tan bien.
Te escribo porque no rezo, te cuento que tengo un deseo, una petición, si Tú pusieras de tu parte, podrías tomarla y realizarla.
Me gustaría.que las calles ya no estuvieran desiertas, no sentir esta angustia incierta por mis hijos, familia, amigos y todos. Me queda un sueño aún, un viaje o varios, o quedarme o volver.
¿Te imaginas, Dios, qué alegría podrías darnos, si quisieras, a tus no tan pecadores hijos y a los tan pecadores como yo ( al final siempre preferiste a los descarriados) permitiéndonos caminar sin otro peligro que tropezar con otros?.
Gracias, de antemano.
Amén.


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Soy tan diferente a todos los que conozco.
Hay...Algo extraño en mi, algo fascinante que atrae y que hace que los demás sean espantosamente aburridos comparados contigo.



Esperando.


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Buscamos señales,
estrellas fugaces,
acontecimientos no casuales,
hechos extraordinarios,
curaciones inesperadas,
cualquier cosa nos reconforte el alma,
el cuerpo, el corazón partido entre el
dolor y la nostalgia,
Buscamos en el cielo, en la plegaria,
entre valles y montañas,
Y no nos damos cuentas que los verdaderos
milagros solo los hacen
quienes nos aman.
Algunas personas son eso,
el milagro que esperamos.

Ruben Mangiagli



Historias de una pandemia 20 ( Covid 19 )


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Y alguna vez contaremos a nuestros nietos un tiempo como el hoy, con muy pocas palabras, porque puede no queramos recordar tanto:

"Y así vivíamos (...) En aquel saber estar sin hacer nada"



Mensaje para nadie.


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Recordarnos es como si estuviera leyendo un libro, un libro que amo profundamente.
Pero ahora lo leo muy lentamente.
Así que las palabras están muy separadas y el espacio entre ellas es casi infinito, donde el tiempo y las distancias no importan.
Aún puedo sentirte a ti en este lugar y a las letras de nuestra historia.
Pero en este espacio infinito entre las palabras estoy solo y es donde está todo lo que ni siquiera sabía que existía y se pudiera sentir.
Sé es difícil de explicar porque carezco de la capacidad de hacerlo y que lo entiendas. Pero si alguna vez llegas a este lugar ven a buscarme.

Nada nos separaría jamás.



Tres lagrimas.


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Se llenaron los pasillos
de sombras

que a su vez se escondían
de algunas otras,

el silencio se sumo a los
ruidos

de desfiles lejanos,

mis manos se vaciaron
en un instante

concreto, lejano

y el vértigo de memorias
dio paso

a otra cosa

que no era más que solo
un vacío

de presencia, de lugares
que no

estarían más.

Cómo era de esperar me
había quedado

huérfano, pero mayor de
edad,

fue el comienzo para la
realidad

de darme cuenta que los
que te aman

también se van.

Lloré tres lagrimas y no
fueron juntas

dos en cada día se fueron,
una hoy

cuando lleno de ausencias
con pocos recuerdos

que también se alejan y no
lo puedo evitar

necesitaría las presencias y
poder

contarles que hicieron bien
todo, nada que reclamar,

al final es verdad,

la muerte gana siempre y los
aun estamos

solo nos queda esperar.

A mis Padres.
Ruben Mangiagli




Valencia. Historias de un pandemia 20 ( Covid 19 )


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La ciudad se vuelve remota, ajena, incomprensible y hostil.



La redundancia de las palabras.


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Estoy viviendo en una repetición
día a día,

no sé cuando la rutina se volvió discusión,
si eras vos o era yo,
si te fuiste sin que me diera cuenta

y solo quedó tu foto
en el aparador.

No puedo hablar, perdí mi voz,
estoy en silencio , todo es redundante y no
sé que debo hacer,

porque "te amo" no es suficiente
y no me atrevo a mirar
lo que no quiero ver.

Hicimos círculos hasta quedar con nauseas
en tiempos diferentes
los dos juntos
en un mismo reloj

y

ando buscando palabras, una coreografía sin
pasión,
una imitación de lo que eramos
pero ninguna tiene
algo de vos.

Ruben Mangiagli.



Frase robada.


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No sé si quiero contar lo que siento
porque a veces un hombre
puede escribir de todo
menos de sus sentimientos,

los esconde entre palabras que se
parecen si las lees todas
juntas a un verso, un soneto
como una poesía a destiempo.

Todo pasa,
es antiguo,
y son solos recuerdos,

los instantes que se quedaban en
una Polaroid
se fueron destiñendo

hasta el punto de dudar si esas
personas existieron.

Todo avanza,
muy rápido,
y se borra con un dedo,

desaparecen los besos,
el amor,
aunque los falsos y no sé porqué
perduran un poco más
que los verdaderos.

Solo estoy yo frente al espejo,
no soy joven,
pero tampoco muy viejo,

y se reflejan la suma
de días he vivido como las
páginas de un libro
no fue descubierto.

Y me quedo mirándome con mis
ojos al techo

"pero de tu cielo no me olvido", me dijo

y Madrid no queda tan lejos.

Ruben Mangiagli



Elección. Historias de una pandemia 19 ( Covid 19)


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Estoy creando un mar
de rutinas imaginarias

envueltas en un cortafuegos
de llamas,

memorias nuevas
comprimidas en una sala y

encierro con llaves
otras pasadas

para comenzar de nuevo
cuando sea,

cómo si la vida fuera
inédita,

sin borrón ni cuenta nueva,
solo empezar

cerca de un final
lejos de acabar,

una palabra empieza
siempre con un letra,

una frase con una
palabra a la que otras se
sumaran,

y puestos a elegir y por
seguro lo hago
sin pensar,

me quedo un verbo que
abre todo lo demás,

elijo amar, solo amar.

Ruben Mangiagli



Al toque.


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El amor cada vez se
parece más a tu rostro,
mis letras a tus manos,
el deseo a tu sexo,
tus curvas a mi camino,
los medanos en tu pecho
a la geografía espero
y todo junto a un milagro
que supera el puente
entre tu cielo y el
infierno.

Ruben Mangiagli


Microrelato gráfico


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El miedo a quererte.


340.


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Sueños.


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Son los sueños de todas los que en
la calladamente decimos
soledad,
literatura,
deseo,
hijos,
admiración,
vanidad,
melancolía,
decimos haber podido ser y no haber
sido,
decimos un secreto en voz alta en
un bar
que nadie escucha y hubiéramos
preferido no soñar
despiertas;

Ojalá yo fuera ella.

Ruben Mangiagli

( Nota, este poema está escrito desde la mirada de una mujer
y un deseo, un ejercicio me debía a mi mismo inspirado por una imagen )



Hojas de otoño.


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La hojarasca de otoño recién a mediados del invierno...todo está cambiando rapidamente y evitamos verlo.
Valencia, 13 de febrero



Un instante en la ventana.


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Ella veía un muro gris, un serio muro gris en el que el sol venía a pegarse como una estampilla en los primeros días del año.
El cielo era como una pasta amarilla que a la mañana se envuelve apergaminada hacia abajo.

Ella estaba en una pequeña ventana.

De abajo, él la vio. una cabeza enmarañada de pelos y humo de un cigarro, sin peinarse y sin cuerpo, desnivelada al filo de una batiente abierta, con la mirada puesta lejos como hacia el cielo.

La vida los había cruzado un instante, él la miró, ella no. No hubo suerte.


Carta a una amante que no está. Historias de una pandemia 18 ( Covid 19 )


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Pienso que estarás haciendo,
te conozco,
sé te puede la tristeza, el miedo,
la abstinencia de soñar,
estamos tan lejos que la
distancia ya no sé cómo medirla,
kilómetros,
días, meses, instantes, tiempo,
puede que si daríamos la vuelta
al mundo no nos encontraríamos,
de nuevo pero
los que nos pasó siempre
quedará.
Tengo la certeza con quien
estás y claro no me gusta pero
esa también es la realidad.
Mil preguntas que no me hacía
ahora navegan
por cada rincón de mi soledad,
y todas me conducen a que
la verdad no tengo ni la menor
idea si nos volveremos
a encontrar,
ya sabes vivo expuesto a todo
esto que no quiero
nombrar,
me dicen que es por el bien de
la sociedad, por su continuidad,
y en días bajos pienso que pueda
no vea el final,
pero sigo, soy de aguantar
y me refugio en el pensamiento
que si la vida quiere
te pueda algún día abrazar como
ni siquiera
lo puedo hoy imaginar,
así que, sabiendo no es necesario
contar por acá lo que siento
por vos,
te doy toda mi suerte, que es poca
pero te servirá
para continuar
y que puedas contar la historia de
un hombre te quiso
por sobre todo, todos y
más allá,
un beso, desde el aire a millones
de metros, para que
lo puedas guardar,
para hoy, mañana o para cuando
lo necesites de verdad.
Ruben Mangiagli