Archive for noviembre 2013

A tu lado.


.

Sabes que estoy, aunque no esté
que habito tus lugares
y te encuentro

que mis manos te tocan aun si
no te veo,

que te siento,
te cuido,
te protejo,

ante todo el mundo si puedo o
ante vos misma cuando
sos entre

otras cosas tu peor enemiga.

No estas sola, ya no, te rodea
mi mundo en un
abrazo

aunque mis brazos te extrañen
y mis ojos no te vean
añorando,

no hay distancia,
no hay espacios,

ni el tiempo puede conmigo si
me necesitas, lo prometo
lo firmo,

y te lo subrayo.

No estas sola, porque mi amor
es tan grande

que lo puedes palpar en
cualquier lado.


Ruben Mangiagli






Destino.


.

Jugamos a ser destino sabiendo podíamos escribirlo, una tarde cualquiera
entre libros que leíamos, imaginando lo que aun no habíamos escrito.
Atentamente aprendimos lo que en realidad sabíamos, que estábamos ahí
para intuirnos, pacientes e impacientes seguros e indecisos.
En un tiempo que no era el nuestro y que aun así unía los hilos, un comentario, unas palabras y solo una mirada que no olvidaríamos.
La misma que tenemos hoy cansada de un viaje que no habíamos elegido, pero todo debe suceder, estaba escrito en todas partes aunque no lo veíamos, un te quiero en un pared de ladrillos, un te espero en un boleto de colectivo, una hoja de otoño que sobrevivió al olvido, y marcado en un calendario de junio de un año que no sabíamos, y todo lo que nos habianos perdido nos los dijimos en un saludo.
Hola Victoria te acordas de mi?,
Te conocí una tarde mientras escribíamos.
Y lo que lo demás llaman destino nosotros ya lo teníamos en nuestra manos como las letras de un libro que todos quieren leer y solo nosotros supimos.



RM

© 2013



Redundancia.


.

Dimos todo por entregado
como si hubiéramos vivido mil vidas juntos,

nos quedamos inmóviles
en la repetición de un programa mal hecho,

contentos en la misma
escena que ensayamos y no aprendimos ni

una sola vez.

Hicimos de la rutina
una discusión simple que nos renueva y gasta,

y ahora perdí mi
voz, mudo con un nudo en la garganta que me

ata y me quedo
en la redundancia de un te amo que no alcanza,

no encuentro las
palabras en esta coreografía que es tan cruel y

no se que hacer,

en esta montaña rusa
plana que nos da nauseas y no podemos escapar,

sin pasión abrazados
a tanta soledad de uno que un día fue de los dos.

No me puedo quedar no me
puedo ir, todo esta mal que hasta nos parece bien

fingir que el amor
eterno se muere y que nadie nos mira ni nos ve.




Ruben Mangiagli.

© 2013




Beso.


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Siento el aire en mi boca que traspasa la tenue frontera invisible de los labios, una brisa de memorias nuevas, de vivencias de antaño.

Es un beso un acto del destino involuntario?

Puede ser, borra a otros, se hace carne e instinto, es el sobreviviente del amor de la noche pasada, el preludio del ocaso que promete vientos renovados, tiene el sabor amargo del último minuto de sexo y la dulzura de lo inesperado, tu nombre grabado, la postdata de un te quiero que nunca se escribió en ningún lado, quizá algunos crean que un beso es solo eso, pero no, para cada uno tiene diferente significado, hola, adiós, un te espero, te amo, pero para mi solo es un misterio que no quiero revelarlo, que guarda el secreto de este amor oscuro, que es tan duro que si no te tengo todo se rompe en mil pedazos.



RM
© 2013




Tempestades.


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No hay tempestades eternas en la vida,
ni tormentas perfectas,
la lluvia que tanto te moja
un día se seca,

siempre hay un faro, una luz, algo que
te salva si sosobras
en las tinieblas, una isla
con arenas,

las manos de quienes te quieren, de los
que no te dejan,
vigías que cuidan de las rocas
a tus pequeñas velas,

y sigues navegando aunque te cuesta y
arrias las banderas del dolor
y colocas una con una
tibia y una calavera,

y aprendes a robarle a la vida sin tener
que rendir cuentas,
y por un amor te la juegas aunque
sientas la muerte de cerca.


Ruben Mangiagli

© 2013




Memoria.


.

Sabes puedo memorizar tus formas
con solo verte un instante
entre las sombras que se funden
entre mi pasado y mi presente,

escribir sobre tu cuerpo,
de la distancia exacta que hay entre
tus senos a los suspiros de mi
boca que son deseos,

de tus piernas que son las tijeras que
cortan las figuras nuevas
de mis antiguos pecados que
había olvidado.

Hablarle a tus manos y que suelten
entre mis silabas las caricias
que encierran de
tanto esperarnos,

contar de tus caderas firmes y de tu
vientre plano, de tu sexo
donde olvido el abismo
de mis años,

de tus pies que llevaban la promesa
de seguir cada uno de
mis pasos y de tu mirada
donde descanso.

Cómo tu lengua es digna rival contra
mis labios, de tus uñas rojas que
hacen surcos en mi espalda
en el preludio del orgasmo,

y que en realidad mi tinta no serian
letras en este poema que jamas
hubiera escrito si esta noche
estarías a mi lado.


Ruben Mangiagli.






Si todo.


.

Si todo fuera fácil estarías aquí
pegada, miraría tus ojos de verde tierra
y me perdería
en ellos como en un laberinto
que no entiendo,

tomaría tu mano y las haría
de a una letras de un nuevo abecedario.

Si todo fuera difícil no estarías en
mi, entre miles nos hubierámos cruzado
sin vernos,

todo seria pasado sin presentes
que se visten de verbos impensados que
hoy inventamos.

Vaso medio vacío ,vaso medio lleno.

En un trago de whisky te espero
y te quiero, te siento en cada abrazo que
nos debemos,

y acepto el juego contando cada
minuto de tiempo que estamos lejos pero
nos acerca a ese momento
que se resume con besos

Puta vida que no te tengo,
bendita que te encuentro.

Y entre primaveras y otoños
sin saberlo creamos una estación que no
sabe de calendarios ni espacios,

un lugar donde
cada noche nos vemos y entendemos que
el amor es un hilo que nace
inesperado
y nos ata en un mágico milagro.


Ruben Mangiagli





Sin vos.


.

No pretendo que el día termine igual
que cuando estás,
sería presumir que no te necesito, que
todo es similar,

y no es así.

Te diría que me sobra tiempo, que mi
reloj va para atrás,
que la noche no se justifica sin vos y
te siento más,

te añoro, te pienso

porque en definitiva sos el resumen
de lo único
que mis manos saben sumar cuando
me queda restar,

tabaco, café, soledad

que no sé parece en nada a estar en
un silencio
donde tu risa retumba en intervalos
de espiral.

No, no es igual.

Un día sin vos, es algo que mi vida
se lleva sin preguntar
si aprendí a extrañarte aunque estés
en mi sangre,

en mi alma,

en mi cuerpo, si puedo hacer con tu
imagen las letras
que te hechan de menos en las puntas
de mis dedos

y no se saben expresar.



Ruben Mangiagli

© 2013



Enunciado.


.

Cómo una flor que nació en invierno,
una estrella con nombre,
ella me espera en casa,

siento que llego al lugar que no debí
partir, que este comienzo
es mi final,

que mis manos por fin saben que se
pueden justificar sin
explicar,

que el milagro de su juventud hace
en mi que el tiempo no
importe ya.

Me sabe mirar, puede ver mi historia
sin adivinar, intuye
sin preguntar,

y mis gustos pueden descansar en su
piel que entiende
mi voluntad,

que la debilidad de su cuerpo copia
mi fortaleza para
amar,

la noche es inmensa si me recorre y
y el amanecer una
incógnita

que no tiene enunciados, es instante
infinito resumido en
deseos,

la amo, la siento, la entiendo, es mía
y lo sabe aun sin
saberlo.


Ruben Mangiagli

©2013



Sobre Buenos Aires.


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Llueve sobre Buenos Aires,
parte en ella se tiñe
de soledad,
de un vacío difícil de explicar,
como si el tiempo
fuera para atrás o
hacia ningún lugar,
nunca se termina de crecer,
lo descubre de a poco
y no lo puede negar,
los afectos no miden por lo
que hay,
sino por que no se puede
sentir ya,
toca reconstruir, revisar, mirar
para ver un poco más,
siento su mano sobre
la mía,
en silencio se da cuenta que
voy a estar,
en cualquier tiempo
en cualquier lugar,
llueve sobre Buenos Aires y
ella no puede llorar,
sus lagrimas se hicieron nubes
que el viento quizá
se llevaran, hoy nada es
blanco ni negro
solo es un gris que se comparte,
porque cuando se ama
lo que uno siente siempre
lo sentimos los dos
ese es el secreto, el resumen de
nuestro amor que tanto
sabe de esperas
y abrazos que no están.


Ruben Mangiagli

© 2013



27.


.

Formo los recuerdos de nuestra historia, lleno mi vacío del tiempo, momentos tan íntimos que tiemblo, risas que me refuerzan el día, una mirada repetida tantas veces que parece tan nueva como el amor que siento, un deseo que es la síntesis de mil deseos, saber que supero la linea de lo eterno, que lo infinito se detiene en tus ojos y puedo armar cientos de reflejos desconocidos de colores diversos que son siempre del arco que rodea tu sexo, girasol dorado de vértices que sostiene el pronombre nosotros y lo hace nuestro. Hoy no quiero escribirte un verso, solo palabras que se me cruzan por momentos, la nueva memoria de un mundo nuevo, que se asoma a mis manos que escriben como en un cuento...había una vez
dos personas se buscaron sin saberlo pero se conocían tanto que el final solo fue el comienzo de otra pagina que jamas escribieron porque no se puede poner en palabras un amor que ilumina hasta el mismísimo infierno.

RM

© 2013


Así.


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Te quiero como uno nunca
se quiere cuando
se mira en un
espejo,

en los instantes muertos,
en el tiempo que
consume mi
cuerpo,

Invierno mio, tu verano,
sin espacios ni
distancias ni
horarios.

Cuando te espero entre
tomates y girasoles,
como en un día
de campo.

Mirándote y me veo en el
reflejo de tu alma de
mujer que me hace
hombre.

En el tacto que me invento
en mis manos en esas
caricias que nos
adeudamos.

Cuando jugamos tan serios
que podemos dejarnos
y sentimos que
desesperamos.

En mi café, en mi whisky,
en mi tabaco, en mis
gustos que aprendes
despacio.

Te quiero en la simpleza de
un te quiero, como nunca
he querido, como jamas
he amado.


Ruben Mangiagli.

© 2013





Desconocido.


.

Siento en mi un recorrido
que se hace espina
en mi espalda,
que abre las costillas de
una coraza invisible
que me abrazaba

y respiraba y no respiraba.

Es como un fuego que no
quema,
una hoguera que invernaba
y se me escapaba por
las manos,

una soledad acompañado

que de a poco se fuga hacia
lo inesperado
y se hace amor
instantáneo,

algo tan súbito como un
rayo que me parte
en dos pedazos, todo a lo
que estaba acostumbrado

ahora es extraño,

es que no conocía el amor,
y no sabía identificarlo,

es verdad que mi cuerpo lo
ha simulado,

que he inventado caricias de
un amor profano.

Pero ahora puedo mirarlo en
sus ojos, en los míos,

describirlo, estimularlo
y la espina se hace carne y la
carne un deseo

que es tan profundo que caigo
en un abismo
que necesito sentir,
que desespero en un tiempo
donde sin ella
de nuevo me cierro.


Ruben Mangiagli

© 2013


De mis sueños.


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Hice una rayuela de mis sueños,
como si cada numero
fuera un momento,
que quebró mi vida
por algo malo o bueno.

Casi no recuerdo el primer salto
solo que partí
de la tierra de todos
del lugar de nadie,
como jugando.

Puede que los primeros pasos
en cada rectángulo
lo haya dado de niño
por intuición sin
saber de cambios.

Por la mitad ya era hombre y
con todo por hacer,
mitad fracasos,
mitad deber,
sin terminar de crecer,

Ahora casi por el final puedo
ser lo que quiera ser
hay muy poco por
cambiar, y mucho
por esperar

Y parado en el nueve me quiero
quedar, porque
ahora que soy feliz
ya no sueño un cielo
si tú no estas.


Ruben Mangiagli

© 2013




Vic.


.

No sé si la busqué o la encontré,
si el aire es normal
se corte cuando siento su respirar.

Si es mi comienzo o mi final
pero ahora siempre estará.

Puede que sea la estación que no
tuvo mi almanaque,
la letra que completa mi abecedario,

la dueña de lo que ahora solo con
ella puedo imaginar,

mi hogar, el descanso que no
pude nunca disfrutar,

la poesía que no escribiré jamas,
la hoguera que quema
mi soledad,

parte de mis manos, la que habita
mi alma que no se
volverá a escapar,

la única verdad que me falta
confesar,

la ultima mirada que mi ojos puedan
ver,

cuando sienta que todo está mal,

el significado de felicidad,
la palabra que no sé pronunciar.




Ruben Mangiagli

©2013



Nosotros.


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Ella es la reina, yo el mendigo

soy su maestro, ella la aprendiz

hacedora,

la que teje las fantasías y yo se

las explico.


Cómplice necesaria, asesina en

las discusiones,

juez y parte de los sentimientos,

la que dice la palabra final

para que yo agregue el punto

y seguido.


La mejor parte de un escrito, el

comienzo de un destino,

el final del camino.


La que pone sus infinitas piernas

invitando a los instintos.


Es mi esclava y se somete a mi

veredicto cuando se quita el

vestido,

la perversión en todos los sentidos,

la noche eterna

de un día infinito.


Ella es yo, yo soy ella,

una simetría no esperada de curvas

y rectas,

me quiere y la quiero , nosotros,

y lo demás

ni siquiera puedo escribirlo.




Ruben Mangiagli.

© 2013




En la punta de mis dedos.


.

Puedo sentirte en todas partes
en mis venas,
en mis ojos,
en un instante.

Saberte en el aire, en el viento,
en el murmullo
de la gente
que es nadie.

Expresarte de diferentes formas
en una idea,
un deseo,
en mi alma.

Y contarte donde habitas, un
lugar que
nadie sabe
e imaginarte.

No es mi corazón, ni mi pecho,
tampoco en mi
espalda fuerte
de esperarte.

Estas en la puntas de mis dedos
donde se
juntan las caricias
que te debo,

de donde salen las palabras que
te escribo
hoy y se hacen
sentimiento,

y juro que casi puedo tocarte y
sentirte
aunque estés tan cerca,
aunque estés tan lejos.



Ruben Mangiagli.

©2013



Inquietud.


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Respiración, suspiros
ella siente lo prohibido,
no sabe si es real o un imaginario
de los sentidos,

una anhelo compartido
o un deseo
inconfeso
que se hace palabras en su oído.

Barreras invisibles que
se hacen caricias
en besos,
en manos
que confunden los caminos como

cuerpos indefinidos.

Un silencio que deja oír
los latidos
¿ solo de uno? ¿ de dos?
Una tenue luz que rompe cada
tabú
de su buena educación de libros.

Un paso impensado,
un después cambiado,
y toda la inquietud incontenida

en una mirada por la mañana que
no tiene preguntas

por más respuestas
que su sexo recuerde
una vez traspasó la temida puerta.


Ruben Mangiagli.

© 2013



Revelación.


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Entregado a lo que jamas fui,
olvidarme de los
capítulos que no supe escribir,
cerrar los ojos
como si fuera a nacer

y aprender a sentir,
un advenimiento de todo lo
sabido,
pero revivir.

Quedarme arrinconado como
queriendo aprender
que puedo tener miedo

porque carezco de entendimiento y aun
así arriesgo.

Saber que no quemo las naves
que elijo
quedarme porque quiero.

Amar de una manera que no
supe jamas,
sentir el alma invadida y el
cuerpo caliente
de una urgencia que va a
explotar.

Ser joven a los cincuenta pero sin que
lo sepa.

Y disfrutar, que al fin esta
claro que casi estuve
muerto, pero desde el
dolor volví a
respirar.

Darle un beso por delante
y otro por detrás como si
el principio fuera
solo el final,

y que sienta que mi erección
la puede hacer levitar,
ser hombre para ella
y que nada importe ya.


Ruben Mangiagli

©2013


Aprendiendo.


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No puedo decir aquel día era
diferente al despertar
pero ya nada fue igual,

apuré el ultimo cigarrillo que
iba a fumar,

y sentí que no me quedaría ni
un día solo en la vida
que siempre me iba
a acompañar.

La metamorfosis de una sola
mirada,
hacerme hombre de verdad y
sentir por primera vez
que alguien me importaba

mucho más que las historias
no viviría jamas,

la tuve en mis brazos, sentí
su respirar,
la vida me había hecho un
regalo que no
comprendía,

todo lo que sabia no lo podía
aplicar,

y tuve que improvisar,

hasta que un día que no voy a
olvidar,
de sus labios salio una palabra,

papá,

y aprendí cómo crecer con ella


a espantar los monstruos de
su cama para que se duerma
sabiendo,

que pasé lo que pasé
yo siempre iba a estar.


Ruben Mangiagli.

© 2013




Puestos.


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Buscamos lo que no podemos tener
sin mirar, sin ver, 
y lo simple
pasa ante nosotros como
si fuera en tren.

Esperamos el cuento perfecto que
no se escribió,
buscando príncesas
hadas y los
duendes del bien.

Los días pasan y creemos saber que
si existen en un
almanaque jamas se
escaparan y no
los vamos a perder.


Vivimos sin vivir, respiramos aire
en bocanadas,
corremos para sentirnos
sanos como si la muerte no
pueda alcanzarnos.

Así que un día decidí,

que prefiero un whisky doble con
un cigarro y
tus labios que
me hagan un listado
de los pecados,

amarte hasta que me duelan cada
uno de mis huesos,
y no cambio
que despiertes a mi
lado sonriendo

en un hotel barato de sabanas que
se gastaron
de piel,
y se mojaron de un amor
casi inesperado,

por un tiempo de más en esta vida
si no tengo tu mirada
cansada de
sexo y tu olor en cada
palmo de mis manos.

Y si tengo que morir sea narrando
nuestra biografía,
llena de paginas
en blanco y momentos
que inventamos.


Ruben Mangiagli

© 2013