Archive for julio 2011

Desfile negro.


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Caminé por el desfile oscuro, entre almas desconocidas,

que murmuraban, ahí va quien nos guiara, él conoce los

caminos hacia el abismo, porque camina por los bordes

del precipicio con todos los miedos que fueron perdidos.



En la absoluta soledad de la ignorancia del peligro, mi

cuerpo ya si alma desafió lo profundo de los vacios , y

nada tuve que temer porque yo la había ofrecido, en los

pergaminos que firmé a cambio de desconocer el destino.


Todo lo negro fue blanco, porque al final daba mismo

perder todo en un instante, terminando la agonía sin fin

de buscarme para encontrarte, sabiendo que era quien

te había perdido, entre todos, entre nadie, en el vació.



Los fuegos fatuos bañaron mi piel desteñida, y mis ojos

únicos archivos de tu memoria, te vieron por ultima vez

entre los vivos, y ahora con la eternidad de testigo, y el

tiempo detenido, descanso, amándote en los espacios ,



de mi mundo sin sonidos, hueco de la nada , lleno de tu

olvido, como castigo divino merecido, me arrodillo y

te invoco ángel caído, ya tienes mi alma, ahora te pido

consume mi cuerpo, antes perdóname haberla perdido.



Ruben Mangiagli


Si pudiera decirte.


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Si pudiera decirte como te amo,

pero en todos lo sentidos que los

sin sentidos a veces no permiten.



Si hasta a veces morir por ti me

resulta tan poco, un acto efímero

que no diría nada de mi amor.



Contarte que estas en mi, completa

sin fisuras ni grietas, en mis manos,

en mis huesos cansados y gastados,



en los tatuajes de mi alma que

cuentan mi historia sin tí, y sin

mí en los días perdidos de la vida.



Quizá decirte que te amo, resulta

poco o demasiado, no lo se, el amor

no se mide jamas en los espacios.


Ruben Mangiagli


Imaginando.


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Puedo imaginar lo momentos que no estas,

rellenar mi mente con cuadros inventados,

que son la sumatorias de anhelos esperados,

donde tú y yo solamente nos disfrutamos.



Entre memorias del pasado que son presentes

porque ese débito estaba pendiente, como el

día sabe esperar que la noche termine, así yo

pacientemente espero tus brazos abrazados.



Además en mi psicodelia de colores que

solo conocemos nosotros, puede verte bajar

en un tobogán de arco iris, con tu sonrisa de

sol, que espera mi boca para tener su ocaso.



Rayuela de cuadros numéricos donde vamos

tomados de la mano, saltando, gritando para

ir de la tierra al cielo en cada paso, al igual

que en las noches de cuerpos entrelazados.



Te echo de menos en mis días , en mi piel,

en mi ojos cansados, y mis manos que no te

tocan, en el aire dibujan tus formas, para no

extrañarte tanto, para esperarte imaginando.


Ruben Mangiagli


Mis miedos.


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Mis miedos se unen en la mitad de mi alma

al borde de mi abismo, al borde de mi esperanza.



En los silencios de los golpes que se acumulan

en mi espalda, lejos de tus ojos, cerca de mi nada.



Entre luces que me ciegan la mirada, donde no

ver a veces y solo a veces es como una gracia.



Tormentas interiores donde mi ojos se niegan

a llover lagrimas, donde mi voz también calla.



Aun así sigo adelante, enfrentado a la temida

nada, donde solo soy una copia de mí opaca.



Y en el borde de ese abismo te espero, tal vez

demos juntos un paso atrás, quizá caigamos al



vació, y descubriremos si estar juntos es lo

mismo que ver el cielo desde el infierno.




Ruben Mangiagli


Pensandote.


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Le pregunté a la noche por ti

como si ella tuviera replicas

en la creencia que en su tenue

oscuridad hubiera respuestas.



Te busqué entre las estrellas,

en las formas que dibujan en

nebulosas parecidas a letras,

y forme tu nombre con ellas.



Acorté las distancias entre los

temidos infinitos, con tanta y

tanta precisión, y sin quererlo

respire el placer de tu aliento.



Entre fórmulas matemáticas y

extraños conjuros esotéricos,

me impregné de tu alma y por

eso soy dueño de tus desvelos.



Y agotado de tanto esfuerzo,

en todas las lineas que mezclan

mi pensamiento, fuiste presente

y el espacio murió y todas las



distancias fueron ceros, como

anillos eternos encadenaron mi

amor a tu cuerpo formando las

memorias de todos los tiempos.


Ruben Mangiagli

Espacios interminables.


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Necesito ver tu rostro, descansar en tus ojos,

que la espiral de caída libre se detenga, y

que todo vuelva a su lugar.



Que los puertos, todos, absolutamente todos

lleven tu nombre y que los siete mares sepan

siempre terminan en ti.



Tanto espacio que no se acorta duele y el

tiempo lo alarga aun más, necesito aunque

sea una suerte de viaje astral.



Bien sabes que estas en mi, y yo quisiera

quedarme en ti, para que los cuerpos que

están separados, se unan en un aura,



y las almas que tanto se buscaron, se fundan

en el abrazo esperado, sin tiempo, distancias

y se esfume el espacio.



Si pudiera aprender a no extrañarte tanto,

el mundo seria un lugar mas amable, y las

personas no serian todos extraños.



Te busco en todas partes, hoy te necesito a

mi lado, sin urgencia de hombre, solamente

con mi corazón en la mano.



Ruben Mangiagli.


Extraño día.


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Me siento desnudo, en pleno verano

el frió se adueño del aire y el calor.

No me queda piel para gastar, ni un

cuerpo que maltratar, frente a mi y

solos los dos, mi destino y yo.



Un minuto puede cambiar la vida,

y la vida puede cambiar en un minuto,

si lo que pasó iba a pasar y estaba escrito

si eso es el destino, me revelo, y no

lo quiero, y aun mudo grito.



Si todo lo que siento nada pudo

cambiar, sigo sintiendo, a pesar que

nada cambie, yo sé que cada instante

cambia en mi, y me sirve para seguir

peleando entre los miedos.



No puedo caminar con mi alma entre

los vivos, y no quiero ser un cuerpo

entre los muertos, eclipso los pájaros

de mal agüero, me visto con lo puedo

y sigo aun maltrecho y herido.



La moneda cayó de canto, mejor,

porque no he elegido ni cara ni cruz,

cuando la suerte pateo mi espalda yo

le ofrecí mi pecho, y la muy cobarde

huyo de a pie y espantada.



Y si esta pintado de negro, lo cambio

a blanco, y en el lienzo estirado pongo

el color de tus ojos, que al fin y al

cabo, en este día tan raro, es lo que

me saca adelante para seguir andando.


Ruben Mangiagli