Vitruvio.


.

Estoy descansando mi amor en vos,
en tus manos,
tu cuerpo,
en el lunar de tu vientre sin tiempo.

El torbellino de mis tormentas es la
briza de la
llovizna
del norte donde pasan tus vientos.

Las malas palabras abandonan cada
verbo,
cada adverbio y
tus letras poesía que rige momentos.

Mi locura se quedó estática, creativa
inquieta las
ideas
que surgen en la arista de tus deseos.

Y mi paz, que deshizo mis desvelos
ahora es
verde tierra,
girasol de tu centro, dorados que en

tu espalda detiene la agonía de todo
lo incierto
y los miedos se
escapan con cada beso que te debo.




Ruben Mangiagli.




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