No necesitamos jurar amor eterno
ni papeles firmados
tampoco testigos
que hablen a favor
ni a jueces, jurados, ni letrados.
Porque sabernos nuestros es lo que
aprendemos en
cada momento,
estando lejos o en
la intimidad de un interminable beso.
Pasamos tanto tiempo esperándonos
para encontramos
y por fin perdemos
en los abrazos adeudados
por el tiempo que se iba escapando.
Solo nosotros conocemos el valor de
lo que hacemos,
lo difícil que es tener
una cama para dos y estirar
los brazos
y que el otro lado este vació y solo el
aire sea el cómplice de los sueños que
se fusionan
cuando estamos
lejos y la noche
se parece al dolor.
Pero todo llega, para beneficio propio
del amor,
y la realidad supera
a la ficción
y lo que un día
empezamos con un hola, jamas será
un adiós
porque el destino
unió los hilos
y sabemos
que todo, absolutamente todo depende
ahora solamente de nosotros dos porque
las historias
de amor existen
mas allá de lo que
otros llaman la locura que no tiene razón.
Ruben Mangiagli.
ni papeles firmados
tampoco testigos
que hablen a favor
ni a jueces, jurados, ni letrados.
Porque sabernos nuestros es lo que
aprendemos en
cada momento,
estando lejos o en
la intimidad de un interminable beso.
Pasamos tanto tiempo esperándonos
para encontramos
y por fin perdemos
en los abrazos adeudados
por el tiempo que se iba escapando.
Solo nosotros conocemos el valor de
lo que hacemos,
lo difícil que es tener
una cama para dos y estirar
los brazos
y que el otro lado este vació y solo el
aire sea el cómplice de los sueños que
se fusionan
cuando estamos
lejos y la noche
se parece al dolor.
Pero todo llega, para beneficio propio
del amor,
y la realidad supera
a la ficción
y lo que un día
empezamos con un hola, jamas será
un adiós
porque el destino
unió los hilos
y sabemos
que todo, absolutamente todo depende
ahora solamente de nosotros dos porque
las historias
de amor existen
mas allá de lo que
otros llaman la locura que no tiene razón.
Ruben Mangiagli.
