Antes del final.


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Mañana llena de espacios,
incongruencias y simulacros,
la falsificación de un te quiero
dicho con desgano,
miradas que no ven nada,
un diario que no habla de nosotros
en la tapa,
pero sirve para salvar distancias y
este café que no sabe
a nada,
sin besos, carente de manos
que buscaban los cuerpos,
somos como presos en un
proyecto que ya no tiene dueños,
ni ideas, donde los sueños
se convirtieron en otros sueños
que no confesamos
por miedo,
hijos,
familia,
trabajos,
media hipoteca
que se debe a un banco
y ahí nos quedamos, por
costumbre,
por cumplir lo que nunca pactamos,
soledad de dos en cada uno,
un hasta luego que
esperamos sin
querer queriendo se convierta en
un hasta siempre
y que no haya engaños,
por respecto, aun con daños que no
perdonamos,
y dejar esta cobardía que decimos a
otros que a pesar
de todo nos amamos
para escapar de este ritual de
pesadilla del cual nunca despertamos.

Ruben Mangiagli
©2015


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