Flores.


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En esta distancia casi perpetua,
que apila esperas,
hoy llegaron a tu manos
unas flores,
un ramo de violetas,
que provocaron tu sonrisa
y de tus labios asomó
mi nombre,
y por un instante estuve cerca
mimetizado en aromas,
recuerdos y colores.
Un regalo del tiempo a mis días,
y una barrera completa
de aire, océano y tierra
no pudo con ellas,
como nunca podrá con este
amor,
que a pesar de inviernos
y de otoños,
perdura en la inversa
de las viceversas
y te prometo que llegará pronto
esa primavera y el verano
que en un mismo
calendario
harán que nuestras
miradas, por fin
se sientan.

Ruben Mangiagli
©2015

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