Es verdad que muchas veces
sentí lo que es morir,
que mi corazón roto dejaba
de latir,
mis manos heladas y mudas
eran labios huérfanos,
que me quedaron debiendo
abrazos y besos,
que me quisieron mucho y
no supe querer
aunque en mi defensa puedo
decir que lo intenté,
dejé sueños y caminos, amor
y amoríos,
que mis huesos están cansados
de aguantarme
los caprichos de motos, licor
y copas de más de vino,
de mujeres sin nombre y a las
que he amado
con todo lo que soy, desvelos
y algunos versos.
Pero sigo por lo que me falta,
por lo que no he tenido,
porque lo que me queda por
vivir
si yo no lo hago entonces sí
habré perdido,
tengo aun algunas páginas,
promesas que he dicho
y mi pendiente,
tenerte en mis brazos un día
para
que seas mi mejor olvido.
Ruben Mangiagli
©2016
