En doce estrofas.


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Arrié mis banderas de locuras, surcadas con los
colores de mis noches oscuras.

La antorchas se encendieron a la vera de todos
mis caminos, radiantes y expectantes.

Los fosos de agua rebalsados de viejos recuerdos
fueron cubiertos por todos los puentes

Entregué mi espada compañera de lucha contra
todos mis demonios y fantasmas.

Y comencé a escribir un nuevo cuento, sin castillos
en tinieblas.

Para coronarla a ella con una diadema de palabras,
como doncella, mi dama y mi princesa.

Ruben Mangiagli

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