Sentidos


.

Tacto.


Mi tacto te va a saber reconocer,
es como una memoria de lo que deberá suceder.

Las caricias que te esperan y no
saben de ausencias, dirán presente una vez mas.

En mi piel hay lugar para la tuya,
es lo esperado para que lo tanto me he preparado.

Mis manos ya saben el mapa de
tu cuerpo, mis dedos ansiosos esperan el encuentro.

Aunque sean tantas las partes que
deberé adivinar, estoy seguro que me podrás ayudar.

Solo tengo que tocarte una vez y
sabrás en ese momento lo que es sentirte tan mujer,

dueña de los demás sentidos de
un hombre que muere por tenerte y poderte poseer.

 
Gusto.


Debo admitir que me gusta jugar con las palabras,
que disfruto tu gusto,

 y mezclar las lenguas cuando nos hablamos, en
los adverbios donde no
nos importan los tiempos, ni los lugares que hemos
recorrido buscándonos,

donde vos ya estabas y yo casi te habia encontrado

y si las lenguas son de carne que mejor lugar que
las bocas para habitar
el sexo hecho amor, y que el amor sea deseo, con
el sabor de los besos
de labios partidos que recorrieron nuestros cuerpos,
como montaña rusa,

donde subes y yo bajo, para comenzar de nuevo.

Tengo impregnada mi piel de vos, del camino y
los atajos donde se
van perdiendo tus manos que siguen la humedad
que vas dejando,
hasta que se me escapa un rio blanco que inunda
la bahía de tu espalda.

Me gusta tu gusto, y no tengo que justificar nada.

Oido.



Quiero susurrarte al oído que te quiero,
que sea un grito en silencio.
Que me digas que también me quieres
en forma de besos perversos.

Que tu voz se haga suspiros y entre los
gemidos quizá se te escapé un
te amo, yo también te estaba esperando.

Cuando la música se adueño de todo y
la habitación sea nuestro mundo
pequeño, ahí mis manos hablaran de
mi, y la historia de mi futuro,

que esta escrita en tus ángulos y curvas
que me pierden y me encuentran
en el vaivén de tus caderas que me
pueden y me hacen tuyo

Oírte callado, como si me escribieras
un verso en el viento, que viaje
sin distancias ni tiempo, y que parta

las metáforas, para que las palabras y
frases sean tan concretas, que decir
te amo, sea tan simple y fácil como
el deseo estés siempre a mi lado.

 
Olfato.


Es increíble...
aroma de mujer que me abre la mente,
como lo imposible, fragancia
de una flor que se asoma al
sol de noche y sucumbe
al tallo de mi amor.

Es único...
muy difícil de explicar como el sabor
de un buen vino que se
supo esperar, y se destapa
para solo una ocasión y
mi olfato sabe memorizar.

Es intangible...
una esencia que se aprende y se conoce
que es tan propia de vos y
sin embargo cuanto estoy
tocando tu cuerpo se
desprende y queda de dos.

Es tu impronta...
firma mi pecho cuando me tocas, que
habita tu piel, tu sexo y
que se renueva cuando mi boca
besa tus senos, y mis dedos
invaden tu cuerpo.

Es tuyo, es mio, es nuestro, un sentido
más que se suma a
nuestro juego, y como si fuera
el más sagrado secreto,
guardamos celosos como llave
que sirva para reconocernos.


Vista.


Algunas cosas las había imaginado,
como si fuera un composé de cosas
extraordinarias que podrían reflejarse en tu calma.

Otras simplemente las memorice, y
cada foto solo la parte de tus ojos fijé,
y superponiendo deseos y anhelos al fin la idea
acabé.

Vi el reflejo en cada instante de tu
vida, como si el tiempo pudiera contar
la historia que yo iba sumando y haciendo mía.

Como tus ojos se iban haciendo
ya parte de tu sonrisa y tus manos
herramientas que escribían destinos sin pedir
pruebas.
.
Una a una las vidas se fueron
mezclando, la tuya y la mía, indivisibles
errantes de carne y huesos que fueron cal y arenas.

Pero todas las respuesta las
tuve cuando vi tus ojos, y mi vista que estaba
casi ciega, en mis ojos cansados supo que terminó
la espera.

Y fuiste tacto, gusto, oido, olfato y vista para que
pueda entender mi vida y me eleje de la muerte
día tras día.



Ruben Mangiagli










Your Reply