Arrinconados.


.

Caí arrodillado rezando a ningún dios,
entre susurros y gritos
supliqué

nadie escuchó, y sigo solo entre todos.

Si no creo en tí no tengo
idea como voy
a creer en mi.

Siento que no hay cielo ni infierno y
la soledad de las palabras es
un mudo reino

que oprime mis labios y
no me deja
hablar.

No puedo buscarte,
no me puedo encontrar.

Perdidos en el amor que tanto es y
no lo vemos

nos entregamos algo que no sabemos
comenzar ni terminar

nos quedamos en ángulos
muertos,

arrinconados sin abrazos, sin llorar.




Ruben Mangiagli
© 2014



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