Momento.


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Qué importa la hora de la cena,
los cubiertos,
los niños que están con la abuela,

si la cerradura está puesta,
si la tarta del horno se quema,

el reloj que marca las ocho y media,

el tiempo que hace afuera,

que ropa llevamos puesta,
la vecina que golpea la puerta,

estás en mis brazos,
y en un momento lo que hacemos
tantas veces,

será tan nuevo porque el deseo todo
lo puede,

y mi boca aun se enloquece con tus
labios cuando se entregan
impacientes. 


Ruben Mangiagli.
© 2014



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