Archive for enero 2017

Diagnostico sin ibuprofeno.


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Esta sordera de mis ojos
y éste electrocardiograma falso de amor,

si mi corazón está muerto
no tengo la puta idea porqué late por vos,

sístoles y diastoles a ritmo
de silencio, de melancolía muda sin voz,

mientras tanto, como, miro,
toco, cojo, sigo vivo pero la verdad es no.

Ruben Mangiagli
©2017


Ella escribía.


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Ella podía volar entre palabras,
cuando estaba conmigo
no escribía escondida,

flotaba entre humo de cafeteras
y luego se bebía un té,

era cortez, nada sumisa.

En su cocina había girasoles y
gatos que se

acurrucaban por el espanto de
sus cuentos macabros,

ya no escribe, ya no sueña, no
va a ningún lado

porque ya no espera,

ahora es solo una mujer que a
veces se le parece
a ella.

Ruben Mangiagli
©2017


I.


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Este poema no es una despedida.
Este poema no encierra un adiós.

No es una suplica por si las
dudas existe Dios.

No es para muestra un botón,

es solo un poema asimétrico
tanto o más
como lo fuimos vos y yo.

Ruben Mangiagli
©2017


Mil veces.


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Esta punzada que parece un latido,
sin sangre, sin corazón,

un río helado que no va a ningún lugar,

como las flores de un jarrón
que regalan su olor,
muertas, sin dolor,

o estas manos cansadas de escribir
para vos,

frío de enero, que siento cuando yo
en enero tenía calor,

me pregunto cuanto meses tienen un
siglo y cuantos años un minuto,

mientras otro vaso de licor me hace
olvidar quien soy,

mil veces yo, mil veces vos,
pero no te mientas,
nunca fuimos
los dos.

Ruben Mangiagli.


Ser, ganas y lluvia.


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La soledad te da ganas raras, de melancolías rodeadas de humo, me dieron ganas de ser nube, ganas de estar allá arriba en ese cielo de lluvias con los ojos cerrados pensando en vos, en tu forma de decir mi nombre, en tu manera decir, vení a mi lado apurate y contame un cuento para dormirme y no dormirnos en toda la noche. Ganas de estar en esas nubes y oler el sabor de tus senos, el olor de tus zapatos, de la lluvia de tus ojos de verde tierra, ganas de estar con una botella de cerveza para siempre con tu nombre,y marearme en cada una de las letras , y quedarme ahí entre las nubes y tener tu imagen, ser tu imagen, el olor de tus bragas, ser el aroma de tu té, tu forma de caminar, tu manera de mover las manos, tus recuerdos llenos de lluvia , tu forma de caminar, ser tus sueños completos de nosotros cuando soñabas despierta mirando por la ventana o tal vez solo ser otra vez por una puta vez donde siempre sea siempre y no una mierda de palabra que nunca quiere decir siempre.


Tres en raya.


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Ta te tías,
Ta te minas,
Ta te mujeres,
Ta te ti.
Ta te vos.
Ta te todas,
Ta te ninguna sos vos,
Ta te nada,
Ta te nunca,

Ta te estás con otro.
Ta te yo con algunas.
,
Ta te yo en España.
Ta te vos en Argentina.
Ta te tan lejos.
Ta te tiempo.
Ta te espero
Ta te amo.
Ta te último movimiento,

Ta te de nuevo pierdo.


Ruben Mangiagli


Péndulos.


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No creo en Dios, dioses
o milagros,

tampoco

en Santanas, demonios y
sicarios,

todo lo hago yo con mis
manos,

mi cielo vacío, mi infierno
lleno de engaños,

porque

todos tenemos prontuarios,
juicios sin testigos,

condenas por haber amado,
sentencias rápidas

de un adiós temprano.

No somos inocentes,
no somos santos,
tampoco hijos directos del
diablo,

solo somos personas, aunque
a veces olvidemos ser
humanos,

hacemos daño sin querer o
a sabiendas de antemano,

en el medio a veces amamos,
somos buenos,
somos malos,

un péndulo extraño sobre
nuestras cabezas

nos inclina para algún lado,

solo somos hombres y
mujeres

que siempre estaremos solos
acompañados,

una estirpe, un legado, somos
solo un destino
inacabado.

Ruben Mangiagli
©2017

Fuego.


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Y un día quemamos todo, cuadros, escritos y poemas, las fotos nos tomábamos, el sillón donde hablábamos que no nunca existió fue el que ardió más rápido,
Esa tarde se quemaron nuestros mejores días, nuestros sueños más profundos, solo se salvaron los gatos.
También el fuego consumió el amor que habíamos conquistado, el tiempo y los años.
Todo. cigarros, botellas, el mantel, el té, poesías imbéciles que narraban como nos habíamos amado.
Creo que fue un domingo, por eso los odio tanto.
El fuego que nos había quemado tanto no dejó nada del pasado.
Dejamos de existir sin ni siquiera decirnos adios, sin un beso, un saludo, un apretón de manos.


Matricula de mi mismo.


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Soy del año 1961,
once lustros más casi un año,

parece mucho, pero no es tanto,

bastante loco, un poco cuerdo,

un caballero antiguo que no usa sombrero,

creo que todavia puedo amar,

que aunque yo espere no hay que esperar,

un poeta que no lo es porque nunca se
quedó con lo que ha escrito,

y regaló tantas palabras que se quedaron 
en besos perdidos,

juro que he querido con todo lo que
he podido,

pero aún

perduro en la sonrisa de mis hijos,

en cada escrito,

en la memoria de algunas mujeres y en
la de otras
soy su olvido preferido,

buen amante del vino, el vertigo y las
caídas en precipicios,

no rezo, sueño, escribo, todavía estoy
vivo,

aunque a veces muera cuando pienso
en ella y se me escapa
un suspiro.

Ruben Mangiagli
©2017

Desde el suelo.


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Me dicen que estoy jodido
porque estoy caído y no me quiero levantar,

sé que en parte es verdad y lo
puedo aceptar,

pero también lo es que no estoy
tan mal,

veo desde aquí hormigas no
solía mirar,

brotes de girasoles que salen a respirar,

gatos gigantes que me
pueden saltar,

mis zapatos gastados en
horizontal,

el cielo más lejos donde la luna brilla más,

estoy jodido si,

pero tampoco eso es nuevo y lo
puedo soportar,

hasta que intuya ese abrazo que espero y
mis manos recuerden

que alguna vez las esperaron
para acariciar.

Ruben Mangiagli
©2017


Donde se quedan las palabras.


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Nos gustaría que lo que no decimos caiga en el olvido,
pero se nos acumula en el cuerpo,
nos llena el alma de gritos .

se convierte en insomnio, en dolor de garganta, una
carga en la espalda

de mochilas de nostalgia,
en destiempo y se hace
destierro,
en un error sin lagrimas ni duelos.

Las palabras que no decimos se transforman
en insatisfacción, en tristeza, en frustración,

lo que no decimos no muere,
nos mata.

Se parece a un trauma en la boca, en las manos
cansadas por no escribir ese veneno que quiebra el alma.

Lo que no decís
te encierra en el pasado,

no escapa, no huye,

se hace una herida abierta que sangra gotas de mudas
palabras.



Ruben Mangiagli

Por eso.


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Si me pregunta usted. porqué la quise tanto,
porqué la quiero,

Sepa que yo llamo a las cosas por su nombre
por eso a ella la llamé amor.

y sépalo usted, que el amor llegó a mi vida,
y no tocando la puerta, entrando
despacio, cuidadosamente...

llegó derrumbando mi casa, tumbando las
paredes, arrancando el piso,
sacudiéndome el alma…

Sí, por eso la quiero, por eso la quise tanto.



Ruben Mangiagli

La lluvia del no olvido.


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Extrañarte es como
ver la lluvia caer del cielo:

no importa lo mucho que me esfuerce,
no puedo hacer que la lluvia se detenga.

Siento a mi corazón caer, gota a gota,
sin detenerse a respirar,

es un recuerdo no para,

a veces es una llovizna, otras una tormenta
que se hacen caricias y sexo en
otros cuerpos

de los cuales me suelo olvidar,

llueves en mí, no importa la ocasión,
en cualquier lugar,

y no parece vaya a escampar.

Ruben Mangiagli




Puto mundo.


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Vivimos en un mundo donde pocos tienen tanto y muchos nada, donde nos prohibimos lo esencial, cómo si pudiéramos vivir sin respirar.

Nacemos del sexo y lo olvidamos, negamos que muchas veces fue por un acto de amor o solo de placer que compartieron dos y seguimos así, le damos nombres e identidad a lo que algunos, no pocos, llaman perversión,
como si hubiera que explicar u ocultar lo que sucede en una cama entre o dos o más.

Creemos que no hay que respetar el amor, que todo pasa y nos volveremos a enamorar, que es fácil olvidar, que te olviden, peleamos por cualquier cosa que parece importar más que defender, jugarse, sacrificarse por amar.

Matan y olvidan que no acaban con una vida nada más, sin darse cuenta que también asesinan los sueños y la vida de otros, que la desgracia de la perdida continuara en otras vidas que mueren un poco también que no olvidan, que solo les queda recordar y nada más.

Vivimos en un mundo donde cada uno es un mundo, millones de mundos caminando sobre un solo mundo. Y no nos damos cuenta que es tan difícil encontrarnos y seguimos caminando.

Me rebelo.
No lo quiero más.

Voy a seguir ayudando sin reclamar, sin pedir nada a cambio, aunque parezca poco siempre será más que los que no hacen los demás.

Si amo y no me aman no voy a dejar de amar, respeto lo que siento, a quien no siente, sé esperar aunque lo que espero no llegue jamás.

Mi sexo es y será `por placer, por amar, con quiera una vida o una noche de casualidad, en mi cama estarán los que elija sin importar la cantidad.

Voy a pelear porque la justicia haga pagar.

Y si tengo que dar 10 vueltas al mundo para buscarte, te voy a volver a encontrar.

Ruben Mangiagli


Mía.


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No te enojes si en este instante
aun te llamo mía,
solo por un rato, sin que lo leas
sin que lo sepas,

solo necesito sentir un abrazo,
imaginar tus ojos,

puede que sea por este frío de
afuera, la nostalgia o
solo una necesidad
que es cierta,

No te molestes si pienso que
sos mía,
aunque no lo quieras
aunque no lo sientas,

no puedo cortarme las manos,
pedirle a mi corazón
deje de latir,

porque aun estas en mí y solo
pasa cuando me acuerdo
de ti,

de tu nombre, de las calles a
las que no pudimos ir,

perdóname si aun te creo mía,
prometo que algún día
ya no será así

pero no hoy, quizá lo necesite
hasta el ultimo momento de
mi vida,

y en ese instante no pediré algo
se parezca a una disculpa
cerraré los ojos,

solo serás lo que haya quedado
de un amor en mil
memorias

que tu olvido por seguro habrán
enterrado en viejos
calendarios

que nunca llegaron, que por más
hayamos esperado se
escaparon.

Ruben Mangiagli
©2017


Imaginarium a una escritora.


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Si puedes cerrar tus ojos, si puedes abrir tus pensamientos,

imagina, 
una carcajada diez segundos antes de llorar.
Un abrazo por la espalda cuando no quieres volver a casa.
Una mano que aparece al cruzar el pasillo a oscuras.
Un aterrizaje sobre otro aterrizaje.

Imagina
un pájaro en la mano abierta. Y cientos sabiendo a dónde vuelan.

Imagina,
no tener que haber muerto para contar que viviste.
Un jardín lleno de flores como metáfora de un cementerio.
Al profesor Humbert excitando a Penélope.
A Lolita esperando a Ulises.

Imagina,
redefinir el orgasmo y suplicar que no paren hasta que te rías.

Me duele algo, y no sé cuál de todos los recuerdos no tenemos
es.


Lucidez.


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Voy a morderme la lengua hasta
que la sangre 
empape mis palabras,

para no hablarte,

Atarme las manos con los nudos
de tu amor
y el dolor me has traído,

para no escribirte,

Apretar mis costillas hasta que
los huesos
partan el aire que respiro,

para no sentirte.

Borraré tu nombre junto al mío
para creer que
nunca debiste haber existido,

para no extrañarte.

Voy a quererte toda mi vida es
cierto, pero ya no
cuentes nunca más conmigo

y seas mi olvido preferido.

Ruben Mangiagli
©2017


La pena del olvido.


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No hay penas sin 
olvidos,
no hay olvidos
sin penas,

todo es un macabro circulo,

un maldito coro de susurros
a gritos de memorias

que te parten los oídos,

para dejarte vacío.

Ruben Mangiagli
©2017


Superheroes.


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Si me quieres, seré tu superhéroe de amor, si me rescatas, te rescato.

168.


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En este momento hay seis mil cuatrocientos setenta millones, ochocientos dieciocho mil, seiscientos setenta y un habitantes en el mundo. Algunos huyen asustados. Otros vuelven a casa. Algunos cuentan mentiras para poder sobrevivir. Otros se enfrentan a la verdad. Algunos son hombres malos en guerra contra el bien. Y algunos son buenos, y luchan contra el mal. Seis mil millones de personas en el mundo. Seis mil millones de almas. Y a veces solo necesitas a una.

167.


.

Cuanto más profunda es la herida, más intimo es el dolor, es una arraigo que solo puede sentir quien lo sufre, es tan privado que no hay palabras para contarlo, se hace silencio, viento, lluvia que va por dentro , un tormento que es tormenta y solo nos queda esperar que el sol salga y verlo otra vez.
El tiempo no cura las heridas en el alma, solo podemos cerrarlas nosotros,
RM

166.


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Dicen que justo antes del amanecer la noche es más oscura. Que de repente pasas de la oscuridad más absoluta al resplandor que ilumina y lo inunda todo. Sin previo aviso. Quizás de ahí surgió la idea de que la esperanza es lo último que se pierde.


Hay que volver a jugar. Jugarse.


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Tenemos que jugar, jugarnos.Salir ahí afuera y olvidarnos de prejuicios, de vergüenzas, del que dirán. A preguntar cuando todos callan, sonreír si no vienen bien dadas. A elegir. Si, a elegir y a tomar decisiones.
A decidirte por aquello que quieres en vez de por aquello que dicen que te conviene.
Estamos para jugar y jugarnos. Para salir de la zona de confort y no conformarte.
A caerte delante de la gente, delante de mucha gente, levantarte tranquilamente, tranquilamente colorado esbozar una sonrisa y tan sólo decir…no es la primera caigo..
Sin agrandes, sin arrogancia, pero desvergonzado. Jugar para ganar. Jugar a ser tu mismo. Jugar tu papel, con tu guión, a tu manera. Pelear hasta que suene la campana. Hasta llegar al final. Hasta que tengas más historias que contar que sueños anhelar.
No soy un iluminado, más bien diría que es al contrario, te diría que estas letras las forjaron la tristeza y el fracaso. El problema es tuyo si quieres juzgar, en vez de jugar, jugarte.
Olvídate de caminos marcados, de ir a los sitios por cumplir, de decir siempre que si. Olvídate de los que van de víctima, de los presumidos, de los que andan a menudo cansados y de aquellos que siempre tienen un problema que añadir.
Recuerda quién eres, de dónde vienes. Recuerda que las mejores historias son aquellas que te suceden tras una gran pérdida, una desilusión, un fracaso o un desamor y que nadie puede ni tiene derecho a criticarte por volver a intentar.
Y recuerda no dejar nada a medias. Sal y juega. Jugate.

En las estrellas.


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Acompáñame
en esta vida una vez más,
porque en tantas otras jamas
nos pudimos
encontrar,

y no nos damos cuenta
que esta se nos va,

ningún día se repite,
los sentimientos no deben
esperar,

entre nuestras manos
separadas las caricias se
nos escapan,

y las miradas vacías de las
historias se pierden
viendo lo que somos
incapaces
realizar,

acompáñame una vez más

dime que me quieres,
me extrañas,
que te busque hasta volverte
a encontrar,

y que parado frente a tí
te diga que
lo que está escrito en las
estrellas,

a pesar de ti, de mí

y de los demás nunca nadie
lo podrá borrar.

Ruben Mangiagli
©2017


165.


.

La distancia y sus nostalgias no ayudan a aliviar esa sensación de vacío que me invade por dentro y que en ocasiones me consume poco a poco. 12000 kilómetros hoy en día ya no son lo que eran, pero por muchos Whatssaps, Facebooks o Skypes que se inventen, me temo que aún les queda mucho para asemejarse a la sensación de estar sentado en la terraza de un bar con la familia o con amigos de toda la vida, o un amor que no esperó.
El precio de la distancia es el olvido de algunos, pero los de verdad no se olvidan ni te olvidan. Los que siempre estuvieron, están y sin duda estarán. Para ellos no hay distancia, trayecto ni muro que los aleje. Son los que siempre están, en las buenas y en las malas.

Cuando uno se marcha de casa a un lugar que no conoce, ese distanciamiento hace que las nostalgias empiecen a aflorar y a formar parte de tu día a día. Con el tiempo vas aprendiendo a entenderlas y a quererlas. ¿Cómo no lo ibas a hacer si son las que te recuerdan a quién quieres y qué es lo importante para ti?
Aunque hoy quisiera estar cerca, junto a mis nostalgias seguiré con la actitud de nunca rendirme, de seguir, continuar hasta volver donde quiero estar.

164.


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Te busco, te espero y te anhelo.
No te encuentro, pero no desespero.

163.


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Porque también somos lo que hemos perdido.

162,


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No soporto la idea
de que el universo
tenga que destruirse
cada vez que te marchas.


Sin precedentes.


.

Quiero que empapes mi cara
mi cuerpo,
este desvelo,

por una noche para que no queden
precedentes

ser tu dueño,

someterte a mis instintos
de hombre,

que me digas eres virgen por detrás
mientras pones cara
de duelo,

y en el momento mis manos estén a la
altura de tu ruedo

que sonrías cuando se cae
tu falda

y sube mi sexo,

desnuda de pensamientos
vestirte de mis besos

hacer vértice en tu centro y que
mis delirios
hagan el resto,

por una noche y si quieres que queden
precedentes,

ser tuyo para lo que quieras,

que mis labios se sumen a los tuyos
donde tus piernas se abren
al deseo,

decirte te quiero y que sepas que
te miento,

y que todo comience de nuevo.

Ruben Mangiagli
©2016


160.


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Tengo los ojos abiertos, la mirada en algún lugar más allá de lo que mis manos pueden tocar, un lugar donde mis besos no pudieron llegar, una boca, esa piel que mis labios no acariciaron en la memoria que no se puede olvidar.



Tren.


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Todas las mujeres son interesantes, de una u otra manera, todas y cada una siempre tienen algo, una sonrisa, inteligencia, un secreto, curvas, son las criaturas más fascinantes de la creación, pero después de la resaca de una noche de cuerpos o de palabras que son literaturas, a la mañana siguiente me doy cuenta que no estoy tan disponible como creo y cuando me quedo solo es como ver un tren que se pierde una vez más, solo cambia el día y las personas y me quedo pensando en la misma visión de ella sentada en ese tren con otro a su lado.



159.


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Aunque pienses que todo ha terminado y lo puedas sentir alrededor, cuando no haya nadie que te ayude, no dejes que eso te preocupe, porque si alguna vez te vuelves a sentir sola y crees que todo está perdido yo estaré contando mis demonios esperando para darte un abrazo con mi corazón.


Ese dolor.


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Cuanto más profunda es la herida, más intimo es el dolor, es una arraigo que solo puede sentir quien lo sufre, es tan privado que no hay palabras para contarlo, se hace silencio, viento, lluvia que va por dentro , un tormento que es tormenta y solo nos queda esperar que el sol salga y verlo otra vez.
El tiempo no cura las heridas en el alma, solo podemos cerrarlas nosotros.

RM

158.


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Que cosa tan traicionera pensar que una persona es más que una persona.


Reglas.


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Las reglas de las mayúsculas son muy injustas con las palabras que están en medio. A veces hay que saltarlas y escribir como se siente, por ejemplo,
Te he Querido desde el primer momento y te voy a Querer hasta el último, aunque lo importante no esté en el principio y el final no lleve punto final, ni aparte, sin comas ni dos puntos, sin nada



Ritual,


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Otro poema terminado,
el viejo ritual del whisky, el tabaco y
al final del día lo que importa en mi vida es ella.
Aún en su ausencia y
en toda mi solitaria presencia.
Otro cigarro y la noche me acecha,
me quedo inmóvil, la sigo esperando mientras todo
da vueltas y vueltas.


Ruben Mangiagli


157.


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Y seguimos confundiendo la falta de sueño con la falta de alguien que nos haga soñar.

156.


.

No te mando a la mierda por si nos volvemos a encontrar.
Y si nos vemos no te daré dos besos en las mejillas para no cruzarme con tu boca.



155.


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Aún puedo sentir el olor de tus lágrimas en el viento, el tic tac de las agujas cuando me esperabas dormida entre desvelos, todavía veo tu mirada en mis ojos cuando me reflejo, todavía es tanto que ya no recuerdo las veces que morí por tus besos.



Conversación.


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Cómo era?-
Aún lo es,-
Entonces?-
Única.-
Una sola palabra para definirla?-
Amor es una sola palabra y define todo.-
Tiene razón,
Y cómo terminó la historia?
A ella le gusta el té.-
Es ese el final?
No, solo es un detalle para que sepa algo de ella.-
Entiendo.-


El susurro de los relojes.


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Mirar el reloj al revés
y que las agujas
susurren
el tiempo hablando de lo nuestro,

no pasar las hojas del calendario
por miedo a que de tan
finas se rompan
o te corten los dedos,
verte volverte para que no vuelvas,
y darme cuenta que para no haber
llegado nunca
tardas demasiado en irte,
como un invierno que sigue en
verano,
o el agua que no escapa de entre
las manos,
perduras, existes, te quedas.

Ruben Mangiagli

En el alma.


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Desde el momento que te vi, hace ya tantos años, no ha habido un solo día que no haya pensado en ti. Ahora que no estoy contigo otra vez, vivo en agonía. Entre más me alejo de ti, peor me siento. La idea de no estar contigo es un tormento. Me tortura el beso que nunca nos dimos. Mi corazón late con la esperanza de que jamás cicatrice para sentirte. Estás en mi misma alma..

AS/RM


Sin mirar atrás.


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Sé que es muy tarde mientras
sigo caminando, 

mi alma se desvanece,
no sigue mis pasos,

trato de no mirar atrás con esta bronca pegada,
húmeda e indivisible,

sin relojes de años que ya no recuerdo

No espero
nada de nadie,

pero necesito esperarlo todo

para que
alguien me lleve a un lugar donde no sepa si
es de día o de noche,

sin respuestas,
sin preguntas,

y nadie ponga su vida en mis manos para no
volver a caer

donde los muertos aun hablan y los
demás callan,

Ruben Mangiagli.



La maga de las letras.


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Te reconozco, te intuyo,
te aprendo en
las mismas letras del alfabeto,

prosas en un idioma
que late por dentro en
putas poesías de amor y deseo,

entre una década que nos separa
en el tiempo

admiro tus versos,
deseo tu cuerpo,
orgasmos mentales que no
entiendo,

estas lejos y te siento,
y ahora estoy lo más cerca que
puedo,

te hago mía con rimas en estaciones
de un túnel no comprendo,

mientras mis manos
sienten recuerdos no tenemos.

Ruben Mangiagli
©2016


El desvelo de mis insomnios.


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Fuiste alguien que no imaginas
puedas encontrar,
la noche de paz,
el amanecer después de hablar,
el desvelo de los insomnios,
mil deseos en mi piel,
una taza de té en un mantel de
gatos y estrellas,
girasoles en primavera,
ese vino que no quieres acabar,
un cuento en capítulos sin
terminar,
una razón para vivir y otra
para querer morir,
el latido de mi corazón,
mi mejor poema, la sublimación
de un amor,
el placer del dolor que no tuvo
perdón,
los ojos no puedo olvidar,
la nostalgia de
un cuerpo
que mis manos no pudieron
memorizar,
el precio que tuve que pagar por
tanto amar,
una estación que no existió jamas,
la que se llevó todo y un poco más,
fuiste o eres,
porque ya ni siquiera puedo elegir
lo que quiero sentir
en este amor no termina y no
sabe acabar.
Ruben Mangiagli
©2017