La promesa.


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Porque anduvimos
tantas vidas sin
que una vida nos
cruzara,
tantas calles donde
los pasos
se buscaban,
que los arboles olian
a vos
cada mañana
y hoy estando lejos
siento que te
abracé tanta veces
en el aire
que me dolían
los huesos,
sos mi milagro
esperado,
mi casa junto a un
lago,
el lugar que tanto
estaba buscando,
un amor que se
acerca
inexorablemente a
mi cuerpo
y se hará carne en
cada uno
de los besos que te
debo.


Ruben Mangiagli
© 2012


 




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