La historia de Flora y Gatomate XXIII


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Viceversa

¿Soy Flora? ¿Soy Gato? Él tan en mi, yo tan en él...por momentos me miro y lo veo en el reflejo de ojos que nos miran de reojo; otras veces él es Flora, cuando se afloja o simplemente se le antoja.
Ojos felinos, curiosos e indiferentes nos observan por encima de un puente que atravesamos pocas veces, por lo poco que tiene de decente y lo mucho que tiene de insolente y la cerradura de un portón es más que oportuna para espiar con ojos verdes de luna.
Y amanece y otra vez es Gato, y otra vez soy Flora después de jugar cómplices un juego que nos enamora. Nos estiramos, maullamos y nos adormilamos, sin ganas de ricos manjares gatunos y con el frenesí de haber atravesado otra noche juntos.


V.D.




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