No fueron intencionadas mis letras, eso lo afirmo, hasta puedo jurarlo, no tenían una dirección, un destino conocido, aunque si estaba claro de donde partieron, donde nacieron, recorrieron mi cuerpo y se crearon por su medio, un lugar donde se instala mi deseo y no pienso , se escaparon de mis manos por los dedos, así que la decisión de cual seria su puerto fue de ella, en su entrepiernas formó la bahía , y las mayúsculas fueron con acentos, una suerte de breve consuelo para mis palabras y su piel que me espera en la urgencia del tiempo.
Ruben Mangiagli
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