Té para uno.


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¿De que vale este otoño
si no puedo vivir otros?

Es una mesa de un té para
uno, con un mantel
manchado de olvidos
que llevan números
con uno de comienzo y
otros que que no
terminan en ningún
camino.

Hace frio, se empañan los
vidrios y aun no llegó
el invierno,

¿Es que acaso el tiempo
también cambió su
recorrido?

No entiendo lo que ha
sucedido,
es como querer explicar
que el amor se
puede
perder en un suspiro de
aire
que no perdona,
que no repite,
que desconoce el destino

de dos amantes que fueron
uno
y al final se quedaron
partidos,
con la mitad de uno que no
sirve
y la otra que se muere sin
haberlo pedido.


Ruben Mangiagli

© 2013



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